Luis Javier Plata Rosas - El curioso caso de la especie sinnombre

Здесь есть возможность читать онлайн «Luis Javier Plata Rosas - El curioso caso de la especie sinnombre» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El curioso caso de la especie sinnombre: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El curioso caso de la especie sinnombre»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lejos de ser un tratado de taxonomía, este libro narra anécdotas sobre las numerosas y frecuentemente jocosas razones detrás de los nombres científicos dados por sus descubridores a algunas de las millones de especies del planeta Tierra.

El curioso caso de la especie sinnombre — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El curioso caso de la especie sinnombre», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Es la taxonomía, Charlie Brown

Ga-ga, ¡oh-la-la!

Furia de cangrejos

Cinco pececitos presidenciales se fueron a nadar…

Tarzán de los… ¿camaleones?

Trilo-Beatles y otros trilobites musicales

Una última —e indigesta— cena prehistórica

Queen y Mr. Bad Guy

Mandelanismo sudafricano

Frank Zappa and the Mothers of Taxonomic Invention

Nombra tu propia especie sin salir de casa (por unos miles de dólares)

Gusanos metaleros

Biodiversidad II: el reino vegetal

Increíble e irritante historia de una tarántula y de sus pelos urticantes

La criatura del pantano con labios de Mick Jagger

Los colores de Lila Downs

Torydactil margaretacheriana

El rey lagarto de Birmania

En la telaraña de Orson Welles

Pinball Wizard Tommy Boots

El presentador favorito de los taxónomos (no, no es Kent Brockman)

Arañas y roqueros aterciopelados

Expresionismo abstracto en una concha

AC/DC, CP/MP (CiemPiés/MilPiés)

El Señor de las Arañas

Un caracol punk rock

Tres polillas pintorescas

Tres especies cuasimodistas

Las especies del creador del Planeta Viviente

Un ave y un científico… ¿más extraños que la ficción?

Los pequeños antiguos de H. P. Lovecraft

Viaje al centro de la Tierra con una audaz viajera

¿Thanatos Gratus? ¿La Muerte Agradecida? ¡Ah, The Grateful Dead!

Si Dios hizo la abeja, hizo la avispa el Diablo… ¿o Girault?

Spider Man y sus asombrosas arañas

Aracno-melomanía

El chupacabras, la tortuga y el coyote

Obamanía

La rana, el murciélago y Ozzy Osbourne

The Beatles, John Lennon y A Hard Name’s Night(mare)

A.K.A.ros

Nada es indestructible, excepto, aparentemente… ¿Madonna?

La medusa matarreyes

Un pariente de Tenazas, la langosta

Los avispados grecolatinistas

Caracoles y rock

Mujer bonita y el escarabajo dandy

En la música, como en la vida, hay de géneros a géneros

Micromoscas

Alberto I de Mónaco, príncipe de los oceanógrafos

La espada de Moctezuma

Ratas chalchaleras

Los enredos de Rollo

Arquitectos españoles y criaturas marinas

¿Catfish o batfish?

De asesinatos y grullas, y paleobotánica y grúas

La mosca que estiraba la pata como Chaplin

No es lo mismo… pero es igual

Confucianismo binomial

Se vale repetir, primera parte

Bestias fantásticas y cómo nombrarlas

Valar morghulis (no es un nombre científico: es Juego de tronos )

Sanguijuelas de novela

Fábula del escarabajo olvidado por Darwin, y hallado de nuevo en un museo

El ejército de los taxónomos

Un taxónomo en la República de las Letras

Fábula de la hormiga haragana que no lo era tanto

La tortuga estelar de Mundodisco

La megamordida de un Moby Dick prehistórico

Nostradamus y la profecía cumplida

El espinoso pez con joroba de fábula… o de fabulista

Match point para la eternidad

Las mascotas del señor y la señora Marcus

El arácnido vampírico

El corazón de Casanova

La mosca con brazo de Popeye

El pterosaurio encontrado en el mundo perdido

Biodiversidad III: el reino animal

La araña troglodita y la caverna de Platón

Bestiario prehistórico de Tolkien I

Bestiario prehistórico de Tolkien II

Roosevelt & Roosevelt

Secretaria, secretaria… y no sólo fui tu secretaria

Juegos de palabras intraducibles… o casi

Megachile con megalengua chomskiana

El dinosaurio vicioso y la banda de la buena suerte

Darwinula, darwini, darwinii, darwinia, darwiniana, darwiniensis…

Cuando el nombre de un científico es el nombre científico

El casi-perro lavador

Celebrando a Linneo

La mosca escorpión que soñaba con ser nombrada como la mujer pájaro

Jaws y el tiburón ninja

La aturdida condición del tordo

Aventuras y desventuras con Steve Irwin, el Cazador de Cocodrilos

Las arañas tramperas de Bond, Jason Bond

¡Extra, extra! Se vale repetir, segunda parte

Depredador y todo un género de arañas de película

ESTO NO ES EL FIN: CUARTETO CALAVÉRICO A MANERA DE EPÍLOGO

Al pájaro carpintero imperial

Al lobo mexicano

A la foca monje

A un biólogo

BIBLIOGRAFÍA

ÍNDICE DE ESPECIES

A manera de preámbulo: inclasificable presentación de Carlos Linneo y su nomenclatura binominal

Hace mucho, mucho tiempo, los humanos nombraban a los cerdos cerdos… pero también puercos, cochinos, gorrinos, guarros, lechones, marranos, cuinos, y no faltaba quienes trataran a los jabalíes como un cerdo más. En el mundo todo era confusión.

Así estaban las cosas en el Reino de los Seres Vivientes cuando, cierto día, apareció un hombre que, para distinguirse de los demás, llevaba el nombre de Carl Nilsson Linnaeus, pero al que los hispanohablantes que lo conocían se referían como Carlos Linneo, o Carlitos, para abreviar.

A Charlie se le ocurrió que un sueco, como él, o un inglés, o un ruso o un mexicano o alguien de la nacionalidad que fuese, sin importar qué idioma hablase, podría saber que gris, pork, svinyao y cerdo se referían al mismo animal si todos usaban un lenguaje en común al referirse al porcino personaje. Como todo ente instruido en sus días hablaba o, al menos, entendía algo de latín, Carolus Linnaeus escogió esta lengua muerta para dar a cada especie de ser vivo no uno, sino dos nombres.

Y vio Linneo que era bueno, y dijo a los taxónomos, sus seguidores y herederos intelectuales: “Desde ahora este puerco vulgar será conocido como Sus scrofa domestica ”.

Y desde ese ahora, cuando alguien nos habla de la calidad de los jamones de un Sus scrofa domestica , al mencionar su nombre científico sabemos que no se refieren, por ejemplo, a los de Pumba, el facocero ( Phacochoerus africanus ) de la película El rey león , sin importar que físicamente se parezcan mucho.

Es momento de hacer una pequeña digresión: ¿no es este relato tan inexacto y, peor que eso, este libraco, una vulgarización extrema de la Sagrada Ciencia de la Taxonomía, responsable de clasificar a los seres vivientes? ¿Dónde quedó el rigor académico? ¿Quién pretende explicar de manera profunda y en unas cuantas páginas lo que a un especialista dentro de la zoología, la botánica o la microbiología le toma años y hasta décadas aprender en laboratorio, campo y biblioteca?

La verdad es que, en efecto, lo que el lector tiene en sus manos está muy lejos de ser un tratado de taxonomía. Por el contrario, y como indica su título, en estas páginas lo que aparecen son anécdotas variopintas sobre las mil y una razones —y, a veces, las sinrazones— detrás de los nombres científicos con que fueron bautizadas por sus descubridores una pequeña muestra de las millones de especies que viven, o han vivido alguna vez, en nuestro planeta.

La historia —contada de manera mucho más ortodoxa que en los párrafos anteriores— de cómo Linneo creó el sistema de nomenclatura binominal, o binomial, para clasificar a los seres vivientes, forma parte de los libros de texto de biología desde el nivel de enseñanza media. He puesto a propósito el (mal) ejemplo del cerdo, cuyo nombre científico tiene tres palabras en lugar de dos para indicar la subespecie, con el fin de llamar la atención sobre el hecho de que están también en lo cierto quienes señalan que, en muchas ocasiones, explicaciones inevitables al estudiar taxonomía, como por qué domestica es una subespecie y no otra especie del género Sus , quedan fuera de obras de divulgación como la presente.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El curioso caso de la especie sinnombre»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El curioso caso de la especie sinnombre» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El curioso caso de la especie sinnombre»

Обсуждение, отзывы о книге «El curioso caso de la especie sinnombre» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x