Finalmente, estos impulsos —reductio-vocatio— se constituyeron en la estrategia intensiva extratextual, denominada fenomenológico-hermenéutica184, en la que los textos fueron revelando la tradición del fenómeno y permitieron conjeturar que justo ahí estaban el tacto y la sensibilidad pedagógica, entendidos como posibilidad que da sentido a través de lo formativo. Es de reiterar aquí, que no existe intención alguna de generalizar, generar leyes o probar hipótesis, puesto que el interés se ubica en conseguir la mayor proximidad a esas esencias del fenómeno. Se entendió que solo desde allí el trabajo investigativo puede trascender en la medida en que haga emerger cuestionamientos sobre la percepción y consciencia del nivel, dimensión y dinámica pragmática presentes en los engranajes de subjetividad-intersubjetiva, llamados a institucionalizar actos con equidad de género en situaciones que todo proceso educativo demanda.
135Goffman, Los marcos de la experiencia, 1-605.
136Wallach Scott, Género e historia (2011).
137Goffman, Los marcos de la experiencia, 23-88.
138Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, 200-216.
139Front Wester, “El análisis de contenido y el método cualitativo-interpretativo”, Hüttner, Renckstorf Wester (eds.), Tipos de investigación en ciencias de la comunicación (Houten/Diegem: Bohn Stafleu De Loghum, 1995-2006), 26-27. De igual manera, se consultó a Max Van Manen, Investigación Educativa y Experiencia vivida. Ciencia Humana para una pedagogía de la acción y la sensibilidad (Barcelona: Idea. Educación, 2003).
140Pablo Navarro y Capitolina Díaz, “Análisis de contenido”, Métodos y técnicas cualitativas de investigación en Ciencias Sociales, Juan, M., Delgado, y Juan Gutiérrez. (ed.), (Madrid: Editorial Síntesis 1999), 190-191.
141Navarro y Díaz, “Análisis de contenido”, 180-191.
142Wester, El análisis de contenido, 609.
143Andrés Dávila, “Las perspectivas metodológicas cualitativa y cuantitativa en las Ciencias Sociales. Debate teórico e implicaciones praxeológicas”, Métodos y técnicas cualitativas de investigación en Ciencias Sociales, Juan, M., Delgado y Juan Gutiérrez (ed.), (Madrid: Editorial Síntesis, 1999), 79.
144Al asumir el diálogo como fenómeno humano, se nos revela la palabra, de la cual se puede decir que es diálogo mismo. Así, al encontrar en el análisis del diálogo la palabra como algo más que un medio para que este se produzca, se impone buscar también sus elementos constitutivos. Esta búsqueda nos lleva a sorprender en la palabra dos dimensiones —acción y reflexión—, en tal forma solidaria y en una interacción tan radical como sacrificada, aunque, en parte, una de ellas se resiente inmediatamente de la otra. No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo. Sin desconocer que acudir solo a la acción será solo palabrería y verbalismo, así como realizar únicamente la reflexión, eso será solo activismo. Freire, Pedagogía del oprimido, 110-111.
145Dávila, Las perspectivas metodológicas cualitativas, 77.
146Dávila, Las perspectivas metodológicas cualitativas, 77-78.
147Jesús Ibáñez (comp.), “Nuevos avances en la investigación social. La investigación social de segundo orden”, Suplementos. n.° 22 (Barcelona: Anthropos, 1990a).
148Navarro y Díaz, “Análisis de contenido”, 183-184.
149Se denomina “historia” o “relato” el fenómeno que se investiga, y “narrativa”, el método de investigación. “A través de las historias de vida se puede llegar a averiguar qué conocen los profesores de la enseñanza, [en este caso, ser mujer o ser hombre], cómo está organizado su conocimiento y cómo cambia su conocimiento a través de la experiencia. La historia puede reflejar el discurso dominante de los profesores (mujer-hombre). Las historias de los profesores (de los dos sexos) constituyen una importante línea de investigación sobre la formación del profesorado. Su aplicación resulta también oportuna para el estudio de las “voces” en el aula”. María Paz Sandin Esteban, “Tradiciones en la investigación - cualitativa”, Investigación cualitativa en educación. Fundamentos y tradiciones (Madrid: Mc Graw Hill, 2003), 282-283.
150“Entendemos por historia de vida el relato autobiográfico, obtenido por [… la investigadora en este caso…] entrevistas sucesivas, en las que el objetivo es mostrar el testimonio subjetivo de una persona en la que se recojan tanto los acontecimientos como las valoraciones que dicha persona hace de su propia existencia. El/la investigador/a es solamente el inductor de la narración, su transcriptor/a y, también, el encargado de ‘retocar’ el texto”. Joan J. Pujadas, “El método biográfico y los géneros de la memoria”, Revista de Antropología Social, (Universidad Rovira i Virgili, 2000), 47-48.
151James McKernan, “Investigación acción y currículo”, Métodos de investigación observacional y narrativas. Trabajo de casos y estudio de casos, Técnica de las historias de vida (New York: Ediciones Morata, S. L. Primera edición, 1999).
152Gadamer, Verdad y método, 38-51.
153Goffman, Los marcos de la experiencia, 11.
154Wallach Scott, Género e historia, 48-75.
155Goffman, Los marcos de la experiencia, 134-137
156Gadamer, Verdad y método, 38-51.
157Gadamer, Verdad y método, 46-48, y Van Manen, El tacto en la enseñanza.
158Wallach Scott, Género e historia, 48-75 y Kincheloe, “La pedagogía crítica en el siglo xxi”, 26-69.
159Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, 200-216.
160Bogdad y Taylord, Introduction to cualitative research methods (New York: 1975), 13-14.
161David Silverman, Interpreting qualitative data. Methods for analyzing talk text and interaction (Londres: Sage. 1993), 157.
162Silverman. Interpreting, 43.
163Se refiere a la variedad semántica, de la que el texto puede considerarse un ejemplo, al constituirse como registro lo que se habla en un momento determinado por lo que hace (naturaleza de la actividad social que realiza) y expresa diversidad del proceso social (división social del trabajo). En principio, los registros son modos de decir cosas distintas, en este caso, suelen diferir en semántica. M. A. Halliday, El lenguaje como semiótica social (México: Fondo de Cultura Económica, 1976), 19-22.
164Al tener en cuenta que el hecho de que este nivel sea privilegiado será con la proyección de encontrar en “la enunciación del acto” lo que significa lo hablado por quien lo dice.
165Navarro y Díaz, Análisis de contenido, 204-205.
166Navarro y Díaz, Análisis de contenido, 206.
167Navarro y Díaz, Análisis de contenido, 206.
168Navarro y Díaz, Análisis de contenido, 206-207.
169En el nivel de influencia, es revelador mostrar en las personas, la forma y apariencia que cobra un concepto, para este caso el de hombre y mujer cuando se presentan frente a los demás; lo que se cuestiona es el a priori de esos hilos biográficos llamados a configurarles. Navarro y Díaz, Análisis de contenido, 186-187.
170Navarro y Díaz, Análisis de contenido,187.
171Navarro y Díaz, Análisis de contenido, 187-188.
172James McKernan, “Investigación acción y currículo”, Trabajo de casos y estudio de casos, Técnica de las historias de vidaEdiciones (Morata., S. L. Primera edición. 1999).
173El significado de las siglas ubicadas en las categorías de análisis se organizan en tres componentes: Género, Subjetividad-intersubjetiva y Acto.Se revisa en cada una de ellas, la forma como se integran los siguientes temas. En la primera: señales (SN), símbolos (S), normas (N), Instituciones y organizaciones (I y O), identidad y subjetividad Generizada (ISG). En la segunda: marcos primarios (MP), marcos primarios naturales (MN) marcos primarios sociales (MS), claves (C), modos-modulaciones o modelos (M), fabricaciones (F), transposición de claves (TC). Y en la tercera: percepción (P) y Consciencia (C) del acto. Los registros textuales se traducen en situaciones, las cuales se dilucidan en micro y macroestructuras, que constituyen el fenómeno puesto en evidencia y su relación con las categorías de análisis. A partir de esas relaciones, se revisa la forma como esa unidad (persona) integra el concepto del acto de subjetividad generizada. La estrategia de análisis e interpretación de esta interrelación y transversalidad involucra la reductio-vocatio, que permiten relacionar los impulsos que emergen al investigar; la primera, permite poner de relieve las estructuras esenciales del fenómeno (subjetividad generizada) que tienen evidencia en las microestructuras; la segunda, es la estrategia de escritura que permite correlacionar con el fenómeno y en ello dar sentido interpretativo y comprensivo de lo que sucede allí. Este engranaje debe hacer emerger los textos fenomenológico-hermenéuticos.
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