en que también a mí se me caerán las tetas,
deliciosa mujer que me escucha
con una ceja levantada y una pierna inquieta.
Deliciosa mujer yo le juro
que si nos dejan repetir vida
me pienso poner delante de usted
con quince años
y decirle:
señora, enséñeme todo lo que sabe.
Con un gesto
perezoso, insolente y seductor
pasas el brazo
por detrás de tu cabeza
y desnudas tu axila.
Así averiguo la tonalidad
de otro vello anhelado.
Un día
esta locuaz poeta
hará un pacto con las diosas
en tu nombre,
dejará marchar sus palabras
sobre dragones
de escamas purpúreas
y deslizará su silencio ondulante
por tu secreto
recién desvelado.
Lo haré como una guerrillera:
despacio,
camuflándome entre los arbustos
sin dejar
ningún recoveco
inexplorado.
A centímetros negativos de ti
mi amor
por fin.
¿Piensas en mí?
Cabe la posibilidad de que me enamore de ti en cualquier momento. Tendrás que vivir con esa bomba de relojería si me quieres a tu lado. Podrías hacer un gesto, simplemente pasarte la mano por el pelo, por ejemplo, y entonces algo haría clic.
Y bum.
No pasa nada.
No te asustes.
El miedo generaliza. El amor especifica.
Doña Community Manager, aquí va una pregunta a la que no puede responderte google.
¿Piensa en mí?
¿Puede una odiar, como odio yo ahora, a todas esas desconocidas que en este momento pasan por tu lado en la calle?
Estoy dejando de ser la Dra. Frankenstein del Amor. Llevaba mucho tiempo robando corazones de los cementerios en un intento de resucitar el mío.
Ay, no hacía falta, por las faldas de Mary Wollstonecraft Shelley, no hacía falta.
Al principio te llamé con muchos nombres inventados para que supieras que eras única para mí. Después quise llamarte por tu nombre, ese por el que te llama todo el mundo, gritarlo por las calles, en la ducha, rezarlo. Para hacerlo mío, hacerte mía. ¿Estás segura de que sale en el santoral, de que hay otras que se llaman como tú?
Así es que vente viniendo, camina buscándome, anda hacia mí, quiero que reboses de intención.
Sé mi sacerdotisa y erige un templo en un espacio yermo de mi Alma.
Y recuerda, Doña Perfecta. Perder el equilibrio por amor es válido.
Clic.
Bum.
Te voy a decir una cosa, estoy bien jodida y me sobra el mundo. Estoy bien jodida y no entrego las cosas a tiempo porque te busco en google, que alguien me quite la wifi por favor o quítame tú los vaqueros, estoy bien jodida rezando nombres de escritores nefastos para que se me pase el pálpito del sacrosanto, en mi vida había susurrado Arturo o Javier con la voz cachonda, qué se le va a hacer si estoy bien jodida y se me han descabalado las edades interiores y exteriores, estoy bien jodida y abro todos los periódicos digitales para saber si se ha regenerado el Amazonas de pronto porque tu sonrisa, estoy bien jodida y es mala época esta para quedarse sin respiración y te voy a decir una cosa, estoy bien jodida y mis amigas se ríen de mí y yo me río de mí y todas estamos muy felices porque por fin he encontrado algo que se me da fenomenal, morirme al menos cinco veces al día, escribir gilipolleces y estar muy pero que muy bien jodida, estoy bien jodida, esto es insoportable y me encanta, estoy bien jodida y mi ternura ha tenido ternuritas que corretean por todas partes, abren todos mis cajones, han descubierto mi bala vibradora y mis kit kats, estoy bien jodida y me tropiezo todo el rato, he roto mi taza favorita y he tenido un ataque de risa en el INEM, estoy bien jodida a tu lado y tú rodeada de gente y mis pulmones desbocados, podrías por favor no ponerte más esa americana, entonces me rozas ligeramente la mano y sigues hablando con los demás como si nada, y yo estoy bien jodida, brotan jardines, no sé dónde meterme, estoy completamente demodé y quiero ser tu manicomio, que alguien me ponga un whiskazo, que estoy bien jodida y esto hay que celebrarlo, qué coño.
Será porque soy una mujer-montaña que en mi cuerpo hay puestas de sol y una pequeña y cosquilleante india que vadea mis ríos en su canoa y sobrevive a mis cataratas. Será por eso que tengo brazos fuertes de grizzly, necesidad de aullar y un recuerdo heredado de alguna tatarabuela que se despierta cuando suena el viento. Será por eso que alguna exploradora avezada aún no ha encontrado el camino de vuelta.
Yo caminaría por su brazo, cuerda floja de mi Deseo, para arrojarme al océano oscuro, bucearía con la boca abierta para completar la gota robada por mi lengua de camaleona, respiraría en un submundo sin tiempo porque soy una ballena memoriosa, borracha recalaría en tierra para escribir poemas de amor, dejaría que me creciera el pelo para esconder en él mis manuscritos, desnuda y ajena a los códigos aguardaría su navío, mi pirata me diría no te ahogaste y me daría uno de sus vestidos, uno en el que cupiera con besos que fueran también de mi talla, por fin todo encaja, reiría contra la arena y de mi pelo revuelto caerían conchas y palabras que rimasen con su nombre. Yo empezaría por el extremo de su pata de palo y de pronto la madera se convertiría en carne y la carne en cueva y así nos encontraría el solsticio a la bucanera y a su cachalote.
Hoy he pensado por un momento que las poetas habían tomado el mundo. Todo era tu sonrisa demasiado tu sonrisa luminoso tu sonrisa. Atravesamos un parque que se hizo bosque. Las sombras de la gente eran animales. Los gorriones fingieron querer tu cruasán (pero te queríamos a ti). Había cuadernos en lugar de servilletas, bolígrafos en vez de cucharillas y creo, te lo juro, que Anne Carson estaba en la mesa de al lado y nos espiaba con alas.
Mañana te veo es
affair con el fuego
palabras con alas
coherencia cardiaca
cuchillo caliente
alter Alma
y cómo se llaman esas bolas raras
que ruedan por el Far West.
Es una historia de amor hecha de pequeños gestos, ventana moteada por el cielo que chispea. Caprichos concedidos, regalos perfectos y locos y lo que no se pronuncia. Es una historia de amor hecha de suspiros sin explicación, vocabulario propio y lo que no se hace. Es una historia de amor pasando por alto lo que se dice, de roce y olor y de atravesar la ciudad a una velocidad imposible. Es una historia de amor en la que estuvieron juntas donde nunca viajaron las dos, se convirtieron en ficciones para poder suceder y se hicieron aire para poder respirarse mutuamente. Es una historia de amor.
¿Por qué no soñarla? No a su costa, no a mi antojo, no a nuestro pesar.
Soñarla recogiendo así el milagro de que cuando llueve en su tejado lo hace también en el mío. Entonces nos decimos qué tormenta tan azul, qué añoranza tan verde, palabras que se evaporan y caen sobre nosotras atravesándonos la ropa.
Soñarla celebrando así que me ama aunque no haga falta, no nos pertenezcamos ni nos necesitemos, o precisamente por eso, por este amor sin descendencia y sin suelo del que nunca sabrán nada nuestros padres muertos.
Soñarla, sí, por qué no, sin inventarla, envuelta en un manto estrellado de irrenunciable verdad, tal y como es conmigo, tal y como no puede ser conmigo, besándome en Oniria, eso sí, con la misma vehemencia con la que no me besa en Realidad.
Y algún día con estupor seremos viejas, no queda tanto, y le diré te he soñado siempre y ella me responderá y quién te crees que te ponía las manos sobre los párpados para que pudieras hacerlo.
renegadas
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