Tomo asiento a su lado y respiro profundo para no llorar. No quiero hacerlo, no cuando he venido hasta aquí para exponer mis sentimientos y destapar mis emociones. No quiero llorar de esta forma tan humillante. Me rehúso a hacerlo.
Y de repente, siento una cálida mano en mi brazo. Me hielo por milésima vez y giro el rostro hacia atrás. Loann me mira fijo y su rostro se ve mucho más hermoso con la luz tenue que ilumina la oscuridad de la habitación. Trago saliva, él no parece estar muy consciente, pero se ve mucho más repuesto de lo que ha estado hace dos minutos. Sus ojos amenazan con cerrarse, pero esta vez hablo para impedirlo.
—No duermas, Loann. Necesito decirte algo.
Sonríe, pero en poco tiempo se difumina.
Golpeo la cama con un puño.
¿Por qué la vida no me concede una oportunidad para expresarme?
Giro hacia Loann y lo encuentro con los ojos cerrados, durmiendo. Me recuesto muy cerca de él y cierro los ojos, pero en cuanto lo hago, tibias lágrimas de dispersan por mis mejillas.
Diablos, no. No ahora.
Y sollozo un poco con la nariz enterrada en las sabanas. Todo esto no ha servido de nada, todos mis intentos de encontrarlo terminaron cuando él decidió beber por Lilian. Mi corazón se hace pedazos al comprender la situación. Él está enfadado y dolido con ella por haberse ido de viaje, y es motivo suficiente para venir hasta aquí y tratar de olvidarse de ella. Yo jamás lograré tener ese impacto en Loann. Loann ama a Disney, esta noche lo he comprobado. Sollozo otra vez.
Minutos después, mis lágrimas se detienen por unos dedos suaves que empiezan a quitarlas. Loann se ha despertado y esta vez tiene los ojos mucho más abiertos que antes, pero mi corazón ya no quiere esperanzarse. Coloco mi mano en sus ojos y le susurro:
—Duerme, Loann.
Pero él quita mi mano y la lleva hacia sus labios y hace lo siguiente que jamás pensé que haría. Besa la palma de mi mano.
—Duerme, por favor —le ordeno.
Y él asiente.
Loann se reincorpora un poco y se mueve hacia mí, yo me quedo quieta muy quieta sin saber lo que hará y sin siquiera recordar cómo se respira. Me pellizco el brazo para comprobar si estoy soñando y efectivamente estoy despierta. Loann coloca sus manos a cada costado de mi cabeza y me observa fijo. Yo hago lo mismo. Permanecemos así por uno segundos eternos, uno segundos en los que compruebo que el corazón es aún más poderoso que cualquier pensamiento bastante justificado y razonable. Y es que no debería estar aquí, debería apartarlo como la primera vez, pero todo él me vence. Es como si aplacara mi voluntad y adormeciera mis sentidos.
Su cuerpo es pesado sobre el mío, pero no es algo que me desagrade. Sus brazos se flexionan y se queda una distancia mínima de mi cuerpo. Inhala el perfume de mi cabello y, sin más preámbulo, me besa.
Y lo hace bien.
Sus labios se pegan a los míos un par de veces, al inicio son solo besos cortos que se detienen cada cinco segundos por nuestras miradas confundidas, luego se vuelve un beso continuo y suave, y pronto se transforma en algo ferviente. Con la desesperación de probar de la fruta prohibida que has añorado por largo tiempo.
Su lengua empieza a sentirse en los bordes de mi boca y luego se enrosca con la mía. Mis ojos se abren cada cierto tiempo para comprobar que no estoy soñando y, al hacerlo, me encuentro con la oscuridad y el rostro de Loann pegado al mío mientras su boca me devora. Sus manos firmes acarician vagamente el borde de mi camiseta, ocasionando que hilitos de electricidad viajen desde esa zona a mi pelvis. Empiezo a excitarme y eso es malo, muy malo.
Aun así, decido disfrutar más de lo que debo y llevo mis manos a su cabello. Es tan suave y delicioso, que tiro de él con los dedos y lo llevo hacia arriba. Loann emite un gemido y yo me congelo. Nunca pensé que lograría causar esa sensación en él. Sus manos salen de los bordes mi camiseta y vagan ahora hacia el encaje de mi brasier. Mis piernas se flexionan y se colocan al costado de sus caderas y él se acomoda en mi centro para besarme con más comodidad.
No sé por qué permito que pase esto. Es probable que esté tan excitada que ya no puedo pensar con coherencia o que el par de tragos que tomé estén haciendo efecto. Lo que sí sé es que lo necesito con desesperación. Como si estuviese sedienta. Como si sus besos fuesen bebida fresca en mi boca, como si toda mi vida hubiese vivido en un desierto. Uno árido y sin ninguna emoción buena que recordar. Y esto es lluvia.
Su mano logra alcanzar uno de mis senos y lo aprieta con fuerza y suavidad a la vez. ¿Cómo puede hacer? Gruñe sobre mí y yo abro la boca.
—Me encantas —susurra.
La emoción me desborda, tomo el cuello de su camiseta negra y lo atraigo con más fuerza hacia mis labios. Sus manos continúan masajeando mis senos, y ahora siento algo que aprieta con fuerza mi entrepierna. Mi corazón se comprime, no quiero hacerlo de esta forma, pero quisiera. En verdad yo quisiera hacer el amor con Loann.
Nuestros labios se separan, noto lo enrojecidos que están y él los acaricia. Luego, se sumerge en el espacio de mi cuello y se queda ahí uno segundos mientras inhala mi perfume. No sé lo siguiente que hará y estoy temblando, pero decido no moverme. En poco tiempo, siento la humedad de sus lengua dirigirse en un camino de besos hacia mis senos. Sus manos bajan con rudeza el cuello de la camiseta que llevo, buscando con desesperación encontrar lo que su boca anhela. Me remuevo sobre la cama, no sé qué hacer, ni que decirle. Quiero que lo haga, pero a la vez no.
Es tarde, cuando por fin he tomado una decisión, Loann ha encontrado la forma de levantar mi camiseta y el brasier que llevo, ahora mis senos están al descubierto. Me sonrojo, he tenido situaciones íntimas antes, pero no de esta forma. Nunca nadie me ha visto desnuda. Quisiera poder decirle que no, pero no he de aceptar que estoy mucho más inclinada a que siga tocando.
Loann los admira por un momento, mientras los acaricia con delicadeza. Se coloca de cuclillas sobre mí y continúa masajeando la piel al mismo tiempo que muerde su labio inferior. Lo está disfrutando tanto como yo.
—Eres hermosa y perfecta —pronuncia.
Su frase me excita tanto que podría gemir sin problema. Me muevo inquieta sobre la cama, esperando a que termine su acción, pero en cuanto creo que está a punto de besarlos, cae sobre la cama.
Me cubro rápidamente cuando lo veo inhalar y exhalar un par de veces, está pestañeando demasiado. Me inquieta. Sigue haciendo lo mismo por unos cuantos de segundos, hasta que sin más vuelve a quedarse dormido. Esta vez lo hace definitivamente.
Miro hacia el techo aún con la respiración agitada. Con el pecho subiendo y bajando y el corazón a mil por hora.
¿Qué mierda acaba de pasar? Y lo peor de todo ¿Qué mierda acabo de hacer?
Конец ознакомительного фрагмента.
Текст предоставлен ООО «ЛитРес».
Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.
Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.