Timoteo, déjame repetir. Tus ovejas deben saber y sentir, más allá de cualquier duda, que tú eres amable, gentil, amistoso, que estás interesado, concentrado y eres cordial. Si ellos dudan la realidad de estas virtudes, inevitablemente dudarán de tu amor. Si dudan de tu amor, tu efectividad ministerial estará virtualmente paralizada.
Mientras concluyo la respuesta a mi segunda pregunta, escucha una vez más el consejo de Charles Spurgeon. Él dijo:
Un hombre debe tener un corazón grande, si ha de tener una congregación grande. Cuando un hombre tiene un corazón grande y lleno de amor, los hombres van a él tal como los barcos a un puerto, y se sienten en paz cuando se anclan bajo la cobertura de su amistad. Tal hombre es cordial en privado, tanto como en público; su vida no es fría o dudosa, sino que es tan cordial como tu chimenea. 19
Ama a Tu Rebaño, ¿Qué es lo que debe vencerse?
Como probablemente has descubierto, el amar a tu rebaño no siempre es fácil. A veces, puede ser bastante difícil. Este es un fenómeno que necesitamos entender. Mientras más conscientes estemos de las fuerzas que se oponen a un amor desinteresado y pastoral, más triunfaremos en vencerlas.
Me parece a mí que hay enemigos internos y externos que se levantan en oposición al tipo de amor pastoral que debemos poseer. Esas “fuerzas guerrilleras” en nuestro interior se apoyan en el pecado que mora en nosotros: parcialidad, egoísmo, pereza, orgullo, etc. Tú puedes imaginarte cómo se manifiesta nuestro egoísmo. ¡Las maneras de hacerlo son prácticamente ilimitadas!. Un día de trabajo duro ha terminado. Tú y María han planeado una salida, una pequeña escapada. La niñera para tus hijos está preparada. Todo parece estar listo cuando el teléfono suena. Timoteo, tu puedas finalizar la historia. Podría ser un problema matrimonial o cientos de otras cosas. El punto es que muchas veces el asunto es suficientemente serio como para que tú, con amor, hagas tus planes a un lado y atiendas a las ovejas que están balando. Solo el amor de Cristo evita el resentimiento, conquista la carne y hace amablemente el sacrificio. El tiempo y el espacio no me permitirán comentar la forma en que la pereza, el cansancio, el desanimo, el resentimiento, el orgullo y la superficialidad también lanzan sus destructivas granadas. Todo lo que puedo decir, hermano, es que debemos hacer guerra continua contra estos y otros pecados residuales que buscan capturar y aprisionar a nuestro amor.
También hay enemigos del exterior : la tiranía potencial de las responsabilidades administrativas, el acelerado ritmo de la vida, interrupciones inesperadas, etc. Agrégale a estas fuerzas opositoras, aquellas ovejas que son difíciles, molestas, criticonas, impacientes y difíciles de complacer y que parece que demandan tanto de nuestro precioso tiempo. Tratamos de lidiar con las circunstancias de la vida por medio de la asignación de prioridades y la administración de nuestro tiempo pero aun así estas distracciones inevitables se ponen en el camino y obstaculizan el amor que queremos mostrar. El desafío más difícil es: ¿cómo amar a aquellos que no inspiran amor? Dios, sabiamente, ha puesto algunos de ellos en cada congregación. A pesar de que son agotadores y algunas veces frustrantes para nosotros, son preciosos para el Salvador. Son los MDG de nuestro rebaño, esos “medios de gracia” diseñados para hacernos a nosotros más piadosos. Quizás has escuchado el dicho: “vivir allá arriba con los santos que amo… ¡Oh, eso será la gloria!, pero vivir abajo con los santos que conozco, ¡eso es otra historia!” Amar a esas ovejas solo puede hacerse por medio del amor que nuestro Pastor tiene por nosotros. ¡Para tener una fuerza así, debemos acudir al Fuerte! Este pensamiento le da una transición natural a mi cuarta pregunta.
Ama a Tu Rebaño, ¿A Quién debe Parecerse?
Cuando pensamos en la calidad del amor pastoral que deseamos, se levanta una pregunta lógica, ¿a quién debe parecerse? Afortunadamente, no necesitamos buscar la respuesta por mucho tiempo. El ejemplo definitivo de amor pastoral es sin ninguna duda el Señor Jesucristo.
El apóstol Pablo habló repetidamente del amor de Cristo. En Efesios 3:19 lo describió como aquello que “sobrepasa todo conocimiento”. Quizás la característica principal y más asombrosa de este amor incomprensible sea su entrega de si mismo. En esa misma epístola a los Efesios, el apóstol dijo a continuación, “así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). En Gálatas 2:20, Pablo habló en términos muy personales y afectuosos. Él dijo “El hijo de Dios el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” En referencia a su propia bondad como pastor, el Señor Jesús dijo, “el buen pastor su vida da por las ovejas.” (Juan 10:11). Nuevamente, al reflexionar en la calidad de Su amor, el Salvador aseguró claramente, “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (Juan 15:13).
Querido amigo, si el acto de mayor semejanza a Cristo que un esposo puede hacer por su esposa es entregarse por ella, entonces seguramente el acto de mayor semejanza a Cristo que podemos hacer por nuestras ovejas es entregarnos por ellos. La esencia del amor que necesitamos emular es el sacrificio. El “amante” perfecto es nuestro precioso salvador. A medida ejercemos nuestros ministerios y nos esforzamos por asemejarnos más a Él, “contemplando como en un espejo” la gloria de nuestro Señor, seremos transformados en su misma imagen (2ª Cor. 3:18). Nosotros y nuestro amor, serán más semejantes a Él y a Su amor. Si por la bondad de Dios, nuestros ministerios son extensos, encontraremos miles de formas de entregar la vida por nuestro rebaño, a menudo hasta el punto del cansancio hasta el mismo día de nuestra muerte.
Otra virtud crítica ejemplificada en el carácter de nuestro Señor es la paciencia . Cada vez que leo los evangelios, me sorprende ver con cuanta gracia soportó la incredulidad, ignorancia, torpeza , ingratitud y orgullo de Sus discípulos. En una ocasión le tuvo que decir a los doce, “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido? ( Juan 14:9). En otra ocasión, dijo “¡Insensatos y tardos de corazón para creer! (Lucas 24:25). Frecuentemente lo escuchamos lamentarse “Hombre de poca fe” (Mateo 14:31). En la misma víspera de Su crucifixión, cuando Su corazón estaba abrumado con la visión del abandono divino, Sus débiles, incrédulos y apagados discípulos hasta se enzarzaron en una disputa “sobre quién de ellos sería el mayor.” (Lucas 22:24), ¿cómo respondió aquel a quien debemos parecernos? Siempre, siempre, siempre con la amabilidad y compostura de la paciencia. Timoteo, nuestros discípulos no son diferentes a los del Señor. Ellos, al igual que sus pastores, también luchan con la incredulidad, ignorancia, torpeza, ingratitud y orgullo. Nuestra tarea es ayudarlos a salir de esos pecados con un amor paciente que sea semejante al de nuestro Salvador.
Ama a Tu Rebaño, ¿Dónde Están sus Recursos?
Querido hermano, llego ahora a mi ultima pregunta, “¿Dónde están sus recursos? Cuando meditas en la necesidad de amar a tu rebaño, el aspecto que esto tiene, qué debe vencerse y a quién debe parecerse, seguramente al igual que yo te sentirás abrumado. Al contemplar estas cosas, nos encontramos clamando junto con el apóstol Pablo “Y para estas cosas, ¿quién es suficiente? (2 Corintios 2:16). Claro que la respuesta es ¡nadie! Sin embargo, el mismo apóstol, unos pocos versículos después nos señala a la verdadera esperanza. Nos dice “nuestra capacidad proviene de Dios” (2 Corintios 3:5). La responsabilidad de amar a nuestras ovejas de una forma agradable al Señor es trascendental. Algunas veces, hasta parece imposible. Pero el hecho es que todos los recursos necesarios para tan difícil tarea están disponibles fácilmente. Se encontrarán en el Dios trino de la Escritura. Simplemente debemos correr a Su Palabra y a su trono.
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