El actor británico Hugh Grant, protagonista de Notting Hill fue detenido en el año 1995 en las calles de Los Angeles mientras mantenía relaciones sexuales con una prostituta en su coche. No olvidemos que el Sr. Grant era todo un ejemplo a seguir en Hollywood tanto personal como profesionalmente y sobretodo que tenía pareja. Este evento llegó al público, a la prostituta le pagaron millones de dólares por hablar sobre Hugh y se convirtió en uno de los escándalos más comentados de Hollywood en un momento donde no había Internet en las casas. Pasó de ser visto como una persona con un comportamiento modelo a una persona con un comportamiento obsceno. Hugh Grant, que en aquel momento tenía que presentar su última película "cuatro bodas y un funeral" asistió a un late night para promocionarla y no pudo ocultar su verdadera emoción entre sonrisas burlonas, poses neutras y una postura segura.
El nombre de Marilyn Monroe no solamente resonó por su belleza, sino también por el polémico rumor que giraba en torno a su romance por el entonces presidente John F. Kennedy. Nunca se descubrió la verdad, como nunca se descubrió la verdadera muerte de Monroe ni se esclareció el asesinato de Kennedy un año después. Pero, ¿por qué no se descubrió su romance? Porque necesitamos que ellos resuciten y lo reconozcan, necesitamos corroborarlo con sus palabras, porque si no hay imágenes o no lo expresan con palabras nunca existió, pero sí que hubo un romance entre ellos. Quizás nos dimos cuenta de este romance cuando vimos el rostro de Marilyn interpretando su famoso "Happy Birthday Mr. President", sus nervios delatores cuando un símbolo sexual de la época como ella, una mujer devoraba escenarios casi a diario, sonreía de repente nerviosa al caminar al lado de Kennedy. Nos dimos cuenta de ese romance cuando vimos en su cara sus sentimientos.
El expresidente francés Nicolás Szarkozy fue acusado de tráfico de influencias hace unos años y aunque lo ha negado hasta la saciedad no es el único delito que se le imputa. Otros delitos son la financiación irregular, su participación en el caso Tapie y en el caso Bettencourt. Su respuesta siempre es la misma "No tuve nada que ver".
Ningunas de estas personalidades se conocieron jamás, sin embargo vemos en sus rostros culpa, culpa y muchísima culpa. Los tres mienten sin importar su profesión o género, cuando mentimos la verdad intenta salir.
Las palabras que acompañan los gestos en el caso de la culpa o el ocultamiento también son muy importantes, por eso debemos prestarles un poco de atención. En la página 31 tenemos un claro ejemplo, si puedes ver el video de la rueda de prensa de Bill Clinton antes de ver su famoso interrogatorio sobre el caso Lewinsky, se grabó al final de la etapa de su presidencia antes de dimitir, ¿puedes detectar sus señales al mentir o le hubieras creído?. El dijo "no tuve relaciones sexuales con esa mujer", esa mujer era su secretaria en la Casa Blanca, no una simple mujer, con lo que dirigirse a ella de esta manera nos puede dar una pista de su mentira, la separa emocionalmente de él cuando en el fondo tenían una relación cercana, muestra una frase defensiva y deshumanizante que no se corresponde con la verdad. Para detectar mentiras en las formas verbales en el inglés debemos saber que a las palabras sólo le agregas el "no" en casos extremos como en este caso "I did NOT have sexual relations with that woman". En inglés se usan abreviaturas, en este caso es usual que al mentir no las use, podría haber dicho perfectamente DIDN'T en lugar de DID NOT. También menciona "relaciones sexuales" y "esa mujer", distanciándose de la situación. Si Bill Clinton no hubiese tenido relaciones sexuales con Monica Lewinsky hubiese dicho "I didn't have sex with miss Monica".
Desde que nacemos nos acostumbramos a las palabras, tus padres no recuerdan tu primera sonrisa pero sí tu primera palabra, desde ahí aprendemos que la gente presta mucha atención a ellas, les da más importancia, porque hablar es la mejor comunicación que tenemos y las emociones quedan en segundo plano. Cuando hablas puedes elegir perfectamente lo que dices y lo que no dices porque somos dueños de nuestras palabras, pero no de nuestras emociones. Es más fácil escuchar las palabras que estamos pronunciando que vernos el cuerpo o el rostro, por esa razón nos delatan. Por eso también es la mayor vía de manipulación, es más fácil negar que uno haya tenido una expresión emocional contradictoria que una frase que haya dicho, por ejemplo, si en el ejemplo del principio la pareja dice "te has asustado cuando te he preguntado con quien hablabas!" le podrían responder que lo ha interpretado así o le ha parecido verlo, que para nada estaba asustado.
El tono de voz es importante a la hora de detectar mentiras, porque según la emoción que tengas puedes hablar más fuerte o más flojo, si tenemos un estado de ánimo triste solemos hablar en voz baja, en contraposición si estamos enfadados hablamos más fuerte, por eso cuando alguien está enfadado grita. Los ojos son el espejo del alma, pero no son como los pintan, no son espejos que revelan el interior de uno, a veces son como esas habitaciones de espejos donde no encuentras la salida. Los ojos son los más mentirosos de nuestra anatomía con diferencia, con ellos puedes estar prestando la mayor atención a alguien sin que en realidad estés prestando atención alguna. Es paradójico, en el lugar más difícil donde detectar una mentira es en los ojos, sin embargo las personas siguen diciendo que mirándote a los ojos sabrán la verdad, y ¿por qué es tan fácil mentir con los ojos? Justo por esa frase, porque sabemos que todos miran ahí. La dirección de la mirada se aparta en una serie de emociones, la bajamos cuando estamos tristes, miramos a lo lejos cuando nos sentimos culpables y la levantamos cuando estamos pensando, pero el mentiroso te mirará fijamente tanto si se siente culpable o si está pensando en un plan, controlar la mirada es lo más sencillo. Tampoco es el arma perfecta, puedes manipular la dirección, en ocasiones el parpadeo, las lágrimas o la atención, sin embargo cuando alguien siente una emoción intensa se le dilatan las pupilas, eso no se puede controlar porque lo gobierna el sistema nervioso autónomo (SNA) y si detectamos esa dilatación es momento de mirar otros indicadores corporales. El parpadeo en la mentira tambis se ﷽﷽﷽﷽﷽eo en la mentira tambiasiones elos y distintas formas subjetivas de experimentar. quiera lo saben, piensa en el sn senén se dispara, lo genera el propio nerviosísimo, a veces puede controlarse, pero en su mayoría de veces resulta imposible si la mentira es vital y nada piadosa. Los síntomas más fieles son justo los que gobierna ese sistema nervioso autónomo, no se pueden controlar de ninguna manera voluntaria, hablamos de la respiración, la salivación o el sudor, etc., lo malo que tienen estos indicadores es que no revelan de qué emoción se trata. Las lágrimas también las gobierna el SNA pero podemos llorar voluntariamente. Si queremos saber si alguien llora de verdad o de mentira lo más correcto es fijarse en sus cejas y su frente, indicarán tristeza siempre, si queremos llorar voluntariamente tenemos que centrar todos nuestros esfuerzos en hacerlo y ponerle bastante empeño, entonces olvidaremos mantener en sincronía el resto del cuerpo. El secreto vuelve a estar en las cejas, durante breves microsegundos se arquearán y los ojos se abrirán, en consecuencia la frente dejará de estar arrugada durante esos microsegundos, porque si lloramos falsamente hacemos una y otra vez el mismo proceso fisiológico. Generamos una fuerza interna para llevarlo a cabo, pero como no sentimos tristeza real las lágrimas no son infinitas, tenemos que reanudar el lloro una y otra vez para que no se pause. En un lloro verdadero se frunce el ceño y no se abren mucho los ojos, si alguien llora de verdad lo más normal es que baje la cabeza, se tape la cara o se de la vuelta. Si alguien llora y se expone ante el emisor con la cabeza alta, mirándolo a los ojos y realizando cualquier movimiento en busca de atención, esa persona está muy interesada en que la vean llorar.
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