en ruta hacia los muelles abajo de los puentes
por nada ditirámbico ni en coro de una guerra
al menos en la imagen: un tipo derrotado
en medio de la escena
Ah Píndaro, fue fácil toparse en ese cruce
armado en la memoria a un costado del frío
Sólo años después reconocí ese instante
en una triste página del espectro electrónico
Ah Píndaro, yo solía ser ese, aquel en la pradera
hoy día de concreto
aunque esta imagen yazca en un lugar ya muerto.
Así rieles que emergen de una estación de trenes
nuestros días se cruzan y separan
son las vías que se abren y se acercan
para unirse en la línea y desviarse de nuevo
si acaso obedecemos las señales ruta
la pantalla que ordena nuestro vagar incierto
y alejan nuestros pasos al llegar al suburbio
con oscuros semáforos
Mas si ves desde lo alto divisaras el baile
este vibrar de aceros sobre el jadeante plano
para optar si quisieras por un itinerario
por compartir un trazo antes de aquel abismo
esa estación final.
Lira sobre el puente de Lutecia
Tal vez allá en Lutecia
donde pasé jornadas de ventura
e igual delicadeza
exista sin premura
la imagen memorial de la hermosura:
mirada sonriente
el persistente tránsito de naves
la foto que no miente
Al fondo apenas cabe
esa enorme alegría del enclave
¡Qué cosa la memoria!
Al paso de los días y sus meses
ya convierte en historia
un hecho que acontece
en un cantar que el pálpito remece
Mas no todo es del tiempo
depende del correr bajo las aguas
de las notas del viento
del rasgar de las damas
o el arte de silbar de ciertas ramas
Tal vez la circunstancia
de la arteria central y los feriados
del largo de esa estancia
haga que haya olvidado
el necesario olor de su costado
Y ahora sin la cámara
donde buscar la imagen requerida
escarbo ya esfumada
una escena perdida
tras el voraz incendio de los días
Pensando bien la cosa
no existe aquel instante ni la regia
figura primorosa
El tiempo es pura amnesia
y no recuerda un puente allá en Lutecia
Discurso del piloto automático
Así una cuadrilla de aviones de combate
planeas sin ningún objetivo
Pasa por los mapas sin tocarlos
imagen sobre el espejo de la realidad
Pájaros no somos migratorios y el sol:
un balón desinflado pateado por arcángeles
Vuelas
vamos hacia distintos rumbos por otras estaciones
las ciudades despiertan como iguanas de luz aferradas
al mundo
El Ecuador es un trazado en el cielo
divide nuestras alas así la noche de la primavera
Está allí ante tus ojos -ábrelos- dibujado en tu mirada
tus movimientos crean el paisaje
en aquel yo navego
pero un bosque de nubes una ciudad de esculturas de crema
un cementerio de icebergs separan nuestro vuelo
(tu piel está hecha de aluminio de naves
tu corazón es una caja negra)
Ahora tu rostro se difuma giras de curso
te pierdes dibujada entre las ocres lomas
ningún caza enemigo vendrá del horizonte
todo está previsto desde tu plan de vuelo
Está bien sigue la nada
tu piloto automático te ha obedecido sin discutir
sin ver la tierra germinar allá abajo.
A mi colega Teresa, allá en Ávila
Ahora en la último jornada de este junio
ya pasado el solsticio
cuando todos aguardan el renacer del sol
y la tarde está fría
doy gracias por favores que me fueron negados
así un brazo se extiende y queda en el vacío
y es devuelto a los sueños
o a estrellarse en las rocas de aquesta realidad
Si ese amor me hubiera sido no tendría este día
ni el placer del silencio ni el gozo en la nostalgia
y si acaso aceptado por alguna milicia
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