
Alguna vez te habrás preguntado (y si no es así es momento de que lo hagas), ¿Por qué se odia?, muchas veces encontramos las respuestas a lo que buscamos poniendo el foco en todo lo contrario, en su antítesis ¿por qué se ama?. El sentimiento de amor es subjetivo para cada uno e injustificado, no sabemos por qué motivo nos enamoramos de alguien ni qué característica posee esa persona para enamorarte a ti y no al resto de personas del planeta, es un sentimiento extremo de empatía por otra persona. El odio es igual de subjetivo, pero en este caso se centra en unas características específicas de la otra persona o grupo, el objetivo del odio suele dirigirse a personas que te han insultado o agredido (a ti, a tu entorno o a tus ideas), pero su expresión también se dirige hacia personas que tienen un color de piel distinto al tuyo, por tener otra orientación sexual, se odia por razones religiosas u económicas y por un millón de motivos irracionales más. Las personas odian a otras personas por historia, porque sus antecesores lo hicieron y ni siquiera saben el porqué, piensa en el símbolo de la V, es algo que hacemos sin saber su origen, el odio funciona igual. El amor en su sentimiento que proyecta al futuro, el odio al pasado, son dos extremos, un espectro con muchos niveles intermedios y distintas formas subjetivas de experimentar.
Podemos confundir muy fácilmente dos emociones, la tristeza y la ira. Ambas emociones comparten síntomas como: la frustración, el malestar o la fatiga. Desde la psicología consideramos a estas dos como hermanas siamesas. A diferencia de la ira, la tristeza es una emoción pasiva, centrada en la introspección hacia el interior y no la proyección al exterior, puede ser mejor controlada que la ira y sirve justo para eso, para sanar el dolor, para reflexionar. Ambas son emociones desagradables y depende de cada uno afrontar la situación con una u otra. Muchas veces estas hermanas te utilizan como un campo de batalla y luchan por revelarse, por ejemplo, cuando rompemos con una pareja y comenzamos a sentir sentimientos de ira y tristeza. Las dos son la consecuencia de una pérdida, puedes perder el respeto de alguien, puedes perder a una persona, el trabajo o cualquier cosa importante para ti. La irá brota cuando esa pérdida la creemos recuperable y la tristeza saldrá siempre que esa pérdida no se pueda recuperar, como una muerte. Una persona puede soportar ambas emociones. Cuando una de estas emociones se instala en tu interior, dicta tu conducta y se prolonga mucho en el tiempo notarás resultados desagradables, en el caso de la ira sentirás odio indiscriminado y mal humor como referencia, con la tristeza profunda prolongada en el tiempo vendrá la depresión.
Si para observar ira en el rostro de alguien hay que fijarse en su entrecejo fruncido y en su mandíbula, para la tristeza nuestro foco se centrará en la frente y la boca. Si nos fijamos en las tres generaciones de papas, la emoción se identifica fácilmente en el papa Francisco y en el papa Ratzinger, lo habitual es bajar las cejas hacia el interior cuando los párpados se elevan y activamos el músculo que forma las arrugas en la frente. Cuando estamos tristes nuestro cuerpo y cabeza decae unos milímetros hacia abajo y nuestra boca también baja (en ningún caso hacemos presión en los labios como ocurre en la ira si sentimos verdadera tristeza). En la imagen del papa Juan Pablo II observamos una tristeza más profunda, una desesperanza, su cabeza se levanta para saludar a los fieles, intenta controlar sus ojos y párpados pero hay una gran actividad en la frente y un gran decaimiento de los labios, parece el rostro de una depresión. Si no hay actividad en la frente y vemos una boca triste, la persona miente, no siente en absoluto tristeza. Anteriormente cuando hablábamos de los manipuladores de las manos decimos que los usamos para ocultar emociones, si volvéis a la página 29 podréis reconocer que emoción ocultan las dos últimas personalidades. Fíjate en la frente de un Bill Clinton que está a punto de perder la presidencia, oculta una clara tristeza. Observa el entrecejo de un Pablo Iglesias que está perdiendo el debate porque no le dejan hablar, profunda ira. Aunque ambos deban tener una posición de seguridad y un talante hacia el público las emociones dejan restos en los intentos fallidos por ocultarlas, los delatan. Todas las emociones son adaptativas, exteriorizar la tristeza nos ayuda a desahogarnos y superar una conmoción de pérdida, funciona como llamada de auxilio en busca de la empatía de los demás, pero cuando se intenta ocultar, cuando se reprime la tristeza podremos identificarla con leves y rápidas expresiones faciales. Es muy importante saber identificar una tristeza verdadera de una falsa, la tristeza es el "as en la manga" de la manipulación cuando se usa para tener una influencia de manera racional, si no quieres ser víctima de esta manipulación abre bien los ojos. Es la emoción que más usamos para manipular, la utilizamos desde que nacemos, con nuestros lloros conseguimos captar y acaparar la atención de nuestros progenitores para expresarles necesidades tan básicas como hambre o malestar, aprendemos y asociamos en el cerebro que si lloramos ellos aparecen en escena y conforme vamos creciendo ¿qué hacemos cuando queremos conseguir algo?. Lloramos, expresamos tristeza para conseguir lo que queremos.
Existen casos donde las emociones son muy difíciles de hallar en un rostro. Si miramos fijamente esta imagen de Michael Jackson no podemos ver la profunda tristeza que siente y podemos pensar que está mintiendo, no hay actividad en la frente ni en su boca, sin embargo tenía más que motivos para vivir en una profunda tristeza. ¿Por qué su rostro no refleja ningún rastro de tristeza aunque la esté experimentando? La explicación es muy sencilla, porque lleva Botox para suavizar las arrugas y Restylane para realzar los labios, cuando alguien usa estos inyectables difícilmente veremos una emoción real o falsa en su cara.
La expresión de asco utiliza un poco de la ira y un poco de tristeza cuando se revela en humanos, el entrecejo se frunce, la boca decae y se estira al exterior tensando los músculos superiores de la cara, está muy relacionada con el desprecio porque es la repulsión hecha emoción, pero a diferencia del desprecio su expresión es una exclusivamente y no toma diferentes maneras de manifestación. El asco es una emoción primitiva que utilizan muchos animales para protegerse del peligro, por ejemplo, si comen algo que no está en buen estado experimentarán esta emoción, les hará tomar una conducta de evitación para no enfermar y podrán huir de los peligros de contaminarse. En la condición humana existe este asco biológico y también otro social que funciona de la misma manera, alejarnos de las cosas que nuestra sociedad considera nocivas. El asco social proviene casi en exclusiva de la cultura más que del propio individuo.
La emoción que más deslices muestra en un mentiroso es la culpa, la propia culpa del acto de mentir. La culpa se expresa con lo que anteriormente conocimos como "manipuladores" y tiene una forma clara ¿qué hacemos cuando nos invade la culpa? La tapamos. Hay gente que se siente muy culpable en su vida, se siente fracasada, vacía y siente que nadie les quiere porque han cometido muchos errores, piensan que solamente toman malas decisiones y tapan esa culpa refugiándose en el alcohol o las drogas. Esto ocurre porque tenemos una tendencia a tapar defectos, cosas que no nos gustan se tapan, si no se ve no existe, de la misma manera que alguien con una autoestima muy baja tapará un complejo corporal con celibato, otra lo hará con sexo excesivo. La tapa puede ser distinta, lo tapado es lo mismo. Al ver aumentar las tasas de paro en nuestro país tapamos una negligencia política con los inmigrantes a los que culpamos, tapamos la soledad comprando, cuando nos cogen desprevenidos y nos van a sacar una foto tapamos la cámara, el silencio lo tapamos con música... tapar, tapar, tapar. Una persona que siente culpa mientras habla tapará esa culpa de una manera muy sencilla, tapándose la cara. Taparse en sí indica culpa, esconder algo, si hablas con alguien y ese alguien se tapa la cara significa claramente que oculta algo y si se tapa mientras te escucha pensará que le estás ocultando algo tú. Decimos que es culpa lo que se oculta al mentir porque la emoción de culpa aparece cuando rompemos o creemos haber roto ciertas normas, tanto individuales como sociales, sin importar su significado ético, natural, religioso, sexual o existencial, la culpa al fin y al cabo es lo comúnmente conocido como "sentirse mal".
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