Las víctimas del franquismo por su condición sexual son los grandes olvidados de la HISTORIA, y escribo historia en mayúsculas, porque con su sudor y sangre fueron escritas las líneas más cruentas y farragosas del franquismo, que hasta ahora nadie se ha atrevido a leer.
De igual modo, cabe advertir al lector que no se encuentra ante un ensayo al uso, sino más bien ante un ensayo atípico, donde priman lo autobiográfico y la subjetividad, pero sin renunciar por ello a los hechos históricos.
Lucas J. Marín
HOMOSEXUALIDAD, UNA APROXIMACIÓN
Quizás esta parte del ensayo sea la más difícil de digerir por el lector, pero no hay que restarle importancia, pues nos ayudará a comprender el posterior desarrollo de la consideración legislativa y social hacia la homosexualidad.
Las teorías sobre el origen de la homosexualidad son muy variadas y de diversa consideración. En 1825, Sir Alexander Morrison contemplaba la homosexualidad como un tipo de desequilibrio mental parcial, cuya principal característica es una inclinación irrefrenable hacia la realización del delito contra natura. La visión más científica en torno a la homosexualidad se desarrollaría a lo largo del siglo XIX.
Una personalidad del momento, Karl Westphal, que era profesor de psiquiatría en Berlín, fue el primero en considerar la homosexualidad como un problema clínico y científico. Con la publicación en 1869 de un artículo relatando el caso de lesbianismo en la revista Archiv für Psychiatrie, el sentimiento sexual contrario, como él había denominado a la homosexualidad, no era algo adquirido, sino congénito. En cambio, la del neurólogo Richard Von Krafft-Ebing se convertiría en una obra de referencia al considerar la homosexualidad como una psicopatología de la vida sexual.
Otra apreciación acerca de la homosexualidad no menos interesante es la que se hace en 1891 en el libro Die conträre Sexualenpfindung, donde la homosexualidad aparece como consecuencia de la masturbación. En cambio, el británico Henry Havelock descartaba la relación entre la homosexualidad y la masturbación.
Destaca el papel del padre del psicoanálisis, el señor Sigmund Freud, que desarrolló las teorías sobre el origen de la homosexualidad que más repercusión han tenido. Se refería a los homosexuales y lesbianas como desviados, distinguiendo en ellos tres tipos: invertidos absolutos, invertidos anbigénicos e invertidos contingentes. Los invertidos absolutos son los que posteriormente han sido denominados como homosexuales exclusivos. Los anbigénicos serían los bisexuales y los contingentes aquellos que tendrían prácticas homosexuales dependiendo de las circunstancias.
Según Freud, los invertidos, en sus primeros años de vida, sienten una fijación hacia la mujer tan fuerte que después de abandonar esa fijación se identifican ellos mismos con esa mujer y se toman a sí mismos como objeto de deseo sexual. El invertido o desviado, partiendo de su narcisismo, buscará en sus iguales alguien parecido a él, para darle su amor del mismo modo que su madre se lo había dado a él.
Asimismo, Freud consideró como factor importante a la hora de desarrollar una desviación homosexual la función del padre como eje fundamental, pues esta ocurre cuando su labor como padre no es correcta.
Otra teoría que ofrece Freud para explicar el origen de la homosexualidad es el narcisismo genial del individuo. Es tal la fascinación que este siente por los suyos propios que busca unos semejantes, al descubrir la carencia de pene por parte de la mujer.
Será en 1922 cuando Freud proponga una de sus teorías más arriesgadas, siendo la mujer el punto sobre el que se vertebre la homosexualidad, como consecuencia de la excesiva fijación del hijo hacia la madre. El niño pasará a identificarse con el sexo biológico al que no pertenece. En este caso, si hubiera un hermano mayor, este sería considerado como un rival en su camino.
Freud estaba convencido de que lo que realmente atrae a los hombres de otros semejantes homosexuales son las cualidades femeninas de estos. Además, considera que hay más lesbiana de carácter masculino que hombres afeminados.
Es preciso aclarar, como considera Juan A. Herrero Brasas, que Freud en ningún momento entiende la homosexualidad como una enfermedad, sino como una desviación de la norma, por lo que el tratamiento médico no estaría contemplado como una solución a esa divergencia.
HOMBRE, SEXO Y SOCIEDAD ****1
Hombre, sexo y sociedad es a la par una historia y un análisis de las costumbres y prácticas relacionadas con el sexo, sin excluir el tema de la píldora y de la revolución que esta ha supuesto en la sexualidad y en la educación sexual. El profesor Ashley-Montagu describe algunos de los ritos más primitivos que aún hoy se siguen practicando, critica los informes Kinsey, ataca a quienes por oscuras razones de una moralidad poco natural han hecho, a través de los siglos, que el sexo se convirtiese en algo oculto y prohibido. Va pasando revista a los mitos impregnados de temor y represión que circulan en torno a la masturbación y a la homosexualidad, impugnando asimismo los errores tan extendidos en torno a la virginidad, la menstruación y el embarazo. Otros puntos de que se ocupa el doctor Ashley-Montagu son la superioridad sexual de la mujer, los efectos psicológicos que sobre la personalidad tiene el orden de nacimientos, creencias y prácticas para determinar el sexo del futuro niño, costumbres y ritos relacionados con el sexo, cortejo y matrimonio. Al tratar todos estos puntos, el doctor Ashley-Montagu conjuga la biología, la genética, la sociología, la psicología y la etnología, y el resultado es un libro sumamente sugestivo y de amena lectura, al tiempo que sólido e instructivo desde el punto de vista científico.
La Vanguardia. Jueves 3 de diciembre de 1970. Pág. 52.
Al respecto de las teorías biológicas, son tres las consideradas. Por un lado la endocrinológica, la neuroanatómica y por última la genética. Será el científico alemán Gunter Döner, quien proponga que la homosexualidad está determinada por el número de hormonas masculinas o femeninas recibidas durante una etapa crítica de la fase prenatal.
En el siglo XX, destaca el estudio del científico Alfred Kinsey, el cual realizó el conocido por su nombre como “Informe Kinsey”. La importancia del mismo radica, en que fue la primera encuesta a gran escala sobre la sexualidad en los Estados Unidos de América, revelándose la homosexualidad como un comportamiento, o tendencia más frecuente en el comportamiento sexual de los humanos. Es el creador de la conocida como “Escala Kinsey”. Existen detractores de este tipo de estudios, por ejemplo hay quien considera la Escala Kinsey, como un estudio sin fundamento alguno, que pretende medir mediante con una escala, cuán homosexual se es en relación con un baremo establecido.
****1 M. F. ASHLEY-MONTAGU. Colección «Tiempo al tiempo». Madrid: Guadiana, 1970.
DIAGNÓSTICO PRENATAL DE
LA HOMOSEXUALIDAD
La homosexualidad podría ser diagnosticada ya en el feto entre el cuarto y el séptimo mes de embarazo, según un estudio del Instituto de Endocrinología Experimental de la Universidad Humboldt de Berlín Oriental. Los seres homosexuales mostrarían una concentración hormonal distinta a los demás, informa el citado estudio. Sus autores, los doctores Ronde, Stahl y Douerner, creen que la homosexualidad es provocada por una deficiencia de hormonas andrógenas en el momento de la diferenciación cerebral. La alteración resultante en el cuadro de concentración hormonal puede ser detectada ya en el cuarto mes de embarazo, facilitando el diagnóstico precoz de una futura homosexualidad.
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