2 Lubricar la cánula con un lubricante anestésico hidrosoluble.
3 Introducir suavemente la cánula por uno de los orificios nasales hasta llegar a la parte posterior de la faringe mientras se mantiene la cabeza en extensión. En caso de resistencia, rotarla ligeramente.
Complicaciones
1 Rotura de cornetes y hemorragia nasal con obstrucción de la vía aérea.
2 Vómitos, laringoespasmos y edema de glotis.
3 Lesiones de la mucosa nasal.
4 Progresión de la cánula hacia el esófago dificultando la apertura de la vía aérea.
3.3 Intubación endotraqueal
La intubación endotraqueal (IET) constituye el método de elección para la apertura y el aislamiento definitivo de la vía área. Además, este método asegura el aislamiento y protección contra el paso de cuerpos extraños a la vía aérea y facilita la ventilación y la aspiración de secreciones.
La IET se debe realizar tan pronto como sea posible, una vez realizada la monitorización ECG y del paciente y aplicando previamente, si están indicadas, las primeras desfibrilaciones.
Importante
Es una técnica que debe ser realizada por personal capacitado y dotado del equipo necesario.
Material necesario
Laringoscopio con palas de varios tamaños.
Tubos endotraqueales. En general, para los adultos se selecciona un tubo de nº 8 en caso de mujeres y del nº 8.5 en caso de varones. También deberemos disponer de tubos endotraqueales de los números inmediatamente superior e inferior al seleccionado inicialmente.
Dispositivos de aspiración, con sus correspondientes sondas.
Jeringuilla de 5-10 cm3 para proceder al hinchado del manguito distal una vez colocado correctamente el tubo endotraqueal.
Fijadores semirrígidos.
Cánula orofaríngea del tamaño apropiado.
Pinzas de Kocher y pinzas de Magill.
Lubricante hidrosoluble.
Bolsa autohinchable con válvula y conexión estándar a tubo endotraqueal.
Fuente de oxígeno y sistema de conexión a la bolsa de oxígeno suplementario.
Material para la fijación del tubo endotraqueal (esparadrapo, vendas, etc.).
Fonendoscopio para comprobar que la ventilación sea correcta.
Set de intubación endotraqueal
Técnica
1 Asegurar la ventilación del paciente, preferentemente mediante cánula orofaríngea y bolsa-mascarilla conectada a un reservorio y una fuente de oxígeno, mientras preparamos y verificamos todo el material requerido.
2 Seleccionar el tamaño adecuado de tubo endotraqueal y comprobar el neumotaponamiento.
3 Lubricar el tubo endotraqueal para facilitar su avance.
4 Colocar al paciente con la cabeza en hiperextensión y mantener alineado el eje boca, faringe y tráquea.
5 Antes de iniciar la intubación endotraqueal procederemos a hiperventilar al paciente y después suspenderemos la ventilación. No debemos tardar más de 30 segundos en realizar la técnica. Mientras realicemos la maniobra de intubación no debemos respirar. Si notamos que nos falta el aire y que necesitamos respirar, suspenderemos la maniobra y ventilaremos de nuevo al paciente antes de volver a intentarlo.
6 Sujetar el mango del laringoscopio firmemente con la mano izquierda. A continuación, abrir la boca del paciente e introducir la pala del laringoscopio por la comisura bucal derecha, desplazando la lengua hacia la izquierda.
7 Mientras deslizamos la pala del laringoscopio debemos ir visualizando progresivamente la base de la lengua, la úvula, la faringe, la epiglotis y los aritenoides.
8 Situar la punta de la pala curva del laringoscopio en el receso glosoepiglótico o vallécula y traccionar del mango hacia delante y arriba hasta visualizar la epiglotis. Para ello nos puede ser de ayuda la presión hacia abajo del cartílago cricoides por parte de un ayudante (maniobra de Sellick).DefiniciónManiobra de SellickConsiste en que un segundo reanimador presione fuertemente sobre el cartílago cricoides con el pulgar hacia la espalda del paciente, ayudando así al reanimador principal a visualizar el orificio traqueal a la vez que lo protege de la regurgitación de contenido gástrico.
9 Debemos ahora poder visualizar las cuerdas vocales. Entonces procederemos con la mano derecha a introducir a través del canal de la pala del laringoscopio el tubo endotraqueal entre ellas avanzando hasta situar el neumotaponamiento en la tráquea, de manera que la marca de longitud del tubo endotraqueal a nivel de los dientes quedará entre 19 y 23 cm.
10 Proceder a retirar el laringoscopio manteniendo sujeto el tubo e inflar el neumotaponamiento entre 5 y 10 cm3 de aire.
11 Conectar al tubo endotraqueal la bolsa de ventilación. Para verificar la correcta posición del tubo mientras insuflamos con la bolsa de ventilación, procederemos a auscultar ambos hemitórax y el epigastrio, comprobando que la ventilación es adecuada y simétrica y descartando ruidos gástricos hidroaéreos.
12 Colocar una cánula orofaríngea apropiada en la boca del paciente y fijarla junto con el tubo a la cara y cuello con una venda.
13 Conectar el tubo al sistema de ventilación artificial.
3.4 Dispositivos faringo-esófago-traqueales
La intubación endotraqueal (IE) es una técnica compleja que debe ser realizada por personal experimentado y dotado de los medios adecuados. Como alternativa a esta técnica se han desarrollado dispositivos faringo-esófago-traqueales con el fin de lograr de forma más simple y sencilla el aislamiento de la vía aérea y la ventilación artificial.
Estos dispositivos se diferencian de la IE en que su colocación se realiza sin necesidad de visualizar de forma directa la laringe, con una técnica en principio más simple. Sin embargo, ninguno de estos dispositivos ha mostrado una eficacia similar a la de la IE para lograr el aislamiento de la vía aérea.
Obturador esofágico
La colocación del obturador esofágico se utiliza como alternativa en caso de imposibilidad para realizar una intubación endotraqueal.
Consiste en introducir, con la cabeza del paciente ligeramente flexionada y con tracción de la mandíbula y la lengua hacia delante, un tubo largo de unos 37 cm en el esófago hasta que la mascarilla de la que va provisto en su extremo proximal selle la boca y la nariz. A continuación, procederemos a inflar el balón del extremo del tubo para sellar el esófago y se conecta a la bolsa de ventilación.
El obturador esofágico presenta un elevado riesgo de producir roturas esofágicas, instauración traqueal inadvertida, ventilación insuficiente por un sellado inefectivo de la mascarilla, distención gástrica y problemas de regurgitación, sobre todo, al retirar el tubo. Además la oxigenación y ventilación que se consiguen con este sistema son claramente inferiores a las alcanzadas con la IET, por lo que actualmente no está recomendada su utilización.
Vía aérea esofagogástrica
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