En él podemos contemplar varios símbolos comunes a todos ellos:
1. El mago está de pie, bien asentado sobre la tierra. Su torso esta de frente como símbolo de la armonía interna centrada en el corazón. Su mirada atenta a la estrella, alta en el horizonte del tiempo futuro, hacia donde encamina su andar. Empuña firmemente el cetro del poder de la inteligencia creadora, con la que capta el fuego del cielo y lo derrama sobre la materia de la Tierra, fluyendo por su mano izquierda. Su brazo derecho, en ángulo recto, nos indica que domina las “normas” dimensionales de las formas densas. Lleva la peluca azul de los iniciados del templo, señal de que su mente irradia la fuerza del espíritu al haber dominado y “amaestrado” la serpiente arcaica microcósmica luego de “despertarla”, anudándola en su cintura (Tercer Chakra) y convirtiéndola en el símbolo del infinito.
Él habita en el cielo y en la tierra, por lo que domina el fluído astral que manipula con su cetro y el poder de su voluntad entrenada.
2. El cubo simboliza que el Mago domina los cuatro elementos en sí mismo y, por la ley iniciática de que “lo semejante se conoce por semejante”, es capaz de sintetizar los polos opuestos que generan las formas sólidas en los tres mundos.
En su frente tiene los emblemas de los cuatro elementos. Se encuentra la Espada de la Vitalidad, la Copa y el Pentáculo de Oro. El cetro está en poder del propio Mago.
LA PAPISA (LA SUMA SACERDOTISA)
En los Tarots de Grimaud y Camoin/Jodo volvemos a encontrar diferencias en cuanto a los colores, sin embargo las imágenes son casi iguales, con algún cambio. Por ejemplo el huevo que aparece en el tarot de Camoin y que también aparece en el Tarot de Marsella de Lemat cuya diferencia a primera vista en relación a los otros dos es que su fondo es dorado y se incluye un cuerno de Unicornio en su velo, un apoyo para el libro y una esfinge de color azul situada al lado de la Papisa. Un símbolo importante que suele pasar desapercibido para la mayor parte de quien utiliza el Tarot de Marsella es que, propiciado por el mito de Osiris en el cual su hermano Seth lo corta en 14 pedazos e Isis lo recompone pero no logra encontrar un pedazo de su cuerpo, el pene. Pues bien, la Papisa lo “disimula” en su ropaje haciéndonos ver que su sexualidad se haya sublimada:
Otro símbolo importante se halla en el libro que la Papisa sujeta con sus manos:
Se ven 8 líneas en cada página del libro y sus dedos apuntan a las líneas 1 y 7, una referencia al 17 = La Estrella otra de las cartas que remiten a las cualidades femeninas que tan frecuentemente aparecen en el Tarot de Marsella.
En el Tarot de Crowley la Papisa, como Isis, en sus manos sostiene una red confeccionada con tinieblas y luz que representa la energía que, entrelazándose en el cosmos, forma el velo de la ilusión, la saeta de luz que tiene sobre su regazo es el sendero que comunica directamente las esferas superiores con el mundo material. Se ve un camello, animal que pasa largos períodos de tiempo sin beber agua, le da sentido a la “autosuficiencia” de la Papisa, pues ella solo se pertenece a sí misma. Los oasis que se perciben en la parte inferior de la carta se vinculan a los “oasis interiores” de cada uno. Si nos aceptamos a nosotros mismos y lo compartimos con los demás, la profundidad y claridad de nuestras percepciones aumentará, tal y como lo indican los cristales que representan también los sólidos platónicos.
En el Tarot Rider Waite aparece una Papisa muy joven, que nos mira de frente. Está vestida con un largo manto azul y lleva una cruz sobre el pecho. La cruz blanca de su pecho es la cruz de San Andrés, con todos los brazos iguales; esta cruz es símbolo de sufrimiento, humildad y heroísmo y se usaba como condecoración para los caudillos invictos. Nos recuerda que alcanzar la sabiduría que nos acerca a lo divino conlleva sufrimiento y valor. En su cabeza, la corona de Isis y entre las manos, la Tora, la ley secreta. A su alrededor están las columnas del templo de Salomón: Jaquim y Boaz, y su pie izquierdo está pisando la luna creciente, lo cual inmediatamente nos recuerda la imagen del libro del Apocalipsis: “Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Estaba encinta y las angustias del parto le arrancaban gemidos de dolor” (Ap 12, 1-2).
Esta Luna suele aparecer en casi todos los mazos de Tarot y resulta sorprendente que no lo haga en el Tarot de Marsella aunque astrológicamente Papisa y Luna se encuentren unidas ya que significan el inconsciente y los ciclos menstruales femeninos. De acuerdo a la Biblia, (I Reyes 7, 15-22) Salomón decora el pórtico también con granadas., las mismas que vemos detrás de la Sacerdotisa, estampadas en un velo, símbolo de pureza. Las granadas son símbolo de lo imperecedero, al igual que las palmas (que también son símbolo de virginidad y victoria; a las vírgenes solía enterrárselas con una palma).
En los Tarots de Marsella vemos un trono en forma de alas color carne (grimaud) color azul celeste (cam/jodo), la Emperatriz lleva el cetro en la mano izquierda. Acoge un águila dentro de un blasón con un ala en estado de formación todavía. El cetro lo sujeta con la mano izquierda y se apoya en su vientre pues para ella es más importante el poder del amor que el amor al poder. Los ojos de la Emperatriz en el tarot de Camoin/Jodo son verdes, aparece también un tanto disimulada una media luna creciente:
Y se ha redescubierto la pila bautismal de color amarillo en la parte derecha de la carta, lo que en el Tarot de Grimaud puede pasar por unas plumas o una planta. Los cabellos también sufren un cambio de color, del blanco en el Tarot Grimaud al amarillo en el de Camoin/Jodo donde también aparece una serpiente blanca a los pies de la Emperatriz. Un símbolo importante aunque también un tanto escondido es la Nuez de Adan de la Emperatriz, en el Tarot de Grimaud es mayor que en el de Camoin/Jodo. Representa la masculinidad de la Emperatriz, su poder de oratoria, el control de la palabra.
En el Tarot de Crowley vemos que su cetro es un falo coronado por un tallo de loto de pétalos azules que se apoya en el corazón: sensualidad femenina, lo mismo que la corona lunar que luce sobre la cabeza y las dos lunas que gravitan a su alrededor. También se ve un gorrión, un pelícano símbolo de la regeneración y un águila bicéfala dentro del blasón, se refiere a la incorruptible pureza de esta encarnación de la Gran Madre. Su mano izquierda se encuentra en posición receptiva.
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