Lo primero que le pregunté es:
—¿Qué le dirías a una mujer que se dedica solo a la maternidad y pierde su aspecto sensual?
—Perder el aspecto sensual es perder parte de nuestra vida en sí… la maternidad es sublime… en mí la maternidad marcó un antes y un después… es lo mejor que me ha pasado en la vida, pero jamás es una excusa para perder la sensualidad.
Enseguida pensé que esta reflexión quizás era producto de un proceso de aprendizaje, pero que seguramente en algún momento la tentación de la maternidad podría haber afectado a su rol erótico. Así que le pregunté:
—¿Alguna vez te ocurrió eso en alguna parte del camino de ser madre?
—¡Por supuesto! Creo que a todas las madres en algún momento de nuestras vidas la maternidad nos pasa factura. Hay quienes sienten esto al principio, en el momento del embarazo y en los primeros meses de crianza de sus hijos, quizás otras mujeres se desconectan de su lado sensual durante casi toda la infancia de ellos, y no las juzgo. El tiempo, las preocupaciones y las responsabilidades a veces nos abruman.
Camila indaga un poco más en su propia experiencia, y nos cuenta algo con lo que más de una mujer se sentirá identificada.
—A mí me pasó durante el embarazo. Me sentía la mujer menos sensual de la tierra. Creo que ni un día de mis nueve meses con mi primera hija pensé en sexo. Estaba muy ocupada en mi barriga, que crecía a diario, y preocupada a la vez. Era como si me hubiera olvidado de aquello. ¡Qué loca! Nunca necesité excusas… Le fui tan honesta a mi esposo, ¡y gracias a Dios tuvo paciencia! Con el embarazo de mi segunda hija me pasó lo mismo, pero en esta oportunidad sabía que luego de tenerla todo volvería a la normalidad. No sé si está bien o no lo que hice, pero realmente fue lo que tenía ganas de hacer, muy democráticamente saqué al sexo de la ecuación (durante el embarazo). Por favor mujeres: ¡No me copien! Porque según la teoría creo que esto está mal, y la verdad yo corrí con suerte porque la abstinencia no me complicó el matrimonio. Una vez que mis chiquitas estaban fuera de la panza, y luego de los primeros días que son una locura, todo volvió lentamente, poco a poco, a la normalidad.
Camila completa su relato con una tarea que en su momento le sirvió para comenzar con la resurrección de su mujer erótica en el marco de su pareja.
— Con mi primera hija, cuando tenía cinco meses de nacida, invité a mi esposo a un viaje solos. Las abuelas se quedaron con la chiquita. A esa altura yo ya quería recuperar mi vida de antes, ahora con la experiencia grandiosa y sublime de la maternidad, ¡pero rescatando nuestra sensualidad!
Vamos cerrando la charla con Camila, y le pido que ayude a tantas mujeres y parejas desencontradas con la pasión, dando algunas ideas producto de su propio recorrido.
—¿Cuál es tu fórmula para conciliar los roles de madre y de mujer, manteniéndote atractiva y tan femenina?
—Bueno, para ser honesta creo que cada pareja tiene sus propios códigos. Tal como te dije antes, yo puse mis reglas y así (a nosotros) nos funcionó. En nuestro caso creo que hemos integrado muy bien nuestra vida de hombre-mujer con la vida como padres. Si bien en algún momento, como te conté antes, estuvimos medio suspendidos por espacios de tiempo, igual logramos recuperarlo. ¡Nada es perfecto! Creo que hay un tiempo natural donde las madres nos dedicamos más a nuestros hijos, como los primeros meses, o los primeros dos años. Sin embargo, para mí siempre fue muy importante seguir sintiéndome femenina y atractiva. Eso es tan personal como la fórmula. La mía puede servirme a mí y parecerle despreciable a mi vecina. En todo caso, la mía se divide en dos importantes pilares:
—Cada año que pasa en mi vida quiero estar MÁS FELIZ, sonreír más, AMAR más… estar SALUDABLE, atractiva, deseable, ¡y femenina! Principalmente para sentirme bien conmigo misma. En función de esto me cuido mucho y SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE… tengo espacio en mi agenda de LOCOS para MÍ. Para consentirme y sobre todo para cuidarme.
—Quiero que cuando ellas crezcan, tengan a un hombre que las consienta, las ame, las respete, las lleve a cenar, las invite de vacaciones (con y sin hijos), las espere en el balcón de la casa con una botella de vino, que les regale flores, que las invite al cine, que las bese en todo momento, que les agarre la mano hasta que estén viejitos y que guarde SIEMPRE ese espacio para ellas, para ¡amarse! Así que trato de darles el EJEMPLO, porque no hay mejor forma para educar a un hijo que a través de lo que túmisma haces. Por eso en mi vida loca, siempre guardo un espacio para la pareja… esperando que ellas entiendan que el amor de papá y mamá se alimenta de TIEMPO. TIEMPO SOLOS, que debemos buscar por debajo de las piedras. ¡SÍ SE PUEDE!
El mensaje final de mi entrevistada es tan claro y sentido que no admite análisis alguno.
De los mitos voy a pasar a analizar los miedos. Está claro que las creencias erróneas que expuse antes son en parte causantes de esos miedos, aunque también colaboran las malas experiencias personales, la ausencia de modelos positivos para la identificación, los modelos negativos y determinadas características de personalidad.
Algunos miedos que inhiben tu capacidad para seducir son los siguientes:
-Miedo a no resultar atractivo.
-Miedo a decir o a hacer algo tonto.
-Miedo al rechazo.
-Miedo al ridículo.
-Miedo a equivocarte en la elección de la pareja.
-Miedo al compromiso.
-Miedo a no cumplir con las expectativas del otro (que incluye a varios de los anteriores).
Identificar y superar estos miedos es necesario para que explotes el arte de la seducción. El miedo te paraliza, o te conduce a una acción sin convicción y con inseguridades. Trabajar en el autodescubrimiento y el desarrollo de las capacidades de seducción te proveerá de una mayor confianza. Por lo tanto, te posiciona de otra manera para enfrentar los miedos. Dicen que para vencer los miedos es necesario enfrentarlos con la acción. Yo le agregaría a esta idea (que comparto) algo más: la acción con recursos , ya que la acción por sí misma es insuficiente. Y si te da lugar a una experiencia negativa, será aún peor ya que reforzará esos miedos y será más difícil desactivarlos. Es fundamental entonces que incorpores las herramientas mínimas para sentirte más fuerte y, de esa mane ra, aquellas situaciones que te provocan miedo te parecerán más fáciles de superar.
Además de hacer este trabajo a consciencia, algunas creencias alternativas pueden serte de utilidad para pensarte a ti mismo, a las situaciones y, por lo tanto, a los miedos de otra manera.
a) Nunca serás atractivo para todo el mundo
Que alguien no se interese en ti de la forma en que te gustaría indica, en principio, que no te ajustas a sus preferencias. Pero de ninguna manera significa que no eres seductor. En todo caso, no lo serás para esa persona . Es muy frecuente la conclusión “yo no valgo” luego de una situación en la que no logras concretar una conquista. Pero en realidad es una deducción falsa porque es ser muy parcial. En todo caso, lo correcto sería: “yo no coincido con las expectativas que esta persona tiene respecto de lo que es alguien atractivo”. Cuando aceptes que no tienes por qué gustarle a todo el mundo, sentirás un gran alivio.
b) Puedes equivocarte
Todos cometemos errores y es importante que sepas capitalizarlos para desarrollar tus habilidades sociales y sexuales. Esto implica que reflexiones para aprender de ellos. “¿Cómo actuaré la próxima vez para no equivocarme de nuevo en este aspecto?”. No te martirices pensando en lo que podrías haber hecho. No lo hiciste, y punto. La vida siempre te dará oportunidades para reivindicarte y capitalizar lo aprendido.
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