LA CASA DE LA DON JUANA
MARGARITA MARTÍNEZ MARZÁ
LA CASA DE LA DON JUANA
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2018
LA CASA DE LA DON JUANA
© Margarita Martínez Marzá
© de la imagen de cubiertas:
Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric
Iª edición
© ExLibric, 2018.
Editado por: ExLibric
c/ Cueva de Viera, 2, Local 3
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29200 Antequera (Málaga)
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su contenido está protegido por la Ley vigente que establece
penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente
reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria,
artística o científica.
ISBN: 978-84-17334-46-8
Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.
MARGARITA MARTÍNEZ MARZÁ
LA CASA DE LA DON JUANA
Índice de contenido
PORTADA
TÍTULO LA CASA DE LA DON JUANA
COPYRIGHT LA CASA DE LA DON JUANA © Margarita Martínez Marzá © de la imagen de cubiertas: Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric Iª edición © ExLibric, 2018. Editado por: ExLibric c/ Cueva de Viera, 2, Local 3 Centro Negocios CADI 29200 Antequera (Málaga) Teléfono: 952 70 60 04 Fax: 952 84 55 03 Correo electrónico: exlibric@exlibric.com Internet: www.exlibric.com Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma. Según el Código Penal vigente ninguna parte de este o cualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en alguno de los sistemas de almacenamiento existentes o transmitida por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de EXLIBRIC; su contenido está protegido por la Ley vigente que establece penas de prisión y/o multas a quienes intencionadamente reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica. ISBN: 978-84-17334-46-8 Nota de la editorial: ExLibric pertenece a Innovación y Cualificación S. L.
ÍNDICE
DEDICATORIA
INTRODUCCIÓN
PRIMERA PARTE JUANA Y LUIS
- 1 - PARA LA VIRGEN DE AGOSTO PINTAN LAS UVAS
- 2 - CRISIS
- 3 - UNA VISITA
- 4 - REENCUENTRO
- 5 - BODA
- 6 - SALUD
- 7 - LA CASA
- 8 - SÚPLICAS
- 9 - NO PUDO SER
SEGUNDA PARTE JUANA SIN LUIS
- 10 - GUERRA CONTRA JUANA
- 11 - VIAJE Y PACTO
- 12 - SOLEDAD
- 13 - EL JUICIO
- 14 - LA HERENCIA DE JUANA
- 15 - MÁS SOLEDAD
EPÍLOGO DESPUÉS DE JUANA
- I -
- II -
ALGUNAS ACLARACIONES
BIOGRAFÍA
A la auténtica Casa de la Don Juana.
Y a cuantos hemos vivido en ella.
Y al hogar que cada cual lleve en su
corazón.
Margarita Martínez Marzá
De: Amor constante más allá de la muerte
«Su cuerpo dejará no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, serán, mas polvo enamorado».
Francisco de Quevedo (1580 - 1645)
De: Más allá del amor
«Tú también perteneces a la noche.
Extiéndete, blancura que respira,
late, oh estrella repartida».
Octavio Paz (31/03/1914 - 19/04/1998)
Yo he vivido en esta casa. ¿Qué digo? Yo vivo en esta casa. Mi cuerpo se marcha, pero mi espíritu habita aquí, y nada ni nadie ha sido ni será capaz de desalojarlo jamás.
Fue proyectada hace más de un siglo para albergar el inmenso amor que mi esposo y yo nos profesábamos. Pero el proyecto no llegó a cumplirse del todo. El edificio no se terminó, excepto la vivienda principal y tan solo la habitamos un tiempo breve, aquel que quiso concedernos la vida, que es quien tuvo la última palabra. O creyó tenerla, porque nuestros sentimientos probablemente superarán la más imponente Ley Natural, la que dicen que no tiene vuelta atrás.
Nuestra historia no era una historia corriente, nuestro amor tampoco, y nosotros éramos seres predestinados desde la eternidad a gozar de delicias superiores, de magias infinitas, de un amor sin fin. Nuestro refugio debía ser tan especial como nosotros: magnífico y a la altura de nuestro amor, por eso habíamos pensado cada rincón de una casa de dos plantas, culminada por una terraza donde habitaran palomas, nuestras amigas.
En la ornamentación de la fachada, en cuyo escudo consta la fecha de su inauguración (1868), ya puede apreciarse un gusto estético, muy especial, único.
Nuestro pueblo no es muy grande, ni distinto a cualquier otro de los que hubiera conocido cuando llegué por primera vez, pero era el pueblo de él; nada más importaba. Si para algunos era uno más, para nosotros era el paraíso; cualquier lugar lo habría sido, pero el destino quiso que fuera este desde donde escribo, este que es ya mi pueblo. Se llama Frobiel.
Si venís, fijaos en la fachada de la casa de la que os hablo. Está en la calle de Fernando el Católico. Paraos un momento y detened la mirada en la ornamentación, sobre todo de los balcones del primer piso, el elegido como vivienda habitual. Veréis en el centro unos remates floreados en forma de arco, que están sobre los balcones. Y, en cada uno de ellos, observando todo lo que ocurre, un busto de mujer. Solo está en los balcones del primer piso y soy yo, Juana. Mi esposo quiso que mi rostro presidiera la planta noble de la casa, la que nosotros debíamos habitar, donde viviríamos y fundaríamos una familia a lo largo de los años. Los balcones del piso superior tienen el mismo tipo de barandillas, pero en cuanto a la ornamentación de la pared, es más sencilla, puesto que no estaba destinada a ser nuestra vivienda. No llegó a terminarse en su interior. La historia nos iba a ser adversa.
Si entráis en el interior de esta casa y os detenéis en los artesonados de los techos o en los dibujos de las baldosas multicolores, y también en los mosaicos, y observáis con ojos distintos, que no solo ven, sino que miran, quizá tengáis suerte y leáis algo de los muchos mensajes crípticos que todavía esperan un nuevo Champollión. Nos gustó, a Luis, mi esposo, y a mí, situar algunas señales y dudo mucho que se descifren alguna vez. Y eso que casi todos en el pueblo comienzan a decir que la casa tiene una especie de mal de ojo, y creen y cuentan que yo, con malas artes, la he maldecido.
¿Es que no existe la verdad?... Respecto a mí, se ha hablado y se habla tanto, se miente tanto y se inventa tanto, que, con el paso del tiempo, difícil será saber quién fue la auténtica Don Juana; pero aquí digo que he sido una mujer mucho más sencilla de lo que mi más que probable leyenda seguramente pregonará: una mujer muy enamorada; quizá, una mujer que mereció mejor suerte.
Por ello he ido dejando testimonios de mi historia, una historia que comenzó en otro lugar, el de mis antepasados. Zona de buenas huertas y buenos vinos, tierra señorial: La Rioja. Allí nací yo, en una familia de terratenientes adinerados. Nuestro apellido era original, distinto, pero precioso. Creo, con sinceridad, que ningún otro me habría definido mejor, pues significa «el más largo día o la más larga noche». Nuestro apellido (de mi padre, de Maxi, mi hermano pequeño y mío) es único en este país. Yo fui la primogénita y me bautizaron con el nombre de Juana, Juana Solsticio.
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