1 ...7 8 9 11 12 13 ...35 Completamente encandilada por sus bellas facciones, recorro con las yemas de los dedos los trazos que dibujé y le permito a mi mente disfrutar del recuerdo de su rostro. Las imágenes se ven opacadas por gestos sombríos que debo y necesito cambiar. Me entristece saber que aún no tengo recuerdos agradables de él. Me entristece el pensar que esto solo quede en tontos anhelos. Pero no me da miedo admitir que estoy dispuesta a hacer que las cosas sucedan.
***
La siguiente “clase” de River consiste en recoger del criadero de animales a nuestros nuevos “proyectos de taller”, aunque yo prefiero decirles “hijos adoptantes”. A mi grupo, incluido mi chico frío, nos tocó un pequeño puerco de aproximadamente dos meses de edad, así que debemos ir a un criadero de un granjero de la comunidad para llevarlo a una de nuestras casas. La primera será elegida por un sorteo entre los cinco integrantes y tendremos que cuidarlo por cuatro semanas.
Espero no ser la primera.
Hemos elegido un punto de reunión entre todos el cual sometimos a votación —por sugerencia de Loann—. Abrimos un chat grupal en WhatsApp y coordinamos una hora de llegada. Yo, como siempre, voy tarde.
Obviemos lo emocionada que estoy por tener el número de Loann Cooper.
Todavía me quedan diez minutos en taxi hasta llegar al café, así que, utilizándolo como pretexto, decido marcar su número.
Y ni se pregunten por qué soy tan idiota de llamarlo a él y no a otro integrante.
—Hola, Loann, lamento la demora. Voy retrasada, pero llegaré en menos de cinco minutos.
—No soy Loann y… ¿por qué llamas a mi novio?
¿Disney?
—Porque soy integrante de su grupo de trabajo.
Diablos ¿por qué Loann dio el número de Disney?
¿Qué mierda significa eso? ¿Acaso cree que vamos a extorsionarlo? ¿Qué le mandaremos nudes por la madrugada?
—Se supone que los números son personales.
—Loann decidió dar el mío —dice, en un tono irritante—. Y, por cierto, todos aquí estamos perdiendo el tiempo por tu culpa. No creas que no tenemos cosas más importantes que hacer, Defne Prinsloo.
Cuelga y yo maldigo interiormente.
Que Lilian Disney sea tan terriblemente controladora solo significa que su relación no es tan perfecta como pensé. Incluso hasta me parece extraña. No es normal que tu uses el móvil de tu novia de una manera tan personal. Me pregunto quién es más tóxico, si él o ella. Todo apunta a que ambos.
—Llegas tarde—habla Loann en cuanto me ve llegar.
Oh, me habló.
—Y por cinco minutos —agrega Disney.
—¿Quién te nombró a ti como jefe del grupo? —cuestiono, ignorando a Disney.
Loann se cabrea un poco, los demás integrantes rebotan la mirada entre los dos.
—Nadie me nombró, solo expreso la incomodidad de todos —dice él.
Miro a mi alrededor. Me acerco a un chico llamado Patrick y coloco un brazo sobre su hombro. Su respiración se entrecorta por mi cercanía. Ojalá causara ese impacto en Loann.
—¿Crees que he llegado tarde? —le pregunto, abrazándolo de lado.
—Bueno… yo… creo que cinco minutos son nada —habla Patrick.
Loann parece no creer lo que está oyendo, solo niega con la cabeza. En agradecimiento le doy un beso en la mejilla al pecoso.
—¿Lo escuchas? Los cinco minutos parecen no haberle afectado más que a la chica que tienes a tu costado. Por cierto ¿qué hace aquí ella? ¿No debería estar con su grupo?
—Pues…
—No tienes que darle explicaciones —le dice Loann a Lilian.
—No te preocupes, amor. Defne necesita una explicación y no tengo problema en dársela —me da una sonrisa fingida—. A mi grupo le asignaron hoy por la tarde, así que aproveché mi mañana libre para acompañar a mi novio. Espero que mi presencia no te disguste, Defne. Parece que aquí importa mucho tu comodidad.
Le sonrío de vuelta.
—Mi comodidad no se ve afectada por ti, Lilian.
—Me alegra. No espero, claro, que comprendas que cuando dos personas se aman de verdad no pueden siquiera estar separados —le da unos toques a mi brazo—. Sé que no te ha ido muy bien en tus relaciones, así que comprendo desconozcas ese tipo de sentimiento.
Tomo un respiro y aprieto los dientes.
—Sí, claro que te entiendo. Alguna vez en mi vida también fui así de tóxica.
—Defne —gruñe Loann.
—Déjala, bebé.
¿Bebé?
—Y bueno ya que desconozco del amor, al menos díganme qué acordaron hace grandes minutos.
—Acordamos multar a quien llegue tarde a las reuniones —me informa Loann.
Que la multa implique besarte, por favor.
—Pues no estoy de acuerdo. Que se someta a votación —replico.
Podrás ser todo lo guapo que quieras, pero no permitiré que seas un dictador en nuestro grupo.
Todos asienten incluida la chica tímida que nunca emite ninguna opinión.
—Aquel que se oponga a una multa de cinco dólares como fondos para nuestro proyecto final, que levante una mano.
Claro, con esa mirada de perfecto cabrón no hay nadie que pueda negarse.
Nadie levanta la mano, excepto yo.
—La mayoría gana. Mecanismo básico para un estado democrático—me dice, mirándome directamente a los ojos.
—Y no democrático —refuto.
Loann enarca una ceja, parece sorprendido pero muy satisfecho con mi respuesta, nos miramos por uno segundos hasta que Lilian lo toma del brazo.
El séquito de chicos sin personalidad sigue a Loann. Me quedo atrás junto a una castaña pecosa.
—Hola.
Cuando gira, solo me sonríe.
—¿Crees que la granja este lejos? —pregunto.
—Solo a unos cuántos metros adentro.
—Oh, genial. Espero no salga el sol, olvidé traer un sombrero —sonrío. Ella hace lo mismo, noto que mi amabilidad hace que poco a poco se sienta en confianza conmigo.
—No creo que el problema sea el calor —les echa una ojeada a mis sandalias bajas, una adquisición del último verano—. Debiste usar zapatillas. El suelo de la granja del señor Hilton no es muy aseado que digamos. Vas a terminar con mucha mierda en los dedos.
—No te preocupes, sé cómo mantenerme intacta. Y también cómo llegar con el peinado y el labial bien hecho después de una fiesta. Son talentos especiales.
—Ah, bueno… yo sé cómo comer con la boca cerrada.
—Genial, así no te echarán de Charlotte — bromeo.
Ella sonríe y luego vuelve a quedar en silencio. Nos mantenemos así, hasta que ella decide preguntar:
—No te llevas bien con mi prima, ¿verdad?
Mis ojos se abren de par en par.
Oh, maldita sea, la primera chica de mi grupo con la que logro congraciar y resulta ser familiar de mi archienemiga.
—Ella y yo tenemos personalidades y puntos de vista diferentes—pero los mismos gustos —. Y eso hace que entremos en conflicto, pero fuera de eso Lilian no me cae mal —solo la detesto.
—No te creo —abro la boca para seguir mintiendo y me detengo—… pero logro entenderte un poco.
—¿Ah sí?
—Lilian es demasiado perfecta y eso siempre lastima un poco. No la envidio, solo quisiera que no me comparen con ella todo el maldito tiempo.
Oh, qué interesante.
Me limito a no seguir preguntando acerca de Lilian, fuera de eso se me ocurre acercarme un poco más a la chica tímida. Siempre es bueno tener como aliados a los enemigos de tu enemigo. Ley de guerra.
—¿Cuál es tu nombre?
—Lesly.
—Pues Lesly —la tomo del brazo justo segundos antes de que llegue el autobús que nos llevará a la granja —. Creo tú y yo nos vamos a llevar muy bien este semestre.
***
La granja “Vaca Lola”, cuyo nombre nada original me resulta gracioso, parece ser propiedad de un buen amigo del maestro River. Loann es el primero en charlar con el Sr. Hilton y quien nos presenta como grupo universitario. Cuando menciona a Disney se refiere a ella como mi “novia”, cosa que me provoca náuseas y ganas de desistir de este taller.
Читать дальше