Las personas no tan agraciadas físicamente muchas veces desarrollan cualidades para poder llamar la atención y conquistar, considerando que ese objetivo no se facilita,, como en otros casos, desde un impacto estético.
María Fernanda.Los feos tienen su encanto. Al no ser los más guapos, ni contar con características atractivas para los exigentes gustos de las mujeres, los hombres feos tienen un as bajo la manga: técnicas maravillosas para seducir. Lo hacen con la palabra, una mirada encantadora y un despliegue de neuronas que demuestra gran inteligencia y, de esta manera, terminas rendida ante su encantadora fealdad, viendo su interior, su verdadero corazón.
La sensualidad, el sex appeal , va más allá de prototipos de belleza. Más bien es una cuestión de actitud.
Paola.Ser sexy es lo más importante, y no siempre las caras y cuerpos bellos tienen esa virtud. La inteligencia emocional es sexy, el sentido del humor es sexy; el respeto a sí mismo es sexy.
Juan David.Aunque no todos son favorecidos con la lotería genética de la vida, yo pienso que hay algo que sí está en nuestras manos: el quererse a uno mismo, eso quiere decir prepararse día a día, cuidar el cuerpo, la piel, los dientes, la presentación personal. A raíz de ese amor, la persona se va llenando de confianza y sus actos entonces son de alguien que se valora. Ese “yo valgo y me quiero”, apoyado con un lenguaje corporal, una presencia y confianza, termina siendo contagiado (ley del contagio emocional).
Marihely.Seducir es un arte, y el ser bonito no es tan importante. Un hombre bien arreglado, limpio y perfumado, seguro de sí mismo, que se establece como objetivo conquistar a determinada mujer, puede hacerlo. Nada más sexy y seductor que un hombre inteligente y seguro. Lo mismo aplica para las mujeres, ¡a mí me funciona!
Sobran ejemplos de famosos feos y atractivos, así como de lindos que no te mueven la más mínima energía erótica.
Rodrigo Sabio.Keith Richards nunca fue lindo. Y encima hoy en día su cara es una arruga al lado de la otra. Pero cuando aparece en la tercera película de la saga de Piratas del Caribe: en el fin del mundo (Pirates of the Caribbean: At World’s End, Gore Verbinski, 2007) en el rol del padre de Jack Sparrow, interpretado por uno de los tipos más sexys y lindos del mundo, es decir, Johnny Depp, Keith no tiene nada que envidiarle a Johnny. Richards es un Rolling Stone, es leyenda, es un sobreviviente, y de sus entrañas salen muchas de las lindas melodías jamás compuestas. Conseguir ser muy feo, pararte al lado de Johnny Depp en la misma escena y que te miren a ti y no a él, eso demuestra que aún la fealdad extrema puede ser superada.
Jack Black no es particularmente bien parecido. No es alto, es más bien enano, y gordito. ¡Pero tiene tanta onda que es imposible dejar de verlo! En Escuela de rock (School of Rock, de Richard Linklater, 2003) hace de un maestro de colegio que apócrifamente comienza a enseñar música, pero en realidad intenta sacar una banda conformada por esas jóvenes mentes de colegio privado, de rígida educación, y volverlas amantes del rock and roll. Cómo se mueve, cómo muerde las palabras, cómo viste y refuerza de intencionalidad sexual cada fonema que sale de su boca y cómo se vuelve por momentos un pervertido, un adalid de la libertad social y un alma sensible —pero siempre creando un aura magnética a su alrededor— lo transforma en mi elegido como un “feo sexy” sin la más mínima duda.
También están los lindos que no seducen. Por ejemplo nadie puede negar lo bella que es Gwyneth Paltrow, pero vaya a saber si es un problema personal de ella o si es solo por los papeles que le ofrecen, pero lo cierto es que muy pocas veces ha hecho de sexy, y muchos de sus roles son fríos, mentales, desprovistos de cualquier “innuendo” sexual.
c) Solamente seducen las personas jóvenes
Siguiendo con lo anterior, parece que solamente seducen las personas jóvenes. Con respecto a la edad, la juventud es una característica valorada en extremo, lo cual se refleja de un modo muy evidente en los comerciales: allí ves cómo se asocia la belleza y la juventud con los productos que se quieren imponer para el consumo masivo. Esto llega al punto de generar la creencia de que si superas cierta edad ya debes pensar en otras cosas como contar historias de vida, regar las plantas o criar mascotas, y olvidarte de seducir (sobre todo en el sentido sensual del término).
Considero que es otro gran equívoco. Con el paso de los años, si tuviste la posibilidad y la claridad como para aprovechar tu experiencia, incorporas recursos que resultan muy seductores: el manejo de las ansiedades, la seguridad en ti mismo, el autoconocimiento, la posibilidad de comprender los sentimientos y emociones del otro, el control de los impulsos, el reconocimiento laboral, el social, el profesional.
Lo que ocurre con el transcurso de los años no es exactamente que pierdes tu capacidad de seducción, sino que la transformas. Tu seducción se basa en otros pilares, quizás menos en los estéticos (o en todo caso en otra forma de pensar la estética) y más en los aspectos ligados a la personalidad. La manera de seducir cambia: los recursos, los tiempos, te vuelves más selectivo y aprendes a disfrutar del proceso sin pensar tanto en el resultado. También cambia lo que te resulta atractivo. No buscas lo mismo a los veinte años que a los cincuenta. Y esto es producto de un cambio interno y de la misma madurez que te da la vida.
d) Es necesario tener dinero y poder para seducir
Tanto se ha hablado de este tema, que de hecho lo retomaré en detalle más adelante en Carisma mata billetera . Tal como te decía con respecto a la belleza, el dinero y el poder ayudan, llaman la atención y dan realce a la persona. En algunos casos son cualidades de gran atractivo porque representan la posibilidad de alcanzar comodidad y estabilidad económica. Pero en general no son suficientes por sí mismos para generar atracción, siendo más importantes otras virtudes más relacionadas con la personalidad, el trato especial y la imagen.
e) Ser padres y madres equivale a perder capacidad de seducción
Como si la maternidad/paternidad te convirtiera en un ser asexuado, solo dedicado a la función de cuidado y protección de la descendencia. Es verdad, a veces te tomas tan a pecho el rol de madre o de padre que te olvidas de ti en otros planos y también de tu pareja. Esto ocurre sobre todo en personas más conservadoras, estructuradas, y también ante historias muy particulares, por ejemplo de embarazos complicados o de largos tratamientos de fertilidad que tuvieron eficacia luego de años de padecimiento. Pero si mantienes el equilibrio y te ves como un individuo integral, incluyendo otros roles en la vida, esto no tiene por qué ocurrir. Es más, hasta puede ser muy atractivo ver a un hombre o a una mujer desplegando públicamente su relación afectiva con sus hijos.
Es tan frecuente esta situación de madres y padres que matan a la seducción, que le dedicaré unos cuantos párrafos en un diálogo sin desperdicio con una mujer famosa y destacada.
Conocí a Camila Canabal en unas grabaciones que hicimos en Bogotá para su programa Vida mamá de Casa Club TV. Es una célebre presentadora de televisión no solo en Venezuela, su país de origen, sino en todo el continente. Apenas la vi, me di cuenta de que es esa persona que integra todo aquello que podríamos llamar mujer : emprendedora, profesional, empresaria, madre, esposa, carismática, sensual. Y cuando estaba escribiendo esta sección de Mitos sobre la seducción , en particular en lo referente a este último, me acordé de ella y la imaginé como una prueba viva de que la maternidad no tiene por qué consumir a otros roles, que también son tan característicos de lo femenino. De inmediato decidí ponerme en contacto con Camila, y conversamos desenfadadamente acerca del tema.
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