Sandra Bou Morales - El club de los ojos claros

Здесь есть возможность читать онлайн «Sandra Bou Morales - El club de los ojos claros» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El club de los ojos claros: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El club de los ojos claros»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Emma ya no siente, desde hace dos meses. Ya no toca el violín, no encuentra inspiración ni emoción en ninguna parte. Ya no es ella. Desde que murió su hermano, Emma no es la misma; sin embargo, un curioso acontecimiento la hará despertar y darse cuenta de que, quizás, la vida es mucho más compleja de lo que ella imaginaba, y que nada es como parece ser, que la luna no es solo un astro que va más allá, y que solo el hecho de amar a alguien con todas tus fuerzas puede arrasarlo todo y cambiar el rumbo.

El club de los ojos claros — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El club de los ojos claros», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Tontorrón.

—Bueno, después de esta larga charla tan extraña para todos, creo que deberíamos irnos al instituto —apuntó Ángela, señalando con sus pulgares hacia adelante.

Salí de casa dando botes como una niña pequeña, rebosante de felicidad.Adoraba la sensación de estar con quien siempre había estado, una frase extraña, pero no había una mejor para describir lo que sentía.

La nieve se había convertido en escarcha, haciendo brillar cual cristal cada hoja del bosque. La brisa soplaba con fuerza, fría, como siempre. Dilan se me acercó lentamente, cambiando su expresión por una más reservada.

—Ojos claros, ¿puedo preguntarte algo?

Asentí sin más, extrañada. Entonces, él señaló mi brazo derecho.

—¿Te has…?

Paré de andar sin más, con los ojos como platos, entendiendo a qué se refería mi hermano. Giré mi brazo, enseñándole una enorme cicatriz que empezaba en mi muñeca y acababa en mi codo.

—¡No! Nunca he pensado en hacer tal cosa.

Ángela se acercó con curiosidad, dando un respingo al ver mi cicatriz.

—¿Qué es entonces? —preguntó Dilan, realmente preocupado.

Para mí era incómodo tener que recordar por qué estaba allí aquella cicatriz, aquella línea desigual que me surcaba el brazo, horrenda a la vista de cualquiera.

—Cuando me empujaste, una rueda pasó por encima de mi brazo. Me dijeron que la cicatriz se me quedaría de por vida.

Dilan tragó saliva.

—Perdón, no sabía que…

Le di un golpe amistoso en el hombro, dándole a entender que no me importaba.

—Déjate de perdones. No me importa, en algún momento debía contarlo.

—Hermanito —Emma se paró un segundo y miró a su hermano con detenimiento—, tu mochila está encima del escritorio, donde la dejaste.

—¡Oh! Vale, gracias.

Quería que aquello pareciese algo normal.

Kate no dudó en sonreírle.

Andamos durante un rato sin decirnos nada. Ángela miraba su reloj de vez en cuando, asustándose cada vez más. Kate estaba pálida, con la cabeza gacha. Parecía que hubiera visto un fantasma; de hecho, lo había visto.

Me di cuenta de que Dilan ya tenía otro aspecto. A Ángela no parecía incomodarle, pero ahora ya sabía exactamente por qué Kate lo miraba con tanta frecuencia.

—No todo será como antes —murmuré para mí misma.

Ángela soltó una tos nerviosa a propósito, captando la atención de todos, pero solamente Dilan se giró, fijándose indiscretamente hasta en el último pelo que le rozaba la frente.

—A ver, de ahora en adelante seré el primo de Emma —comentó él.

Tardé algunos segundos en digerir aquella frase. De hecho, ni siquiera pude oponerme a tal idea, ya que Ángela dio un respingo y chilló:

—¡Las clases empiezan en un minuto!

Sí, mi amiga siempre ha tenido el don de hablar justo cuando más lo necesito yo.

Volví a abrir la boca dispuesta a reprochar la orden de mi hermano, pero él se me adelantó. Me cogió del brazo y echó a correr tras Ángela, arrastrándome. Mis pies no estaban preparados para correr justo en ese momento. Empecé a tropezarme con todas las piedrecitas que se cruzaban por mi camino. Kate me adelantó con rapidez.

Por culpa mía, mi hermano estaba siendo el más lento de todos, aunque tengo que admitirlo: nunca he sido ni seré rápida, menos aún si me hacen correr sin previo aviso.

—De acuerdo, mi primo. ¿Y cómo te llamamos? —pregunté entre jadeos, deseando que ese comentario fuese suficiente para que mi hermano bajase el ritmo.

—Da igual el nombre. Hay mucha gente que se llama Dilan, cámbiale solo el apellido.

Ángela ya no nos prestaba atención. Corría como siempre, en plan gacela, saltando de vez en cuando a la calzada y, de nuevo, a la acera, rebosante de emoción.

—Tiene razón. ¿Qué tal si te ponemos el apellido de la prima Andrea? —le propuse.

—¿Rivera? Perfecto.

Kate miró a Dilan y musitó algo inentendible, pero él le indicó con un gracioso guiño que lo había oído.

Volvimos a correr tras Ángela, la cual nos llevaba unos veinte metros de ventaja.

—¿Ya no corremos? —preguntó con desilusión.

Kate volvió a mirar su reloj y negó con la cabeza:

—Son las ocho y dos, si entramos a y cinco, ya no llegaremos tarde. Estamos cerca.

—Ha sido una buena carrera —dijo Dilan, observando el cielo.

Ángela seguía manteniendo su postura triunfal. No podía dudarlo. Ella siempre había sido la más rápida del pueblo, la única que podía permitirse robarle manzanas al señor Finnick sin que este se enterase.

Vi como los hombros de mi hermano caían lentamente, y su ceño pasaba de divertido a nostálgico.

—¿Pasa algo?

—Oh, no. Es solo que me preocupa qué habrá cambiado.

Me cogió la mano sin más, apretándomela con fuerza.

—No te atreviste a mirar a Sofía, ¿cierto?

Dilan asintió con miedo.

—Recuerda lo que dijo papá: nunca aprecies a personas que no te han sabido reservar su amor una eternidad, ¿vale?

—Creía que tú nunca entendiste sus frases hechas.

Y era cierto. Hasta ahora nunca había entendido aquellas frases que mi padre soltaba con tanta frecuencia y espontaneidad. Para mí eran unas simples palabras sin sentido alguno, sin relevancia, no les prestaba atención. Pero, por alguna razón, desde que mi hermano murió pude entenderlas todas. Los días siguientes a la operación en el brazo no hice otra cosa que recordar aquellas frases, ordenarlas y adivinar su significado sin más. Pura rutina, un modo de evadirme de la realidad.

—Tengo dieciséis años, Dilan —contesté—.Ya no soy tan ingenua, pero, en serio, no quiero que te haga ningún daño.

—¡Oh! Venga, ya basta de ñoñerías. Él sabrá afrontar las cosas — exclamó Ángela.

Intenté fulminarla con la mirada, sin éxito alguno. No quería alarmar aún más a mi hermano.

—Chicas, me estáis asustando.

Preparé unas palabras de consuelo rápidamente, pero Kate, al ver mi intención, negó con la cabeza, dándome a entender que era mejor que no hiciese nada.

Sin darme cuenta, Dilan y Ángela empezaron a contar en voz alta, y cuando pude centrarme lo suficiente para escuchar un «1», los dos salieron disparados en dirección a la puerta del instituto, que estaba a escasos metros de nosotros.

Kate sonrió con una mueca y puso los ojos en blanco.

Les seguí lo más rápido que pude, obligando a mis cortas piernas a esforzarse por dar grandes y rápidas zancadas. Dilan me cogió de los brazos, impidiendo que me cayese. Los dos estallaron en carcajadas al verme jadear. La distancia había sido corta para ellos y agotadora para mí.

—Lentorra —mascullo él entre risas.

—Ya, ya. Muy gracioso por vuestra parte.

Kate se puso a mi lado. Ella no había reparado en correr. Como siempre había dicho, le gustaba la discreción, así que prefirió seguirnos a paso lento. Me puso una mano en el hombro y dijo:

—Sinceramente, no me gustaría perderme ninguna de tus patéticas carreras.

Los cuatro nos reímos a más no poder. Era cierto, mis carreras eran y siguen siendo patéticas, y aunque siempre me ha molestado que me lo recuerden, nunca me negaría a reírme de un chiste de Kate, ya que no suele mostrarse graciosa en público.

Por alguna razón, Kate dio un paso atrás, sin soltarme del brazo, y me hizo caer encima de ella, clavándome su rodilla en la espalda.

—Tranquilízate, Kate. Lo que pasa es que las dos sois patosas, y juntas vuestra torpeza es incalculable.

Dilan parecía haberse perdido la conversación. Miraba al infinito, recordando algo.Yo sabía el qué.

—Echaba de menos poder cansarme tras una carrera —susurró para sí.

Sonreí, nostálgica.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El club de los ojos claros»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El club de los ojos claros» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


John Verdon - No abras los ojos
John Verdon
Gianrico Carofiglio - Con los ojos cerrados
Gianrico Carofiglio
Mercedes Valdivieso - Los ojos de bambú
Mercedes Valdivieso
Henry Benjumea Yepes - En los ojos de un caracol
Henry Benjumea Yepes
Paula Siles Sellés - Amar con los ojos abiertos
Paula Siles Sellés
Natalia S. Samburgo - Abre los ojos
Natalia S. Samburgo
Néstor Tellechea - Al cerrar los ojos
Néstor Tellechea
Отзывы о книге «El club de los ojos claros»

Обсуждение, отзывы о книге «El club de los ojos claros» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x