El concepto de Singer de persona: la persona como conciencia de sí
Hemos visto que la orientación utilitarista de la ética de Singer proviene del influjo de Bentham y de Hume. Ahora hay que analizar su concepto de persona, cuyo origen se halla en Locke.
Singer distingue en la expresión ser humano dos sentidos que considera disociables, es decir, que de suyo no tienen por qué coincidir. Ser humano significa tanto ser miembro de la especie Homo sapiens como ser persona. Así pues, según Singer, la misma expresión ser humano puede significar cosas bien distintas. Los dos sentidos contenidos en esta expresión no van necesariamente unidos, como hemos dicho, pues es posible que haya personas que no son miembros de nuestra especie (Singer piensa sobre todo en los grandes simios) y hay miembros de nuestra especie que no son personas (aquellos que carecen de conciencia). 56El expediente —llamémoslo así— de Singer para llegar a este resultado está en el modo de entender la función de los actos racionales . Entendiendo el concepto actos racionales en un sentido muy impreciso (que en última instancia es falso), Singer se cree autorizado a otorgar personalidad a determinados animales dotados de un sistema nervioso desarrollado. Es claro que nuestro autor identifica racionalidad y capacidad cerebral desarrollada. Igualmente a algunos seres humanos (de naturaleza racional por consiguiente, pero impedidos de realizar los actos propios del hombre) Singer les niega el carácter de personas. El resultado al que de este modo llega nuestro autor es sumamente grave, porque a dichos seres humanos no personales se les podría eliminar (o usar de cualquier forma, que siempre es menos que matar), aunque, eso sí, sin causarles dolor.
Pero vayamos por pasos. Los dos sentidos que Singer distingue en la expresión ser humano en el fondo corresponden (aunque con un claro toque materialista) a lo que hemos dicho antes sobre la naturaleza y los actos. Desde el punto de vista de la naturaleza (que Singer entiende en un sentido meramente material o biológico), el ser humano es el individuo miembro de la especie biológica Homo sapiens . Aquí la naturaleza humana se identifica con la especie zoológica Homo sapiens . Desde el punto de vista de los actos, el ser humano es persona solo en la medida en que es capaz de hecho de realizar actos de razón (Singer prefiere decir actos conscientes ). Lo más importante a tomar en cuenta de este análisis de la persona es que el énfasis se pone en los actos . El cambio con respecto a la metafísica salta a la vista: la persona deja de ser aquella instancia metafísica permanente que funda el carácter de ciertos actos y se convierte en el conjunto mismo de los actos realizados; es decir, la noción de persona se desplaza desde el ser al obrar . De este modo se evitan las exigencias que dimanan de la noción metafísica de persona, que no excluye de ningún modo los actos (al contrario, les proporciona su fundamento), pero que pone el énfasis no en ellos, sino en el ser de naturaleza racional, es decir, en el nivel entitativo, que es más profundo que el nivel operativo. En el sentido tradicional del término, la persona es tal en virtud de su propia esencia. Para Singer, en cambio, la persona es tal en virtud solo de sus actos conscientes . La diferencia es notoria. En el primer sentido la personalidad descansa sobre la naturaleza, que es un nivel precedente, más profundo que el de los actos y que además es permanente; en el segundo, la personalidad se funda sobre los actos, con la consecuencia de hacer de la personalidad algo periférico y discontinuo.
Para llegar a esta posición sobre la persona, Singer se apoya ante todo en John Locke. En su Ensayo sobre el entendimiento humano , Locke define la persona como «un ser pensante e inteligente, provisto de razón y de reflexión, y que puede considerarse a sí mismo como sí mismo, una misma cosa pensante en diferentes tiempos y lugares». 57En esta definición encontramos de nuevo los niveles entitativo y operativo, es decir, la naturaleza y los actos racionales. Es claro, como ya sabemos, que la definición de persona se apoya en el concepto de sustancia, también la noción de persona de Locke. Pero para Locke, que es uno de los iniciadores de la filosofía de la conciencia en la filosofía moderna, en detrimento de la filosofía de la sustancia (es decir, de la teoría del conocimiento en detrimento de la filosofía del ser ), la sustancia se ha convertido en el sustrato desconocido de los accidentes. 58Aplicada la noción de sustancia al concepto persona de Locke, el sustrato desconocido de la persona equivale a su naturaleza, mientras que lo conocido de ella son sus accidentes, es decir, sus actos de razón, especialmente aquellos de reflexión, en virtud de los cuales una persona es consciente de su propia identidad a lo largo del tiempo. Pero incluso presuponiendo en esta noción de persona el concepto de sustancia, Locke (del mismo modo que Singer) enfatiza la vertiente operativo-racional (el acto de considerarse reflejamente a sí mismo), relegando a un segundo plano el aspecto entitativo de la naturaleza. De este modo la personalidad descansa según Locke en la conciencia de sí mismo , es decir, en los actos reflejos de razón . En última instancia, la conciencia de sí y la personalidad para Locke son una y la misma cosa. 59Ahora bien, si se acepta consecuentemente esta noción, se llegará a la conclusión de que «el ser pensante e inteligente» que, por cualquier causa, momentánea o permanente, no realiza los actos reflejos de razón, no es persona.
Una vez introducida en la noción de ser humano la escisión del sentido biológico (como Singer prefiere considerar la naturaleza humana) y el moral (el nivel de los actos racionales), no se hacen esperar lamentables consecuencias. La disociación en el ser humano de ambas dimensiones permite a Singer legitimar la eliminación de aquellos seres humanos que, aunque biológicamente tales, carecen de conciencia, y por tanto de la personalidad.
La aportación de Michael Tooley al concepto de persona de Singer
Ahora bien, si la persona es tal en virtud de los actos racionales que realiza, resulta entonces que las personas son tales únicamente mientras tienen conciencia en acto, y dejan de serlo tan pronto como aquellos actos cesan por cualquier motivo. Este es el problema fundamental que Singer tendrá que resolver: el descubrimiento de algo permanente que asegure la continuidad de la personalidad en un ser que no realiza actos racionales, sino de un modo intermitente. El problema, en el fondo, es el viejo problema del suppositum y de las actiones , o si se prefiere de la sustancia y del accidente acción , es decir, un problema típicamente metafísico. Pero como Singer es un pensador utilitarista, es decir, un pensador que ha renunciado a la metafísica, se encuentra ahora con un problema prácticamente insoluble.
Para salir del atolladero recurre a un filósofo americano llamado Michael Tooley. En opinión de Tooley —a quien Singer cita por extenso—, las personas , que son «los seres capaces de concebirse como entidades distintas existentes a lo largo de tiempo», son los únicos seres que tienen derecho a la vida . Tooley argumenta del siguiente modo. Los derechos se basan siempre en deseos. Y los deseos se basan en la vida consciente, que, según Tooley (al igual que Singer), es lo que constituye la personalidad. El resultado es que solo las personas (humanas y no humanas) tienen derecho a la vida .
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