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© Copyright 2020 Editorial MAGO
Primera edición: Mayo de 2020
Colección Escritores Chilenos y Latinoamericanos
Director: Máximo G. Sáez
editorial@magoeditores.cl
www.magoeditores.clRegistro de Propiedad Intelectual Nº A-3061 ISBN: 978-956-317-575-2 Imagen de portada: Virginia Vizcaíno Grabado Sorprendida en el nido en medio de la noche Diseño y diagramación: Sergio Cruz Edición electrónica: Sergio Cruz Lectura y revisión: MAGO Editores Derechos Reservados
“Los espejos vomitan siempre un bocado más de lo que fui. Regresé del exilio, volví a ninguna parte” Jorge Boccanera
I
Sobre esta pantalla cuelga un poema
Hay un poema pendiente en la pantalla
Hay una mujer que ingresa en el poema
aletea así un pájaro y choca en los barrotes
un sacudir de sombras y sombras muy lejanas
Hay una historia pendiente de esta historia
sus personajes miran tras los vidrios
sin ser invitados a la fiesta
Hay un paisaje con niebla, plumas, lluvia
lo justo para armar ese discurso
con las ruinas o escombros de algún cuento
enjaulado entre muchas reflexiones
Hay un poema pendiente en esta página
Hay un viaje hace mucho transcurrido
sobre un lugar del mapa que no existe
una bitácora armada con fragmentos
de pedazos que esperan su destino
Todo calza con todo en esa página
esta caja en el tiempo y el silencio
donde yace el poema
sin mujer, sin paisaje y sin historia.
Por aquellos años yo cargaba un panteón en los bolsillos
un corazón de lana mojado por el mapa del lugar
Yo era un hombre muy rico tal vez no muy feliz:
ni oveja ni pastor un simple propietario
de sonrisas y ojos y alguna biblioteca
naufragada por siempre en casa de una viuda
Me quedan las portadas como rostros de algunas
prendidas a mi pecho
Hoy que es aún octubre puedo escribir octubre
No es posible cruzar el desierto desnudo.
Tal vez por culpa del café
por estas reiteradas puestas de sol
o esa vieja costumbre de ver el mar de lado
me he pasado demasiadas películas
Uno se pasa demasiadas películas
Algunas son películas de acción
donde viajo y vuelo como en sueños
aunque las más frecuentes son de aplausos, de triunfos
montones de dinero y también viajes por supuesto
Las películas románticas parecen de sumo repetidas
se gastaron en aquellas matinées
y la ternura en si no es tema ni motivo
Hay tantos lugares comunes
tantos parches en la pantalla
tantos cortes y apagones
tanto parlamento malamente expresado
tanto doblaje traducido por nada
Para serte sincero me pasé películas contigo
las que jamás yo vi las que jamás gocé
tal vez por un corte de la cinta
o porque la función ya había terminado
o porque era yo entonces un mal protagonista
o rauda tú pasabas siempre a tablero vuelto.
Hubo química entre nosotros
dormido en tu matraz me permutaste en oro
Yo quedé sin un cobre
y la más negra idea tu imagen imborrable
burbujas de memoria borboteando en mi mente
tu periódica tabla de elementos y quejas
las disolví en alcohol
hasta borrarte toda.
Al desnudarla se esfumó junto a sus ropas
yo la busqué confieso
pero no había indicio ni señal ni alguna sombra
era
así un escáner en 3D pero en sentido opuesto
era como el tiempo
un camino al revés con sus trazos opacos
un irse sin razón mas sin olvido
Cuando la desvestí
las prendas se agitaban a lo lejos.
Entre tus muslos así una multitud en el estadio
un gran signo de admiración
y yo y mi pobre Lázaro jadeantes sobre el césped
intentamos volar y alzándonos al cielo
me revuelco en tus redes cuando ya derrotado
en tiempo extra
te ovaciono.
Se ha de gozar debidamente
en cada charco un charco y un revolcón tranquilo
y cuidado al aplauso más allá del espejo
Se ha de cuidar teclado y su manejo
cualquier golpe en falso pudiera eliminar
ese amor ya tan caro a la piel de los cerdos
Se ha de esplender así frente a su reflejo
de barro en la barriada todo puerco
es blanco en su nobleza de jabalí salvaje
Mas cuidado
fuego al fuego
No deberá acercarse a la fiesta de otros.
Esta mañana no podré echarme el libro de Fayad en el bolsillo
la llovizna lo llenaría de humedad más que todos estos años
Pensaba sentarme en el café y escribir un poema
sobre una muchacha
por el solo hecho de escribir y sentirme poeta
en que ni siquiera piense en alguna o exista siquiera
pues para mí ese cuerpo deseado eres tú cada mañana
cuando despiertas o resoplas pegada a mi axila
y toda tu cabellera rompe en mi hombro y se extiende
en mi pecho
como esa llovizna costera que hoy cubre la ciudad
esa pequeña ciudad donde viajan tus pasos y conoce tus voces
esa bandada de voces sobres techos y peldaños
donde flotan los barcos y los muelles
y me impide bajar
me impide llevar a Jamis en el bolsillo e invitarlo a un café
o a escribir un poema sobre alguna muchacha
pues tu presencia es tan real como la lluvia
esta mañana de otoño.
Fue acertado acercarme a ti y preguntarte por algo
algún trámite, alguna dirección hace ya veinte años
Tal vez andaba tras tus pasos sin saberlo
o era acaso un agente secreto cuyo encargo
era deshacerse de mí vinculándome a tu historia
De todas formas cumplí con la misión
o tú con la tuya, acaso.
Me pregunto si aquel formulario no me hubiese servido
si no hubiera bajado la escalara justo cuando subías
levemente tus ojos si acaso
no aceptara leer junto al poeta en ese bar si tal vez
septiembre en otro mes habría sido
o tal vez un feriado
No me arrepiento de nada de haberme emborrachado
de comernos las flores de perdernos
chocando entre los autos en la puerta del bar
de no habernos ido juntos esa noche
Fue acertado también buscarte a ciegas y hallarte en esa casa
sobre una esquina arriba donde aquella esperaba
tus brazos para alzarlas.
La balada del Londonviaduken
Ah Píndaro, yo era aquel que viste en la pantalla
del tiempo y la pradera un cruce de viaductos
un enredo de dársenas y túneles mas no iba
tras de un itinerario
En tu relato existe un fantasma pasado
de algún modo situado en un punto del cuadro
de paso a otra ciudad, a una canción de invierno
Estaba con mi aureola y el ojo amoratados
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