Día 2: La costa guipuzcoana.Hondarribia, Pasaia, Zarautz, Getaria, Zumaia (playa de Itzurun, mundialmente famosa gracias a la serie Juego de Tronos )... El litoral guipuzcoano no es muy largo (86 km), pero sí muy intenso por la cantidad de puntos de interés que vale la pena visitar, con encantadores pueblos marineros y tentadoras playas. Céntrese principalmente en los que acabamos de citar y no olvide que aquí se pueden practicar surf, buceo o vela, además de comer en algunos de los mejores restaurantes del País Vasco, que no es poco decir.
Día 3: Bilbao.Por la mañana, primer plato fuerte: paseo por la ría y... el Guggenheim. Imprescindible, por supuesto. En sus alrededores hallará buenos sitios para comer. Después, un paseo por el elegante Ensanche para cruzar al Casco Viejo por el puente del Arenal. Pase el resto de la tarde en el Casco Viejo disfrutando del ambiente de sus calles, visitando los monumentos más antiguos de la ciudad y, cuando apriete el hambre, comience la tradicional ruta de los pintxos por esas mismas callejuelas peatonales.
Día 4: La costa vizcaína.Lekeitio, Gernika, el bosque de Oma en Kortezubi (los árboles pintados por Agustín Ibarrola) y la cueva de Santimamiñe —en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai—, Bermeo y San Juan de Gaztelugatxe (ojo, con entrada previa), Sopelana,... Si tiene tiempo, incluya también Plentzia en su ruta, un pueblo encantador ya muy cercano a Bilbao.
Día 5: Vitoria.De plaza en plaza (plaza de España, de la Burullería, del Machete y los Arguillos...), en una mañana puede recorrer el núcleo más antiguo de la capital vasca y visitar sus principales monumentos, como la Casa del Cordón, el palacio Escoriaza Esquivel o la basílica de San Prudencio de Armentia. ¡No deje de subir a la torre de la iglesia de San Vicente! Por la tarde, dos opciones museísticas: el Bibat-Museo de Arqueología o el Artium-Museo de Arte Contemporáneo (fíjese: Picasso, Miró, Tàpies, Oteiza, Ibarrola...). Claro que si puede ver los dos...
Día 6: La Rioja alavesa.Un breve recorrido por esta famosa comarca vinícola debe conectar tres localidades: Labastida (visite el barrio barroco y pruebe sus célebres chuletillas al sarmiento), la encantadora ciudad fortificada de Laguardia y Elciego. En esta última, si el presupuesto lo permite, está la opción de comer en el restaurante del hotel Marqués de Riscal, en el emblemático edificio de Frank Gehry. Si no, hay muchas más opciones exquisitas en toda la comarca. Desde luego, en su agenda no puede faltar la visita (o visitas) a alguna bodega.
Día 7:Regreso.
Breve estancia en Cantabria
Un territorio pequeño pero con una gran variedad de atractivos: pueblos marineros, playas, paisajes de montaña y bonitos rincones para explorar a pie o en bicicleta.
Día 1: Santander.Para visitar a conciencia la capital de Cantabria, que cuenta con una magnífica bahía, es imprescindible un día entero. Por la mañana, visita a la catedral y al palacio de la Magdalena, y luego paseo por el parque. Diríjase a las playas del Sardinero para almorzar en uno de los restaurantes con vistas al mar y relajarse en la playa o en el casino, dependiendo de su estado de ánimo. Al final del día, una copa o un helado en alguno de los establecimientos de la plaza de Italia. Regrese al centro para pasear, comprar en las calles Burgos o Juan de Herrera y tomar una copa en el café de Pombo. Cena en una de las bodegas de la plaza de Cañadío.
Día 2: Excursión Castro Urdiales-Laredo.Hacia el este por el litoral, visite Castro Urdiales, un pueblo costero donde podrá pasear por sus playas y disfrutar de su encantador casco histórico. Cerca del ayuntamiento, frente al puerto, se pueden admirar las vistas mientras se degusta el marisco que ofrecen los excelentes restaurantes de la ciudad. Luego, en Laredo, disfrutará de los cuatro kilómetros de fina arena de la playa de La Salvé.
Día 3: Ruta Santillana del Mar-Altamira.Hacia el oeste, puede pasar una mañana en Santillana del Mar. Como un escenario cinematográfico, se trata de un pueblo medieval cargado de historia, con calles empedradas y edificios muy antiguos de gran belleza. Visite su colegiata, del siglo XII. Comida en Santillana, aprovechando alguno de los restaurantes con jardín o terraza. Por la tarde, vaya a Altamira para visitar el museo y la réplica de «la Capilla Sixtina del Paleolítico», cuya cueva original no puede visitarse. Regreso a Santillana para disfrutar de esta joya durante la noche.
Día 4: Excursión Comillas-San Vicente de la Barquera.Algo más al oeste de Santillana, en Comillas, hay que acercarse al Capricho de Gaudí, en la zona alta de la villa, una de las tres únicas obras que creó fuera de Cataluña. Luego diríjase a San Vicente de la Barquera. Almuerzo en su encantador puerto pesquero, bajo la mirada benévola del castillo y la iglesia de Santa María. Aquí podrá degustar el sorropotún, un guiso de atún con cebolla, tomate y patata. Luego recorra el paseo marítimo y haga una pausa en alguna de sus terrazas para tomar unas copas al atardecer.
Días 5 y 6: Los Picos de Europa.Al acercarse a este macizo montañoso de 2648 metros de altitud descubrirá los pueblos de Potes, con su imponente torre del Infantado (del siglo XV) y el monasterio de Santo Toribio (importante centro de peregrinación), y Fuente Dé. Desde este último, tomando el teleférico obtendrá una inmensa vista panorámica de la región. Al regresar hay que pasar por la Reserva Nacional del Saja, una zona protegida que constituye un muy buen ejemplo de bosque atlántico. Lejos de los circuitos más turísticos, esta ruta le permitirá ver el trabajo de los artesanos y tal vez traerse unas abarcas decoradas.
Día 7:Regreso.
Breve estancia en Asturias
Cuna del Reino de España, Asturias está repleta de testimonios históricos. Una emocionante estancia en las raíces de la historia de nuestro país.
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