Así es en la teoría, pero en la práctica pocas veces se realiza correctamente, ya que no es habitual que los oficiales dejen a un lado sus condicionantes o sus intereses particulares.
La gente sabia y visionaria es excluida de los actuales sistemas de gobierno y la política se convierte en un desfile de actores de un complejo show business donde prevalecen los intereses económicos por encima de los valores y derechos humanos.
Según el economista Arcadi Oliveres «los políticos son como los fusibles de una instalación eléctrica que son substituidos cuando hay una subida de tensión, sin embargo el sistema y sus poderes casi siempre permanecen intactos, conservan su impunidad, y difícilmente son modificados» Política no es cambiar de amo cada cierto periodo de tiempo, tal como ocurre en las políticas autoritaristas y antidemocráticas que restringen y coartan las empresas, agrupaciones y organizaciones, sujetándolas a las disposiciones de la legalidad impuesta por sus gobiernos. Desde hace siglos se intenta realizar lo que es la verdadera política y las formas en las que esta debe llevarse a cabo. Entre los documentos más importantes se encuentran los de Platón y Aristóteles.
Platón en su obra La República, manifiesta que la forma en la que debe gobernarse un pueblo es a través de la observación de la realidad y la puesta a prueba de cambios y mejoras idealistas contando con la intervención de las personas más formadas y sabias de esa sociedad.
Por su parte, Aristóteles, proponía un enfoque científico de la política, donde el análisis social se hiciera tomando en cuenta elementos psicológicos, culturales y sociales y estableciendo relaciones de causa y efecto. Además, manifestaba la necesidad de crear una clase media que atenuase la brecha existente entre los más ricos y los más pobres.
Sociólogos y filósofos contemporáneos como Edgar Morin, han intentado comprenderla de este modo, y han elaborado lúcidos tratados sobre el arte y la ciencia de la política, planteada con un carácter multidimensional con la premisa de la consciencia de los ciudadanos sobre el sentido de la vida de nuestra especie, el desarrollo de las sociedades, los sistemas económicos que utilizamos, la vida y la muerte de la humanidad e incluso la extinción del planeta que habitamos. Esta visión abordaría una política realmente comprometida con nuestro entorno social y ambiental:
Se trata de comprender la política como el arte de la mediación y la integración, sin la manipulación de autoritarismos ni de intereses partidistas. La finalidad de la política multifacética no totalitaria es llegar al bien común a través de métodos y procesos que no impliquen discriminación, vejación ni violencia.
Eduardo Galeano, periodista y escritor, contaba una acertada metáfora de la política actual.
Una vez el cocinero del gran Hotel convocó a las aves, pollos, gallinas, faisanes, patos, pavos... y les hizo una pregunta: En que salsa quieren ser cocinados?.. Una humilde gallina respondió: Oiga, ¡es que yo no quiero ser cocinada!... El cocinero respondió: ¡¡esto está fuera de la cuestión!!... Ustedes solo tienen derecho a elegir en que salsa quieren ser cocinados.
Política es el arte de cuidar un jardín aplicado al mundo entero. Todo político debiera ser jardinero, o quizás todo jardinero debiera ser político, pues no existe ningún programa político digno de consideración.
Rubem Alves, psicoanalista, educador, teólogo, poeta.
ECONOMÍA
El término economía de la raíz griega oikonomos, que significa “el que administra un hogar”. El diccionario define Economía como: «Ciencia que estudia los recursos, la creación de riqueza y la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, para satisfacer las necesidades humanas», sin embargo, el actual modelo económico neoliberal ha perdido la proporción a escala humana y ha dejado de estar al servicio de la humanidad para poner la humanidad a su servicio. “Todas las grandes instituciones y organismos que gestionan la economía (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio, la Comisión Europea...) se han convertido en entidades sobrehumanas y su finalidad no es servir a la humanidad sino a la lógica de mercado y a la ley del máximo beneficio privado en el menor tiempo posible. He aquí que un erróneo concepto de economía conduce a un erróneo concepto de sociedad”.
David Sempau, escritor y músico.
Las grandes corporaciones y entidades transnacionales manejan más poder y riqueza que los propios gobiernos.
Muestra de esta trama, es el explícito manifiesto escrito por Holly Sklar, bajo la dirección del magnate David Rockefeller, titulado: “La Comisión Trilateral y la planificación de la Élite para la administración Mundial”, donde abiertamente expresa que su red de organizaciones, bancos, entidades y acciones gubernamentales de todo el mundo, están sujetas a sus influencias financieras. Con total naturalidad declara que los dueños y gerentes de estas corporaciones globales entienden el mundo como una fábrica, como una granja o un parque recreativo que necesita de su custodia y supervisión. Para nuestra tranquilidad, añade que “No hay nada que temer, pues existen organizaciones formadas por banqueros, jefes de estado y empresarios que velan por la causa del orden mundial”, organizaciones, por supuesto, de las cuales él es cofundador, como el Grupo Bilderberg y el Concilio de Relaciones Exteriores, que junto a la Organización Mundial de Comercio y el Fondo Monetario Internacional, forman la estructura imperial altamente depredadora, colonizadora, neutra e intocable de la banca mundial que domina y condiciona el mundo.
Los compromisos establecidos en los grandes foros medioambientales y tampoco la encíclica del Papa Francisco, no sirven para que los gobiernos demuestren eficiente empeño y voluntad política para cumplir todo lo establecido en las convenciones sobre cambio climático y biodiversidad.
Las incipientes decisiones que actualmente se están tomando son irrelevantes para reconvertir la industrialización, atenuar el impacto ecológico e incrementar la justicia social. Las implacables políticas de desarrollo internacional marcadas por la intensificación de la globalización comercial y financiera siguen agravando el desequilibrio ambiental, y aunque se obvien los síntomas y se evite el alarmismo, el estado de nuestro planeta presenta una situación crítica y una gran fragilidad, sin embargo, los emperadores de la macroeconomía siguen avanzando más en dirección al cataclismo que hacia las alternativas de cambio saludable.
«Hasta que no empecéis a decidir entre lo que es necesario hacer, en vez de lo que es políticamente posible, no habrá esperanza. No podemos resolver una crisis sin tratarla como una crisis. Y si las soluciones dentro del sistema son imposibles de encontrar, deberíamos cambiar de sistema. Nuestra biosfera está siendo sacrificada mientras el sufrimiento de muchos paga el lujo de pocos».
Greta Thumberg, activista climática
Actualmente, la economía está endeudada a nivel planetario. En las economías del G-20 durante el año 2018, la deuda creció un equivalente al 235% de su PIB. Las cifras sin precedentes históricos promovidas por la globalización de la banca, el fácil acceso al crédito, y los bajos tipos de interés afectan desde los gigantes de EE.UU. y China hasta las pequeñas economías que se mantienen a flote, duplicando su deuda el valor de la actividad económica a escala mundial. Esto desestabiliza peligrosamente la actividad económica a nivel global hacia una guerra comercial y una crisis sin precedentes. La codicia productivista y las inercias de crecimiento ilimitado persisten en vendernos como “progreso” un modelo de sociedad que nos mantiene hipotecados de tiempo, salud y dinero, dentro de una sofisticada rueda de hámster.
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