Caamaño, Armando
Pensamientos de ayer y hoy / Armando Caamaño ; Leonardo D. Zeni. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0814-0
1. Poesía Argentina. I. Zeni, Leonardo D. II. Título.
CDD A861
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: info@autoresdeargentina.com
A mi abuela,
sin su aporte, esta obra nunca se habría escrito.
Gracias, porque tu sola presencia fue un regalo en mi vida.
Te extraño y cuando termine este viaje
espero nos volvamos a encontrar.
A mi bisabuelo,
sin sus manuscritos, este libro no existiría.
Gracias, porque de algún extraño modo me inspiraste a escribir.
No te conocí pero cuando termine este viaje espero hacerlo.
Prólogo
Hace muchos años mi abuela me regaló un cuaderno que se notaba tenía varias décadas, pero al cual ella atesoraba con profundo cariño y celo. En él, había poemas escritos por su padre, mi bisabuelo, eran textos muy antiguos y cargados de una profunda hermosura. Después de leerlo, algo dentro de mí me decía que tenía que hacer algo con las palabras que allí descansaban. Por mucho tiempo la idea de publicar un libro en su honor, rondó mi cabeza pero nunca me decidía a concretarla. Hasta hoy…
Mientras escribo estas líneas tengo la satisfacción de aquél que ha cumplido con una misión largamente postergada. No son muchos los poemas que en este antiguo cuaderno pude encontrar, pero los suficientes como para mostrar al mundo la belleza de sus reflexiones e ideas. En el camino recorrido durante la transcripción de los mismos, una inspiración inefable se apoderó de mí, la cual me urgía a dejar plasmados mis propios poemas en estas páginas. Siendo fiel a la verdad, jamás había escrito antes y mucho menos se me hubiese ocurrido escribir poesía o algo en tono poético. Pero un llamado surgió en mí y es así como puedo decir que este libro ha sido escrito en coautoría con mi bisabuelo.
En la primera parte se encuentran los pensamientos de ayer, correspondientes a los poemas suyos y en la segunda parte, los pensamientos de hoy, que son mis propias palabras.
Mi intención es que esto sea un homenaje a su memoria y que las futuras generaciones de nuestra familia tengan en sus manos un tesoro espiritual de su antepasado y lo conserven y valoren así como yo lo he hecho.
Leonardo D. Zeni
Manantiales del alma…
Yo escribo por instinto, siento la necesidad imperiosa de hacerlo, como el sediento experimenta el vehemente deseo de beber agua, son manantiales del alma que dejo correr llevado de su impulso. Lo que escribo no puede ser selecto ni pretendo que sea medianamente bueno. No he tenido maestros ni he tenido quien me guíe; adolescente aún tomé el camino de la vida, sin saber si marchaba hacia la luz o hacia las sombras…
Dejo pues correr la pluma expresando llanamente el pensamiento, sin palabras rebuscadas, sin una perfecta conjunción de los verbos, pero espero que él tenga esa dulce armonía que emana de las cosas sentidas, o un poco de sentimiento; quiero que sea un verdadero manantial del alma…
Armando Caamaño
PRIMERA PARTE
PENSAMIENTOS
DE AYER
ARMANDO CAAMAÑO
Motivo
La causa de un gran dolor,
No lo dudéis un momento,
Es la que pulsa mejor
Las cuerdas del sentimiento.
El alma que se encuentra herida
A veces halla en el canto
Bálsamo para su quebranto
O sueños, para continuar la vida…
A una calle
Callecita querida, confidente de nuestros amores, callecita apacible y silenciosa que muchas veces sentiste el eco de un beso, que fuiste testigo de nuestras promesas de amor. Hoy, he vuelto solo, ¡qué triste que estás! Una honda congoja me mata de pena.
Ni siquiera veo las comadres viejas detrás de las puertas, que escandalizadas al ver que un beso me dabas, tejían comentarios, mientras a sus memorias volvían recuerdos de cosas peores que ellas hicieran cuando eran jóvenes.
No ha roto el silencio la risa de “ella”, hoy me ves solo callecita amiga. ¿Te acuerdas? Cuantas veces nos viste muy juntos a los dos, cambiando promesas bajo las estrellas…
Si la ves dile… no le digas… déjala que pase… no le digas que yo he estado buscando consuelo en viejos recuerdos; ahondando mi pena… no le digas nada, déjala que pase…
La tumba abandonada
He ido a visitar la Ciudad de los Muertos. Mansión de paz, de recuerdos, de silencio y de olvido. Me he detenido ante un mármol invadido por el polvo y las malezas, se ve que hace mucho tiempo que ninguna mano piadosa llegó hasta él para limpiarlo. Alcanzo a leer un nombre, y debajo de él, estas palabras: “Vives en mí”- Elisa.
Tres palabras que en su significado encierran un mundo. ¿De la esposa o de la novia? Tumba hoy olvidada, quiero ofrendarte una flor en nombre de quien grabó sobre tu lápida esas tres palabras que sin duda fueron dictadas por el dolor y la congoja… quizás ella también partió hacia el misterio de la nada, y es por eso que a esa lápida la cubre el polvo, la maleza y el olvido…
¡Ni siquiera una flor seca! Se ve que hace mucho tiempo que estás solo; que no ha rozado tu piedra el murmullo de una plegaria y menos aún la del llanto. ¡Ni siquiera una flor silvestre te acompaña! De esas flores que nacen solas en todas las tumbas. Pero la tierra de la tuya está reseca. ¡Debe hacer mucho que no recibe la caricia de una lágrima!
Duerme tranquilo… me voy despacio, como si temiera despertarte de tu sueño. No despiertes, no. Los muertos no deben despertar. A lo mejor tu Elisa, la que ayer bañara en lágrimas cada una de las letras de su dedicatoria, goza hoy, en brazos de otro, los placeres ficticios de la vida…
Me voy, dejándote esa flor como recuerdo… me voy despacio… sigue durmiendo…
Ruinas
Pasan los años y se va la vida
Y con ella también las ilusiones.
Todo muere, pasa o se olvida
Y se secan también los corazones…
Yo sé que un día llevarás la pena
De haberme perdido para siempre,
Yo sé que tu lágrima piadosa
Rozará la tierra
De mi humilde fosa.
Llorarás en cano, pues tu llanto
No podrá por mí ser escuchado.
Sólo te pido que de tanto en tanto
Te allegues a mi lado,
Donde estarán mis huesos
De la vida hastiados, descansando.
¡Hastiados de la vida!
Si será cierto lo que estoy pensando
Si será cierto lo que estoy diciendo
Si será cierto que el jardín de amores
Le da flores a un muerto
Que muerto en vida está
¡Y está escribiendo!
Desengaño
Pasaste ante mí, altiva y fría
Indiferente al dolor de mis dolores
Tú, que eres el amor de mis amores
Y el sueño amado de la mente mía.
En cada letra que mi mano escribe
Se agita mi pena y mi tormento
Al ver que has roto el juramento
Que en todas las horas de mi vida vive.
No fueron tus lágrimas sinceras
Pues me niegas el rostro si te miro.
Ebrio de pena, en mi dolor deliro,
¡Ya no eres para mí lo que antes eras!
Me niegas tu rostro, que he besado
Poniendo en mis besos la ternura
Que es hoy, fuente de amargura
Que mata ese amor idealizado.
Si no hubiera gozado
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