En el Tarot de Rider-Waite El Emperador es una figura regia, severa y con una larga barba blanca que representa su experiencia y sabiduría. Está sentado en un trono de piedra decorado con cabezas de carnero, símbolos de la potencia masculina fecundadora que nos recuerda al Dios egipcio Amón, cuyo animal sagrado era el carnero. Viste una túnica roja y lleva un manto de púrpura, que muestra su dignidad real, pero bajo ambas prendas podemos entrever la armadura que lleva; el emperador es rey, pero también guerrero. Eso también nos lo muestra la corona que luce, semejante a un yelmo, a la vez señal de realeza y atributo de soldado.
En la mano izquierda porta una bola dorada, símbolo de su poder universal, igual que la que la Emperatriz luce en su cetro; y en la derecha, la de la razón, a modo de cetro, la cruz ansata, símbolo de la diosa Isis. Waite nos dice que el emperador es el que intenta “levantar el velo de Isis” es decir, entrar en el conocimiento que guarda la Emperatriz, pero ella “permanece virgen” es decir, conserva su secreto. No es coincidencia que el Emperador y la Emperatriz posen de forma parecida y luzcan atributos similares; se complementan el uno al otro, pese a que son opuestos en muchos aspectos; él representa el poder, la fuerza, que ordena la creación, y ella la creación misma, fértil, fecunda y placentera. Los dos se necesitan mutuamente para crear el orden cósmico.
Es por eso que el paisaje detrás del Emperador es árido, montañoso y totalmente opuesto al jardín que había detrás de la Emperatriz; su mundo es seco, infértil, y le faltan las cualidades femeninas, más creativas y receptivas. El Emperador representa los poderes de este mundo, y la realización material de las ideas; desde su trono, ordena el universo salido del fecundo vientre de su compañera la Emperatriz.
El Papa o Sumo Pontífice del tarot de Marsella se encuentra dentro del templo de Salomón circundado por las dos columnas Jakim y Boaz. En el Tarot de Camoin/Jodo esta apreciación es más visible:
Así como su analogía con la escala de Jacob y el sol que, en la punta de su Tiara, une ambas columnas, de ahí lo de Sumo Pontífice, el hombre “puente” entre lo divino y lo humano. Como suele ocurrir el Tarot de Grimaud es más austero en sus colores, predominando el azul y el rojo.
La mano derecha bendice y en el Tarot de Camoin/Jodo se dibuja la Cruz de Malta en ambas manos, siendo la izquierda de color azul mientras que en el de Grimaud es amarilla. El broche en su pecho cierra el quinto chacra, realzando su poder de concentración para llegar y conservar su puesto como guía y también su manejo y control de la comunicación hablada y formal. La tonsura de los dos acólitos que están a los pies del Papa gira en sentido contrario dando a entender la dualidad de los contrarios. El de la izquierda recibe el mensaje a través de la palabra (su mano izquierda toca el manto del Papa y su mano derecha se dirige hacia el suelo), mientras que el de la derecha lo hace directamente del báculo que toca su cabeza. Vienen a ser las dos vías de aprendizaje, la vía húmeda y la vía seca, por el estudio o por la Iluminación repentina. Al Papa no se le ven las orejas, no escucha nada que no sea la Palabra de Dios y eso es lo que transmite a sus acólitos.
En el Tarot de Crowley El Papa es el conservador de las leyes cósmicas y de los dogmas religiosos. Su cuerpo está inscrito en una red de líneas que forman las estrellas mágicas de cinco y seis puntas. La naturaleza del Papa es la del Tauro zodiacal, pero su dominio supera el elemento Tierra. Entre sus piernas emerge la sombra de una mujer que representa la unión con la Sacerdotisa, de la que nace el niño que se mueve en el interior de la estrella: es el mismo Papa, transmutado interiormente gracias a la “fecundación alquímica”.
En el Tarot Rider-Waite El Sumo Sacerdote es una carta que combina simbología pagana y cristiana, y lo hace desde su mismo nombre original en inglés “El Hierofante”. Este era el nombre que se le daba a los sacerdotes que en la antigua Grecia dirigían los cultos de Eleusis, en honor de la diosa Démeter. De estos cultos se sabe muy poco, ya que los participantes juraban el secreto. La palabra Hierofante significa, literalmente, “el que muestra lo santo o sagrado” y Waite la prefirió al nombre de Papa que esta carta lleva en el Tarot de Marsella porque según él, el Papa es solo un ejemplo específico del oficio general que el Sumo Sacerdote representa: El de iniciador. Probablemente esta idea le fue inspirada a Waite por su pertenencia a la sociedad esotérica Golden Dawn.
A pesar de esto la figura que preside en la carta luce ropajes papales. A diferencia del Papa del tarot de Marsella, es un hombre más bien joven, sin barba (ya que el concepto del sacerdote como padre espiritual o “papa” es eliminado de la carta). Viste de púrpura, símbolo de su realeza espiritual, y luce estola, mangas y zapatos blancos, ornados de cruces, que representan su pureza y capacidad como iniciador en la fe. Está flanqueado por dos columnas, como la Sacerdotisa, pero son grises y sin letras ni símbolos reconocibles; el Sacerdote es iniciador, pero no abre las puertas del inconsciente ni de la sabiduría interior como la Sacerdotisa. La tiara que luce en la cabeza está formada por tres coronas, cada una de las cuales representa la realeza sobre los tres niveles del universo: el cielo, la tierra y el más allá, en paralelismo a lo que simboliza la tiara que lucen los papas de Roma: su triple poder sobre las almas, los reinos de la tierra y los Estados Pontificios.
Igualmente triple es la cruz que luce en la mano izquierda, representando el dominio sobre cuerpo, mente y alma, y las tres virtudes teologales; fe, esperanza y caridad. Con la mano derecha vemos que hace el gesto de bendecir a los dos clérigos que tiene delante, y este gesto resulta especialmente interesante si pensamos que la Sacerdotisa no lo hace. El gesto de bendecir hace manifiesta la iniciación, materializa la pertenencia espiritual a una doctrina, y ese es el papel del Sumo Sacerdote; no tanto revelar o enseñar sino iniciar o bendecir a los que emprenden la vía del conocimiento; él les pone en el camino y se lo muestra, pero no caminará con ellos ni les facilitará el aprendizaje.
El Sacerdote es canal de gracia divina, dice Waite; pero eso no significa que sea la gracia misma. No debe olvidar que él no contiene todo el conocimiento que simboliza, ya que en palabras del propio Waite, no es la inspiración ni la religión, solo una forma de su expresión.
Bajo sus pies observamos las llaves pontificias cruzadas, que en este caso simbolizan que el iniciado por el sacerdote ha de combinar el conocimiento interno y externo, espiritual y material; ha de tener las llaves de este mundo y del otro.
A los pies del Sacerdote están los clérigos tonsurados; uno luce una túnica con flores y el otro con hojas. Son símbolos de las dos vías del conocimiento espiritual, como Marta y María en la Biblia; la activa, simbolizada por las flores y la pasiva o contemplativa; simbolizada por las hojas. La identidad e igualdad de ambas vías de conocimiento está representada por la estola amarilla que ambos lucen por igual.
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