El quiste es redondeado, con diámetro de 40 a 60 µm, con doble membrana gruesa a través de la cual puede observarse el parásito, a veces con algún movimiento. En el interior resalta el macronúcleo ( figura 3-10). El quiste es eliminado al exterior, resiste el medio ambiente y es infectante por vía oral, a diferencia del trofozoíto que no es infectante por esta vía y se destruye al salir del organismo.
Los trofozoítos viven en el intestino grueso, en la luz o con producción de ulceraciones en la mucosa. La infección persiste en el intestino por la multiplicación de los trofozoítos. Estos sufren enquistamiento en la luz intestinal, salen con las materias fecales y son infectantes inmediatamente. La transmisión se hace por cualquier mecanismo que permita la ingestión de los quistes de materias fecales procedentes de humanos o cerdos. Después de ingeridos, la membrana quística se destruye y de cada quiste emerge un trofozoíto en el intestino ( figura 3-5).
En algunos casos, los parásitos no producen invasión y se reproducen en la luz intestinal o dan origen a una inflamación catarral de la mucosa del colon. En otros pacientes, ulceran la mucosa y penetran a capas más profundas. Las úlceras son irregulares, hiperémicas, con fondo necrótico y a veces extensas por confluencia. Los trofozoítos se encuentran en cualquiera de las capas de la pared del colon ( figura 3-11). Igualmente, puede invadir los vasos sanguíneos o linfáticos. Solo muy raramente perforan el intestino y causan peritonitis; 1en ocasiones, invaden el apéndice. 2La diseminación extraintestinal puede hacerse a pulmón, peritoneo, hígado, tracto urinario y genital, especialmente cuando existe inmunosupresión. 3-8Cuando hay ulceraciones necróticas extensas, la balantidiasis puede ser fatal. 8
Figura 3-9. Balantidium coli. Trofozoíto.El citostoma es visible en la parte superior; en el interior se observa el macronúcleo. Los cilios se ven la periferia. (La barra de la foto mide 10 micras).
Cortesía: OMS.
Figura 3-10. Balantidium coli.Quiste en una preparación en fresco; se nota el macronúcleo como una masa pálida a la derecha. (La barra de la foto mide 10 micras).
Cortesía: OMS.
Figura 3-11. Balantidiasis.Corte histológico con tinción de hematoxilina y eosina de colon que muestra varios trofozoítos, en dos de los cuales resalta el macronúcleo (la flecha indica el citostoma de otro trofozoíto).
Cortesía: TC Orihel, LR Asch, Parasites in Human Tissues. Am Soc Clin Pathol.
La gran mayoría de los casos son asintomáticos. Algunos presentan pocas manifestaciones clínicas como dolor cólico y diarrea. En casos crónicos, estos síntomas son más intensos y frecuentes, y se pueden alternar con deposiciones mucosas y sanguinolentas. En las formas agudas se produce un cuadro disentérico similar al de amebiasis, con abundantes trofozoítos en las materias fecales. Hay rectitis con pujo, tenesmo y la clásica deposición disentérica (muy frecuente), con abundante moco y sangre, acompañada de dolor tipo cólico en retortijón. 9Puede haber síntomas generales asociados como vómito, enflaquecimiento, debilidad y deshidratación. En los pocos casos con perforación intestinal se observa, igual que en la perforación amebiana, peritonitis acompañada de fiebre y síntomas generales graves, siempre de mal pronóstico. Se conocen casos de apendicitis balantidiana. La invasión a genitales femeninos origina flujo vaginal necrótico y ulceraciones.
La balantidiasis requiere un diagnóstico clínico diferencial con entidades que produzcan colitis o disentería, principalmente amebiasis, tricocefalosis aguda, disentería bacilar y colitis ulcerativa. El diagnóstico se comprueba por el examen de materias fecales al observar los trofozoítos móviles en el examen directo, especialmente en heces diarreicas, o los quistes en las materias fecales no diarreicas en exámenes directos o por concentración. La rectosigmoidoscopia permite ver las lesiones y obtener muestras para el examen parasitológico. En complicaciones urinarias visualiza en la orina. 7,10Este parásito crece bien en los medios de cultivo utilizados para E. histolytica , lo cual puede ser útil para completar el diagnóstico. Las coloraciones, fundamentalmente la de hematoxilina férrica, sirven para hacer un estudio morfológico más detallado. No se emplean pruebas inmunológicas para el diagnóstico.
Epidemiología y prevención
B. coli predomina en las zonas tropicales, pero no presenta prevalencias tan altas como los otros protozoos intestinales patógenos. En Colombia, la frecuencia es inferior al 1% 11y en el altiplano de Bolivia es del 6% al 29% en adultos y del 1,2% en niños. 11,12Se conocen algunas regiones del mundo con prevalencias tan altas como del 20%, especialmente en donde hay contacto frecuente con cerdos; en estas circunstancias, la balantidiasis puede considerarse una antropozoonosis; sin embargo, en otras regiones aparece la parasitosis en ausencia de estos animales, en cuyo caso, la infección es transmitida de persona a persona. El mecanismo de transmisión es, como en las otras protozoosis intestinales, por contaminación de alimentos, aguas y manos con materias fecales que contengan quistes del parásito. La prevención es similar a la descrita en amibiasis y se deben agregar los cuidados con las materias fecales del cerdo. Es interesante anotar que en este animal la balantidiasis es asintomática.
La tetraciclina se recomienda en dosis de 500 mg cuatro veces al día en adultos y de 40 a 50 mg/kg/día en niños mayores de ocho años, repartidos en cuatro dosis y durante 10 días, pero está contraindicada en niños menores de esta edad. Se conocen estudios favorables con derivados nitroimidazólicos en las dosis empleadas para amebiasis. 12
1. Ferry T, Bouhour D, De Monbrison F, Laurent F, Dumouchel-Champagne H, Picot S, et al.Severe peritonitis due to Balantidium coli acquired in France. Eur J Clin Microbiol Infect Dis. 2004 May;23(5):393-5.
2. Dorfman S, Rangel O, Bravo LG.Balantidiasis: report of a fatal case with appendicular and pulmonary involvement. Trans R Soc Trop Med Hyg. 1984;78(6):833-4.
3. Sharma S, Harding G.Necrotizing lung infection caused by the protozoan Balantidium coli . Can J Infect Dis. 2003 May;14(3):163-6.
4. Anargyrou K, Petrikkos GL, Suller MT, Skiada A, Siakantaris MP, Osuntoyinbo RT, et al.Pulmonary Balantidium coli infection in a leukemic patient. Am J Hematol. 2003 Jul;73(3):180-3.
5. Cermeño JR, Hernández De Cuesta I, Uzcátegui O, Páez J, Rivera M, Baliachi N. Balantidium coli in an HIV-infected patient with chronic diarrhoea. AIDS. 2003 Apr 11;17(6):941-2.
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