Guillermo Fárber - Te vi pasar

Здесь есть возможность читать онлайн «Guillermo Fárber - Te vi pasar» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Te vi pasar: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Te vi pasar»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Todos han conocido alguna vez el amor. Tal vez la mayoría ha sentido la pasión en cualquiera de sus manifestaciones. El erotismo, no. Ésa es una práctica para pocos seres especiales, para espíritus sensibles, para jóvenes y adultos con una cierta cultura de la sensualidad y de la combinación de inteligencia con la agudeza de los sentimientos más profundos o con las terminales nerviosas más epidérmicas. Este libro es una prueba que el autor les pone a las mujeres frente a sus parejas y a los hombres frente a sus ilusiones de realización plena. Es un examen para quienes, desde los catorce años en adelante y quizás hasta los noventa, no han olvidado para que sirven los cinco sentidos. En el erotismo más antiguo, como en el de hoy, Fárber confirma que si no se utilizan todos y cada uno de ellos en ese gran momento, no hay erotismo real, sino rituales truncos o falsos.

Te vi pasar — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Te vi pasar», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Es que, no… No se aplica… No refleja cabalmente la opinión…

—Observa mis labios, Me encanta tu… —ella lo observaba, entre recelosa y compungida—. Aquí atención, para no cometer la pedantería ahora de moda de pronunciar la “ve” casi como “efe”: vvvvveeerga. O beeerga, para el caso es lo mismo.

—De ninguna manera —protestó ella—. Esas consonantes pertenecen a dos categorías muy diferentes de articulación…

—Dilo.

—Las peculiares formas de manifestación individual…

—¡Dilo! —gritó Martín, pero sus ojos sonreían—, ¡con un carajo, dilo!

—Me encanta…

—¡¿Qué?! —exclamó él agitando las manos frente a ella animándola a seguir—. ¿Qué te encanta?

Ella hizo una aspiración profunda, frunció el entrecejo y pareció prepararse para dar la voz de ¡Fuego! en un fusilamiento.

—Tu verga —exclamó finalmente con suavidad, modulando cada letra, y en sus ojos brilló una lucecita traviesa—. Ya está. Lo dije. No puedes quejarte. Siempre he tenido facilidad para los idiomas extranjeros.

Martín adoptó un gesto de extrañeza.

—Disculpa —dijo—, pero no creo haber escuchado bien tu comentario. ¿Qué fue lo que dijiste?

—Dije, y aún no me lo agradeces, que seguramente debido más a mi índole magnánima que a los merecimientos reales del asunto, encuentro —tomó aire— en tu vvvvverga algunos modestos, pero agradables valores estéticos.

—¡Dios! —exclamó él, elevando los brazos al cielo—. No gana uno para vergüenzas. ¿Cuántas veces debo repetirte que se llama Tizona? ¿Tendré que soportar toda la vida tu insufri­ble vulgaridad? Pero, bueno, resignación, es el precio de tu pasado proletario. Y en cuanto al merecido elogio, gracias por la parte que me toca, que es toda. Como dijo el elefante, quizá no sea una gran cola, pero es mi cola.

Ella, que evidentemente gozaba de un pensamiento rápido, ya tenía el cerebro sintonizado en otras frecuencias. Hizo una mueca de intriga.

—¿Vvvvvergüenza también viene de ahí? ¿Y bbbb-bergan­tín? —se preguntó en voz baja—. Como que es la misma raíz.

18

Luego Fernanda fue al baño y él recordó una frase de Favela: “Después de la tempestad viene la náusea”. Quizá. O bueno, seguramente. Pero esa tempestad, se dijo, estaba aún muy lejos de terminarse. Alabado fuera el Profeta.

—Tengo un amigo —gritó desde la cama—, mayor, un anciano de hecho, pero fresco de corazón. Se llama Leonardo. Leonardo Favela. Es arquitecto, pintor, escultor, museógrafo, un iconoclasta de tiempo completo. Acaba de cumplir ochenta y tres. Yo le digo octogeranio. Se ve como de sesenta, se mueve como de cuarenta y piensa como de veinte…

Martín titubeó un instante.

—¿Me estás escuchando? —quiso saber.

—Seguro —contestó ella desde el baño, con una voz lejana, pero interesada—. Lo que pasa es que me recordó a mi propio abuelo. Pero sigue.

—Tiene una receta para no envejecer del alma —prosiguió Martín—. Dice que en tu primer año de casado o arrejuntado debes depositar en una copa un grano de arroz o de frijol o de lo que sea por cada coito. Al cabo de ese año, inviertes el proceso y comienzas a retirar un grano por cada nuevo acoplamiento. Los granos que quedan en la copa al término del se­gundo año, son la medida del deterioro de ese año (el tuyo, el de tu pareja, el de la relación, el que quiera, pero deterioro a fin de cuentas). Entonces calculas la proporción que esos granos sobrantes fueron de tu desempeño inicial, y ésa es tu “cuota personal de depreciación” o “índice de desgaste de la relación” o el nombre que se te dé la gana. De ahí en adelante jamás debes permitir una pérdida mayor que ese margen.

Se escuchó el ruido del agua yéndose por el excusado.

—Si eso comienza a ocurrir —continuó—, es decir, que te deteriores más rápido de lo que es normal en ti, debes cambiar de ciudad, de trabajo, de alimentación o de pareja. Cambia lo que quieras, pero muévete, porque te estás muriendo más rápido de lo que te toca.

Se ajustó los lentes sobre la nariz.

—Favela —dijo— le llama a ese sistema su reloj de arroz, su alarma vital, y nunca ha dejado de hacerle caso. En cuanto detecta algo que le esté afectando en ese renglón, lo manda al carajo. Lo que sea: casas, oficios, empleos, mujeres, países. Suena egoísta; lo es.

—Me convence el razonamiento —dijo ella, apagando la luz del baño y cerrando la puerta tras de sí. Realmente era tan bella a contraluz, se dijo Martín, como lo era de cualquier otra manera—. Pero suena bastante complicado el sistema, ¿no te parece? O será que las matemáticas nunca han sido mi fuerte.

—No, lo de Favela no es matemáticas. Es simple conta­bilidad. Una manera inteligente de llevar las cuentas de tu vida, el registro del único capital indispensable para seguir existiendo: la energía. Porque para Favela el que carece de energías para fornicar no tiene con qué hacer nada que valga la pena en este mundo.

—Bueno… de todos modos uno se va acabando, ¿o no?

—Desde luego. Pero fíjate en este punto. ¿Recuerdas la paradoja de Zenón sobre Aquiles y la tortuga? Es el mismo principio, sólo que simétrico, si así quieres verlo. Tú le vas descontando a la vida (o la vida a ti, según lo veas) una proporción fija cada periodo. Una proporción que es siempre una parte de lo que te queda, de manera que entonces siempre te queda algo. Cada vez menos y menos, pero algo. Así en el reloj de arroz la muerte hace el papel de Aquiles y uno (tú, yo, cada quien) es la tortuga. En otras palabras, en el reloj de arroz de Favela… la muerte nunca te alcanza.

Guardó silencio, observando el efecto que pudiera causar en Fernanda la revelación. Pero ella, que no parecía demasiado impresionada, guardó silencio.

—Con una sola condición —continuó él, entonces, un tanto decepcionado—, una condición obvia. Que no te suicides. Esto es, que no permitas un deterioro excesivo. El antídoto es mantener un nivel de actividad, particularmente sexual, igual o superior al que te corresponde por edad.

La miró con mayor intensidad.

—Puesto en términos plebeyos, debes fornicar para no morirte, follar para no fallar. ¿Qué te parece la teoría?

Ella no se anduvo por las ramas.

—Una vacilada —dijo.

Martín soltó una carcajada. Tenía que ser. La mujer, se dijo, carece de los dos pequeños cerebros subdesarrollados que el hombre tiene en la entrepierna para que piensen, cosa absur­da, los asuntos que no se deben pensar. De esa manera la mujer se ahorra muchos disparates, porque el problema con los cerebros estúpidos (y era otra frase de Favela) no es que no piensen, sino que piensan puras estupideces.

—Tal vez tengas razón —reconoció él, sonriendo aún—. De todos modos encuentro algo poético en la imagen de un reloj de arroz como un reloj de arena. Pero, bueno, la lección es clara: para evitar la muerte prematura hay que cogerse cuanto objeto apetecible se le acerque a uno con ánimo amistoso.

La mirada que le dirigió entonces Fernanda pareció capaz de fundir el iceberg del Titanic en dos segundos.

—¿”Cogerse”, dijiste?

—Es la expresión popular —respondió él— o vvvvulgar, si prefieres.

—Levanta un dedo.

—¿Cuál?

—Cualquiera.

Martín, elevó el índice. Entonces Fernanda trenzó sus manos como se hace para rezar, y envolvió con ellos el solitario dedo de él, oprimiéndolo con fuerza.

—Ahora dime —murmuró—, ¿quién está “cogido”? ¿Quién está cogiendo a quién?

Fue un instante memorable en la vida de Martín: otro mito caía frente a él, y su dedo, estimulado por el terso calorcito que lo rodeaba, había comenzado a moverse por sí solo dentro de su agradable envoltura, con una cadencia inconfundible. Derecho y tieso como cadete, entraba y salía al suave ritmo de su estuche hospitalario. Fernanda había cerrado los ojos y oprimía y aflojaba acompasadamente sus manos alrededor del dedo intruso que era ahora el centro indudable de su atención. No cabía duda, se dijo Martín, una imaginación libre podía armar la más bulliciosa de las orgías con una sola compañe­ra… y hasta sin compañera. Y ya en el éxtasis, hasta sin cuerpo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Te vi pasar»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Te vi pasar» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Te vi pasar»

Обсуждение, отзывы о книге «Te vi pasar» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x