Enrique Chaij - A pesar de todo... ¡No nos falta nada!
Здесь есть возможность читать онлайн «Enrique Chaij - A pesar de todo... ¡No nos falta nada!» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:A pesar de todo... ¡No nos falta nada!
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:4 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 80
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
A pesar de todo... ¡No nos falta nada!: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «A pesar de todo... ¡No nos falta nada!»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
A pesar de todo... ¡No nos falta nada! — читать онлайн ознакомительный отрывок
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «A pesar de todo... ¡No nos falta nada!», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Tú en la más negra sima, tú en e l más alto edén.
Si la ciencia engreída no te ve, yo te veo;
si los labi os te niegan, yo te pro clamaré;
por cada hombre que duda, mi alma grita: “¡Yo creo!” Y con cada fe muerta, se agiganta mi fe.
No es humillante que tú y yo nos veamos como débiles ovejas. Pero sí es denigrante que otros se sientan superiores y nos atropellen como ovejas. La oveja tiene al Pastor, y allí está su salvación. En cambio, el que se siente superior pierde la noción de su propia necesidad, y se queda solo con su vacío interior.
Cierto día, Jesús estuvo particularmente rodeado de mucha gente necesitada. Las multitudes lo habían seguido durante horas. Y al observarlas, “sinti ó compasión de ellas, porq ue estaban desamparad as y dispersas como ovej as sin pastor” (S. Mateo 9:36). ¿No crees que la gente de hoy se parece a las multitudes de ayer? Sí. Pero también el Jesús de hoy es igual que el de ayer.
Su compasión es infinita;
su amor nos circunda por doquier.
No hay como el amor del Pastor.
¡Toma hoy un sorbo de este amor divino!
Está a tu alcance.
Llena tu vida con él.

Capítulo 2
Toda necesidad atendida
“Nada me faltará”
Según cuenta una vieja alegoría, cierto gallo creía que su canto matinal hacía salir al Sol. Pero un día se quedó dormido, y grande fue su sorpresa al despertar y ver que el Sol ya había salido. Entonces, admitiendo su error, el gallo se dijo humildemente para sí: “Ya veo que mi pobre canto no hace salir al Sol; pero de todos modos puedo cantar cada mañana a la salida del Sol”.
El gallo creía que el Sol salía porque él cantaba. No se daba cuenta que era al revés: él cantaba porque el Sol salía. Y la moraleja brota por sí sola. ¿No pensamos con frecuencia como el gallo? A menudo nos parece que somos la pieza clave de nuestro entorno, y que las cosas salen bien gracias a nuestra capacidad personal. Pero basta que cometamos una equivocación, o que alguien nos aventaje en algún detalle, para comprender el error de nuestro orgullo.
Y este insensato agrandamiento puede llevarnos a tal suficiencia propia, que hasta nos induzca a prescindir de Dios. Como el gallo del cuento, podemos pensar que somos el centro, cuando sólo somos humildes ovejas del divino Pastor. De él brota la vida. Él es quien provee lo necesario para nuestro mantenimiento. “En él vivimos, y nos movemos, y existimos” (Hechos 17:28).
NO NOS FALTARÁ LO ESENCIAL
Otras versiones del Salmo 23, en lugar de “Nada me faltará”, afirman en tiempo presente: “Tengo cuanto necesito”, “Tengo todo lo que necesito”. Es así como piensa o debería pensar el creyente: no que Dios nos dará mañana lo que sea mejor para nuestro beneficio. Si se trata de algún bien esencial, lo podemos recibir hoy, ahora. Eso lo tenemos cada día, y lo seguiremos teniendo en los días venideros. Por ejemplo, “a pesar de todo”...
Nunca nos faltará el oxígeno del aire, aunque haya contaminació n ambiental.
No nos faltará la luz del Sol, aunque h aya días nublados.
No nos faltará el agua, aunque exis tan sequías, y el clima se altere.
No nos faltará el alimento, aunque crezcan los desiertos, y por causa d e la injusticia humana hay a seres hambrientos.
No nos faltará el vestido, aunque debamos cubrirnos con sencillez.
Ciertamente, Dios siempre atiende nuestras necesidades reales . Él no duerme ni se adormecerá en su infatigable amor paternal (Salmo 121:3,4). Sus ojos siempre observan nuestras debilidades y carencias. Y su mano divina siempre está extendida para darnos lo mejor. David le dice al Pastor: “Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo viviente” (Id., 145:15,16). ¡Di os no se toma vacaciones! Dijo Jesús: “Mi Padre si empre está en su obra, y yo también” (S. Juan 5:17).
Por lo tanto, ante cualquiera de nuestras necesidades podemos ir a él, y decirle: “Señor, necesito tu ayuda. Resuelve mis problemas; suple mis necesidades materiales y espirituales”. Y nuestro Padre celestial nos escuchará y responderá.
NECESID ADES REALES Y ARTIFICIALES
Están las necesidades reales y legítimas, que reclamannuestra natural atención. Pero también existen las otras, que podríamos llamar “necesidades artificiales”, que no hacen más que alimentar la vanidad, mientras tal vez queden sin atender las verdaderas necesidades del alma. ¡Qué lamentable negligencia, y qué distorsión de los valores! En esto tiene mucho que ver la publicidad masiva, la cual manipula de tal manera la mente del consumidor, que éste termina por adquirir tal o cual producto, porque previamente se le “vendió” una necesidad inventada o artificial.
¿Y qué diremos de quien compra sólo para tener más, o para mostrar un mejor nivel económico que el prójimo? ¡Cuántos desgastan y malogran su vida por causa de esta fiebre insensata! ¿Nos acordamos de Diógenes, el filósofo griego que despreciaba la riqueza? Él mismo vivía con lo estrictamente indispensable. Se cuenta que cierto día vio a un niño tomar agua de una fuente con sus propias manos. Entonces arrojó la única escudilla que tenía, y dijo: “Yo ta mbién puedo beber con mis manos. No necesito la escudilla”.
Éste es un caso extremo que jamás aprobaríamos. ¿Pero no condena indirectamente la frivolidad y el consumismo de nuestros días? Necesidades artificiales, que el Señor ¿querrá suplir?
Lo que Dios sí quiere atender son nuestras necesidades genuinas y legítimas. En tal sentido, David afirmaba en otro de sus salmos: “Los ricos pueden empobrecer y sufrir hambre, pero los que buscan al Señor no carecerán de ningún bien” (Salmo 34:10). Y el apóstol Santiago les dice a los creyentes: “Que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna ” (Santiago 1:4).
Esta es la firme convicción de todo hijo de Dios: “Nada me faltará”. Con esta confianza y esta seguridad se mueve el creyente. ¿Por qué entonces preocuparnos tanto por alguna cosa que nos falte, en lugar de alegrarnos más por lo que ya tenemos? El que sustenta el fascinante mundo que él mismo creó, ¿cómo no nos dará lo que necesitemos cada día para gozar de la vida? Aun en los momentos de mayor necesidad, él no nos fallará. San Pablo escribió: “Mi Dios, pues, sup lirá toda necesidad vuestra” (Filipenses 4:19).
CÓMO PODEMOS POSEE R MÁS
En su deseo de una mayor prosperidad, hay quienes se preguntan: “¿Por qué la vida me niega la posibilidad de concretar mis sueños?” Y esos “sueños” pueden ser la terminación de una carrera, la realización de un buen negocio, la expansión de una empresa, el ascenso en el trabajo, la armonía familiar, la formación del matrimonio, y tantos otros nobles anhelos...
Y estas mismas personas pueden formularse otras preguntas, tales como: “¿Por qué Fulano ha tenido mejor suerte que yo?” “¿Qué cosa extraordinaria ha hecho él para llegar adonde llegó?” “¿Es que Dios me ha dejado un poco de lado?” “¿Qué puedo hacer para mejorar mi condición y alcanzar una mayor prosperidad?”
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «A pesar de todo... ¡No nos falta nada!»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «A pesar de todo... ¡No nos falta nada!» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «A pesar de todo... ¡No nos falta nada!» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.