Finalmente, habría que decir lo siguiente: crecer en las actividades y procesos subsiguientes al descubrimiento y cuidado de las capacidades compromete una secuencia de condiciones inesperadamente incierta. Pero alegre. Alegría de la abeja. Alegría del delfín. Alegría de Vansanti (Nussbaum, 2012, pp. 21-35). ¿A dónde lleva el asunto emprendido? ¿Qué exploración es posible? Y ¿en qué condiciones se puede crecer (o no)? Los robots de Full, basados en la modelación de las capacidades animales de movimientos, pueden caminar y trepar. Puede que un día puedan volar o nadar. Aquí o en Marte.7 ¿Quién sabe? Igual con Vansanti: un simple préstamo y algo de educación y ella pudo extenderse como individuo capaz y potente (Nussbaum, 2012, pp. 27 y 28). Afirmarse (y no solo querer) es la esencia de la potencia. Impregnado de vida y pasión está todo aquel que hace de la afirmación el escenario de sus propias capacidades. Mustang, de Deniz Gamze Ergüven. O la máquina-insecto del profesor Full. Vansanti otra vez. Hablamos de una rara luminosidad: sutil, silenciosa. Menos grandilocuente de lo que actualmente acostumbramos a privilegiar, pero, al tiempo, férrea, pujante, resistente. Ya lo dijimos: en la potencia la cuestión no es de motivos o finalidades. Mucho menos es cuestión de premios y reconocimientos. Es mejor pensar en alegría, ligereza y danza como las recompensas inmanentes a la potencia, que es afirmación en todo caso. Afirmación de la potencia en las actividades, las creencias, los sentimientos, los pensamientos y los procesos relativos a las posibilidades de crecimiento y desarrollo.
§ 2. Enfoque de capacidades
Durante años supimos del diagnóstico cultural según el cual las sociedades modernas, pese a los desarrollos técnicos y tecnológicos de la razón científica, no garantizaban bienestar humano. Es más, la cuestión parecía la contraria: con todo y los procesos de modernización contemporáneos al uso de la razón instrumental, fuimos testigos de fenómenos de agresividad imperante (i. e. la guerra) y de creciente malestar individual (i. e. psicopatologías como la depresión, las neurosis, etc.). En su momento, Freud y otros (como Jung, por ejemplo) pensaron, con preocupación, que las sociedades contemporáneas representaban el escenario de frustraciones, angustias y desamparos que no se podían resolver desde el punto de vista del desarrollo económico, la cotidianidad del trabajo, el consumo, la acumulación del capital, etc. (Blits, 1989, p. 422; Kaye, 2003, pp. 384-390). Freud y otros pensaron, igualmente, que la solución al malestar (illness) de las sociedades contemporáneas dependía de la religión (en el caso de Freud) o de la inauguración de nuevos mitos culturales (Jung) capaces de tramitar las fuerzas del instinto humano usando vías festivas (Kaye, 2003, p. 385). Fue una discusión que hizo época.
Ahora bien, sin saber cómo juzgar esa solución —es decir, sin saber si hoy podemos señalar que es adecuada o no la idea de que la religión y los mitos culturales son capaces de ofrecer la cohesión social y satisfacer el anhelo de cooperación reciente, sobre todo a la luz de los fenómenos de extremismo actuales—, diríamos que es posible considerar un camino alternativo asociado a la cuestión del enfoque de capacidades. Digamos, por ahora sencillamente, que en lugar de pensar que la religión o los mitos resolverían el malestar cultural asociado a la violencia, la competitividad, el individualismo, etc., vale la pena pensar que la búsqueda de bienestar tendría lugar en el trabajo común desarrollado en bien del crecimiento de las capacidades mutuas.
Eso significa lo siguiente: al asumir el concepto de potencia como asunto de compresión y valoración de las capacidades de los individuos, se admite, simultáneamente, el punto de vista de la libertad sustancial. Esto es, la idea de que son fundamentales las oportunidades reales que los individuos tienen a la hora de llevar a la práctica su propia singularidad. ¿Qué hace posible que alguien pueda actuar haciendo uso de sus capacidades? Pues las oportunidades que le permitirían actuar en consonancia con eso que le define: sus capacidades. El enfoque sirve para resaltar la cuestión de cuáles son las condiciones sobre las que es posible llevar a cabo planes de acción conducentes al desarrollo de las capacidades (Bogard, 1998, p. 58). Se puede decir de otra manera: las oportunidades reales de crecimiento y desarrollo de las capacidades son la estricta garantía de la posibilidad de éxito o fracaso de una vida.8 Esto en función de factores cualitativos de aumento o disminución de las capacidades. Existen condiciones para que los individuos perduren e incrementen sus capacidades en el sentido de que ofrecen el terreno para su ejercicio y desarrollo. También existen condiciones para que los individuos no puedan actuar. Del mismo modo, existen condiciones para que las capacidades de los individuos sean simplemente restringidas o anuladas. ¿Cuál es la medida de esto? ¿Qué influye en el hecho de que alguien pueda prosperar siendo lo que es? ¿Qué hace que no lo haga? La afirmación de las capacidades es la afirmación de la heterogeneidad e inconmensurabilidad de posibilidades de acción de los individuos (Nussbaum, 2012, p. 80). Pero esa afirmación debe estar acompañada de consideraciones acerca de qué garantiza (o no) las posibilidades de acción de los individuos y en qué medida son (o no) garantías de acción. Se trata de un profundo pluralismo. En efecto, capacidades se dice en plural (Nussbaum, 2012, p. 37). Y se dice en plural en dos sentidos: en el de las capacidades internas y en el de las capacidades combinadas. Estamos, pues, en el terreno más elegante de las tesis de Martha Nussbaum (2012, pp. 37-65).
Por capacidades internas debe entenderse el “equipamiento innato de cada persona”. Rasgos, actitudes, caracteres físicos como el estado de salud o el temperamento se pueden incluir allí (Nussbaum, 2012, p. 41). A su vez, por capacidades combinadas debe entenderse la totalidad de las oportunidades de las que se dispone para elegir y para actuar en contextos políticos, sociales y económicos concretos (Nussbaum, 2012, p. 40). Ya hicimos claridad acerca de las capacidades internas al señalar el concepto de potencia. El paso hacia el tema de las capacidades combinadas complementa el asunto en esta dirección: el énfasis en las condiciones para el desarrollo de capacidades nace de la relevancia que tiene el hecho de que actuar es posible si se cuenta con el escenario adecuado. Para actuar, hace falta más que la posibilidad de hacerlo. Se necesitan oportunidades reales de acción. Es importante marcar la diferencia entre las capacidades que comprometen la constitución singular de tal o cual individuo y las condiciones en que puede o no ser capaz de acción real en razón de una mutua correspondencia. Dice Nussbaum (2012):
Muchas sociedades educan a las personas para que sean capaces de ejercer su libertad de expresión en asuntos políticos (es decir, a nivel interno), pero luego se les niega esa libertad en la práctica reprimiéndolas. Muchas personas que son internamente libres para ejercer una religión carecen de la capacidad combinada para hacerlo debido a que la libertad de la práctica religiosa no está protegida por el Estado. (p. 41)
En nuestro vocabulario, diríamos que se trata de un problema de sentido y valor. Lo que alguien puede hacer está supeditado al contexto en que es posible que lo haga efectivamente o no. Puede que alguien esté en condiciones de actuar y no lo haga porque la situación sea desfavorable o porque la situación hace imposible actuar. Igualmente, es cierto que existe la posibilidad de que, aún en condiciones favorables, las personas no actúen incluso si está dentro de su constitución hacerlo. Podría pensarse en muchas situaciones intermedias entre el desarrollo de las capacidades y el contexto de condiciones que le acompaña.9 El asunto central es preguntarse por el sentido y el valor de una determinada acción y, al tiempo, por el sentido y el valor de las condiciones necesarias a la acción de los individuos. La compresión de las capacidades es siempre una compresión obligadamente situada. ¿Cómo saber qué condiciones son favorables? ¿Cómo saber que no? Asimismo, ¿cómo saber que una determinada acción va en consonancia con las capacidades internas de un individuo? ¿Cómo saber que no? Y, sobre todo, ¿cómo enfrentar los matices?
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