—Invité a toda la facultad.
—¿Toda? —la miro con ojos soñadores. ¿Eso incluye a Loann?
—Toda —confirma—. Esta vez quiero ser más inclusiva. El grupo empieza volverse aburrido. Necesitamos gente nueva y otros patrocinadores. Hay una hermandad que está interesada en unirse a nuestro club.
—Siempre hemos podido costear todo, Trina — le recuerda Larry.
Me mantengo en silencio, porque es obvio que no podré cumplir con la cuota este mes, ni el siguiente.
—Sí, pero quiero hacer algo más grande. Planear viajes fuera del país, conciertos privados y otras actividades más. Para eso necesitamos más patrocinadores. A menos que doble la cuota.
—O podríamos fomentar el gusto por la carrera y no solo dedicarnos a emborrachar a los recién ingresados —me atrevo a decir, porque es obvio que no me conviene que la cuota se doble. De todas formas, sea como sea, mi permanencia en el club está destinada a terminarse en poco tiempo.
—Vaya, eso no suena como la novata fácil y ebria— ella y JC disfrutan mucho recordármelo.
Miro hacia un costado y trato de tranquilizarme un poco. Larry interviene.
—Defne intenta decir que podríamos no solo ser el club genial que divierte a los universitarios, también podríamos ser algo académico y quizás hasta lograr puntos extra con los profesores.
—No sé tú, pero a mí me va estupendo en las clases.
Y es la verdad. Trina es uno de los primeros lugares de su escuela profesional.
—Vale, entonces olvida esa mierda de aportar algo bueno a la universidad —digo, entre dientes.
—Lo bueno que vamos a aportar es un buen relajo después de una semana de mierda de estudio, así que pensemos en sociabilizar más con los chicos de otros años y otras facultades.
—Está bien, Tri —acepta Larry, aunque por su tono sé que lo dice solo para se vaya de una vez por todas.
Trina mueve los hombros.
—No olviden que la fiesta empieza a las once. Lleven algo de licor, siempre hace falta, y mucha protección —nos guiña un ojo—. No quiero que engendren críos en mi casa.
—Gracias, Tri. Tú siempre tan linda.
Trina sonríe hipócritamente y luego nos manda besos volados de forma muy consecutiva. Larry hace lo mismo, solo que cuando ella gira, él le enseña el dedo de en medio.
—Solo quiere humillarnos y restregarnos su fortuna —dice Larry volviendo a recostarse en el pasto—. Esa farsa de que quiere hacer más eventos es solo para filtrar a los integrantes del club.
—Pues ya me vi con un pie fuera—digo pesadamente.
—No te preocupes, si no puedes con la cuota, pagaré yo.
Niego la cabeza.
—Es algo que yo misma debo solucionar. Hablaré con Trina y le diré que estoy fuera. No me puedo permitir ese tipo de gastos. Mamá necesita que me limite y eso haré.
Larry me da una sonrisa, luego se muerde los labios.
—Trina va a joder tanto —estira la última palabra—, pero a la mierda con eso. Además, desde hace mucho tiempo he querido apartarme del grupo. Esta es una buena excusa.
—Larry, no, no hagas por …
Mi amigo me detiene.
—No te preocupes, las fiestas también me tienen cansado. Además, ya no soporto a Trina, es una bruja perversa.
—Recuérdame por qué nos cae tan mal Trina — digo, ojeando por milésima vez el libro matemático.
—Porque es mi ex.
—Sí, por eso... ¡¿Qué?!
***
Larry y Trina, quién lo hubiera dicho. No puedo siquiera imaginarlos siendo cariñosos entre ellos y tampoco visualizarlos dándose un beso. Es extraño que mi amigo haya guardado el secreto tanto tiempo, y más aún que no quiera contarme nada al respecto. Sin embargo, no es algo que quiera averiguar. Larry tiene sus motivos y debo aceptarlos. Además ser el novio de Trina no debió ser algo muy agradable que digamos. Me pregunto si eso influyó un poco cuando decidió contar su verdad. Espero que no, de lo contrario Larry estaría muy, pero muy errado. No todas las chicas somos como Trina. Y de hecho Trina no es mala, solo es un poco interesada y materialista, pero creo que bajo ese kilo de maquillaje y su atuendo costoso, hay una chica sensible. Creo que una vez la vi ayudando a un gatito callejero... ¿O lo estaba espantando? Quiero pensar lo primero. Después, tuvo que tener sus razones para elegir ser veterinaria.
Larry dice que solo quiere escoger pieles para sus zapatos y carteras, pero yo creo que exagera.
Antes de ir al trabajo, le envió un mensaje a Less para invitarla a la fiesta de Trina. Puede que no sea de gran ayuda, pero al menos servirá para que ella se abra un poco más con el grupo.
Llevo una camiseta blanca con bordado en el cuello, una chaqueta rosa pálido encima, falda plisada encima de las rodillas a juego y tacones altos. Me he esmerado en hacer un peinado sencillo, pero elegante y un maquillaje natural. Una combinación que tiene como finalidad impresionar a la adinerada familia que podría ser mi futura contratista.
Voy sobre la hora. Con el móvil en mis manos, trato de ubicar la dirección de la casa en Google maps. Theo olvidó escribir en la nota el apellido de la familia, así que mientras busco también ideo una forma de presentarme.
La calle me resulta demasiado familiar, lo cual es raro porque todos los pasajes de Charlotte se asemejan demasiado. Sin embargo, esta en especial, me trae recuerdos. Recuerdos de aquella vez en la que estuve en casa de mi...
Un minuto.
“Giras a la derecha y ...”
Giro a la derecha.
Por las barbas de mi abuelita. Esta es la casa de Loann Cooper.
Mi móvil suena, es un mensaje de Theo.
“ Defne, no te dejé en la nota el nombre de mi tía, es Annie Vega. Su esposo es Landon Cooper, tienen dos hijos Loann y Liana. Liana es dulce y buena, Loann... es un buen chico, pero quizás debas no esperar mucho de él. No lo tomes personal”.
Lo voy a tomar muy personal.
Mis tacones van hacia la calle de enfrente, cobardes y temerosos, con ganas enormes de huir de esta situación. Y no es que Liana no seas una niña dulce o la señora Vega sea una bruja malvada, aquel día fueron buenas conmigo, pero... es Loann quien me preocupa. No quiero que él piense que lo estoy acosando. No quiero que piense que tomaré su móvil, mataré a Disney, hare que se enamore de mí y luego, al ver que descubrirá todo, lo asesinaré.
Muchas series de Netflix, preciosa.
Sin embargo… el dinero. Mamá aun no puede trabajar y necesito este trabajo.
Doy un paso hacia adelante y la puerta se abre.
Oh, oh.
—Buenas tardes, ¿busca a alguien?
El profesor River de un viejo de cincuenta años sin ningún atractivo, pero recuérdenme no calificar a todos por igual cuando veo a un padre de familia tan apuesto como el que tengo frente a mí justo ahora.
—Buen día, soy Defne —atino a decir.
Genial, genial, eres Defne, pero quién rayos es Defne.
—Vine a la entrevista —completo.
—Bienvenida Defne, soy el Sr. Landon. Voy de salida, pero mi esposa se encargará de hacer las entrevistas.
Sonrío con amabilidad.
Y así señores es como me gano a mi futuro sexi suegro.
***
Llevo dos minutos en la sala de estar de los Cooper y ya estoy sudando la gota gorda. Y no lo digo porque una de las pruebas haya sido correr una maratón desde mi casa hasta aquí, lo digo porque estoy sumamente acojonada al siquiera imaginarme qué pasaría si veo a Loann entrar a esta sala, o peor aún, si veo a Disney bajar las escaleras con mi Loann. Y después de haber hecho Dios sabe que cosas.
Ugh.
Tecleo sobre mis rodillas y trato de concentrarme en mi entrevista de trabajo. Nunca he estado en una, pero no creo que las preguntas sean difíciles de responder. Digo, qué tan difícil es saber cuidar un niño.
Bueno, díganmelo a mí, la tía que perdió a su sobrinito de cinco años en un parque.
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