5 Es importante evitar durante la reanimación la hipotermia, ya que ésta favorece la coagulopatía y la aparición de arritmias, para lo cual podemos recurrir a métodos sencillos tales como el calentamiento de los líquidos a perfundir y el abrigo del paciente.
3. Dispositivos de aislamiento de la vía aérea
Uno de los aspectos prioritarios durante el SVA es el control de la vía aérea asegurando la optimización de su apertura y el aislamiento de la misma, ya que el paciente inconsciente va a ser incapaz de mantener la vía aérea limpia de secreciones u otras sustancias que pueden comprometerla. Contamos para ello con diversos métodos que permiten una apertura instrumentalizada de la vía aérea y que expondremos a los largo de este apartado.
3.1 Dispositivos para la limpieza y desobstrucción de la vía aérea
Una de las posibles causas de PCR es la obstrucción de la vía aérea por cuerpos extraños. Tampoco es infrecuente que durante las maniobras de RCP la vía aérea superior pueda verse inundada por fluidos tales como sangre, mucosidad, contenido gástrico, etcétera, que también pueden conllevar la obstrucción de la vía aérea además del posible riesgo de broncoaspiración.
Extracción de cuerpos extraños
Resultan especialmente útiles, para la extracción de cuerpos extraños que obstruyen la vía aérea superior, las pinzas de Magill, que por su especial diseño (articuladas en curva y con extremos romos en forma de anillos) pueden introducirse por la boca del paciente permitiendo en todo momento mantener la visión directa de su extremo. En caso de que el cuerpo extraño no resulte accesible por este método, habrá que recurrir a realizar una intubación endotraqueal, y si esta no es posible, se deberán realizar técnicas quirúrgicas de emergencia para resolver la obstrucción de la vía aérea.
Pinza de Magill
Sabía que...
Las pinzas de Magill fueron diseñadas por el anestesista británico sir Ivan Magill (1888-1986) y siguen manteniendo la forma original de su primer diseño, en 1920. Su forma angulada resulta de gran utilidad para la colocación de tubos endotraqueales, sondas nasogástricas y otros dispositivos así como para la extracción de cuerpos extraños.
Aspiración de secreciones
Para la aspiración de las posibles secreciones que durante una situación de PCR pueden obstruir la vía aérea superior (sangre, moco, contenido gástrico, etc.) se dispone de sistemas de aspiración consistentes en una fuente de vacío, un frasco reservorio y un sistema de conexión con sonda de aspiración. Estos sistemas pueden ser fijos (como los existentes en los servicios de urgencias hospitalarias, que están conectados al sistema de vacío del hospital) o portátiles.
El sistema de aspiración, para ser eficaz, debe ser capaz de alcanzar una presión de 300 mm Hg y un flujo de aspiración de 30 ml/min. La aspiración se realizará por medio de sondas estériles que se conectan al aspirador. El tiempo de succión debe ser breve, entre 5-10 segundos como máximo por aspiración con el fin de evitar posibles complicaciones tales como la hipoxemia. La aspiración se puede repetir cuantas veces sea necesario cambiando la sonda para cada succión.
En caso de pacientes con traumatismos máxilo-faciales o con signos de fractura en la base del cráneo, la aspiración de secreciones mediante sonda por vía nasal está contraindicada por el riesgo de invasión del espacio intracraneal.
Entre las posibles complicaciones que se pueden derivar de esta técnica podemos citar:
Hipoxemia en caso de tiempos prolongados de aspiración.
Lesiones a nivel de la mucosa bucal, faríngea o traqueal.
Infecciones respiratorias.
Vómitos, arritmias y/o aumento de la presión intracraneal.
Recuerde
Ante un paciente con traumatismo máxilo-facial o con signos de fractura en la base del cráneo, está contraindicada la aspiración de secreciones mediante sonda por vía nasal.
Las cánulas faríngeas son tubos rígidos o semirrígidos de formas anatómicas que ayudan a mantener la permeabilidad de la vía aérea y que facilitan la aspiración de las secreciones. Además, sujetan la lengua y evitan que esta pueda obstruir la vía aérea, manteniéndola lejos de la pared posterior de la faringe. Distinguimos entre cánulas orofaríngeas (que se introducen en la vía aérea superior a través de la boca) y cánulas nasofaríngeas (que se introducen a través de la nariz). No aíslan la vía aérea y por tanto no previenen la broncoaspiración. Están indicadas ante todo para paciente inconsciente, si no está intubado, y se conoce la técnica.
Cánula orofaríngea (Guedel)
Es un tubo rígido en forma de “S” que se adapta al paladar. Existen cinco tamaños, numerados del 1 al 5, con longitudes que oscilan entre 6 y 10 cm, junto con tres números especiales más pequeños y que se numeran como 0, 00 y 000.
Es muy importante la elección de la cánula con el tamaño más apropiado para cada paciente. Elegiremos aquella cánula cuya longitud sea similar a la distancia existente entre la comisura bucal y el inicio del pabellón auricular.
Técnica
1 Seleccionar la cánula orofaríngea con el tamaño más apropiado para el paciente.
2 Manteniendo la cabeza en hiperextensión, proceder a abrir la boca del paciente y comprobar que no existan cuerpos extraños o secreciones y en caso de que los haya proceder a retirarlos.
3 Introducir la cánula con la concavidad hacia el paladar hasta aproximadamente la mitad de la misma y a continuación girar 180º mientras continuamos avanzando suavemente hasta topar con la pared posterior o con los dientes.
Complicaciones
1 Si la cánula es demasiado larga puede producir obstrucción de la vía aérea, lesiones de la mucosa o edema de glotis.
2 Si la cánula es corta puede provocar obstrucción de la vía aérea.
3 Si el paciente no está suficientemente inconsciente y no tolera la cánula orofaríngea se debe proceder a su retirada por el riesgo de aparición de náuseas y vómitos con el consiguiente riesgo de broncoaspiración.
Cánula nasofaríngea
La cánula nasofaríngea es un tubo de goma o de plástico hueco que se introduce por vía nasal. Está especialmente indicada en pacientes semiinconscientes y con reflejos de protección conservados que no toleran la cánula orofaríngea. También es de utilidad en situaciones en las que el paciente presente dificultad para abrir la boca, como por ejemplo el trismus o los traumatismos peribucales. Es menos eficaz que la cánula orofaríngea, ya que su luz es menor y además presenta mayor riesgo de obstrucción por sangre o secreciones.
Cánulas nasofaríngeas
Técnica
1 Seleccionar la cánula nasofaríngea más adecuada. Su longitud ha de ser similar a la distancia entre la punta de la nariz y el pabellón auricular externo.
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