El Discernimiento–consciencia de la sabiduría Interior en el accionar continuo, permite la liberación de las ataduras de la Ilusión, o liberación espiritual (mokhsa). Las acciones Conscientes son guiadas por la intuición, por lo que activamos nuestra capacidad de observar libre de juicios y podemos percibir interiormente, desde el sentir ecuánime, lo que está en sintonía con nuestro Ser Divino, para vivir en comunidad, como una Unidad en la tierra y así manifestar la Versión más Elevada de cada Uno, en el transitar por este mundo, sin olvidad nuestra Consciencia Original.
Por supuesto que esto no es una fórmula, ya que cada uno vive una experiencia totalmente individual y deberá hallar dentro de Sí Mismo el Punto de Equilibrio y ecuanimidad para acceder a la Consciencia Superior y a la sabiduría para el discernimiento.
Una mañana antes de despertar la Voz me dijo: “Debes guiarte por la sabiduría del Sol y la Consciencia de tu Verdadera Naturaleza”.
El Sol es Fuente de Vida, Energía de Vida, pero también de muerte y destrucción. Su Dharma es Irradiar Luz, calor, y otros, pero no todos podemos percibir esa luz y calor de la misma manera, ya que están involucrados muchos factores.
Consciencia de la Verdadera Naturaleza, en la naturaleza temporal todo tiene su limitación respetando un proceso, nace, cumple un propósito y muere. La Verdadera Naturaleza o Naturaleza Esencial es Ilimitada y Eterna.
El Reconocimiento de Nuestra Naturaleza Esencial
El conocimiento de nuestra verdadera naturaleza nos permite afrontar con sabiduría los acontecimientos presentes. Reconocernos en el aquí y ahora como parte de la Esencia, chispa Divina de Dios, experimentando en un cuerpo físico, las diferentes expresiones de la Consciencia, nos devuelve la Identidad Original. Permitiéndonos fluir libres de apegos en las diferentes experiencias, de los roles, en la vida cotidiana. Un Ser que hace, actúa, acciona, a través de las personalidad humana, en los diferentes roles. Estableciendo vínculos y relaciones en las diferentes áreas de la Vida en su aspecto Mortal.
El Ser Humano Divino ero consciente de que las experiencias de la vida en el cuerpo físico trascienden la forma material y temporal mediante la conexión intuición, pensamientos, sentimientos, emociones. Donde la vibración y frecuencia de la Energía del amor que se irradia establecen el nivel de Consciencia de Unidad, identidad con la Consciencia Yo Soy, o dualidad, separación, y apegos a la identidad asociada a la personalidad humana mundana y sus roles.
La predisposición a la comprensión de los procesos naturales, deja aflorar en nuestro interior la sabiduría de la Esencia, despertando así el poder del discernimiento, cualidad esencial para la iluminación de la mente, desde el estado de Observador, que está más allá de las perturbaciones del pensamiento cotidiano y la apertura del centro sagrado del corazón, libre de los apegos a los deseos y emociones mundanas.
La apertura a la comprensión y entendimiento nos permite hallarnos en el estado de Unidad con la Esencia, el punto de la liberación y entrega profunda a la Consciencia de lo Absoluto, donde nos sentimos Uno con la Totalidad, liberando naturalmente la irradiación de Amor Puro de la fuente sagrada en el Corazón de cada uno.
Los sentimientos y las emociones son el nexo entre el universo temporal y el universo atemporal. La incomprensión de nuestros sentimientos y emociones es el detonante del sufrimiento.
El sentimiento es el impulso natural de energía resultado de la percepción de algún estímulo y, la emoción es la sensación interior, que vibra y resuena dando lugar a la expresión del sentimiento de alegría, dolor, tristeza, pena, odio, temor, etcétera.
¿Por qué hay personas que ante los mismos sucesos sufren menos o prácticamente no sienten dolor…? La capacidad natural para gestionar la información que dan lugar las diferentes sensaciones emocionales varía de un individuo a otro, dado que cada uno responde a un patrón de resonancia de vibración y frecuencia único, necesarios para la experiencia de realización, de expansión y evolución del alma.
Aprender a reconocer nuestras emociones y sentimientos como parte de la expresión sagrada del Ser Humano en la vida cotidiana es el mayor de los desafíos. Porque a través de ellos, irradiamos la luz y el amor de nuestro Ser en los vínculos y relaciones con nosotros mismos, con nuestro universo interior, con los otros y con el universo exterior. A través de los sentimientos y emociones percibimos la Vida otorgándole significado.
Sentirnos a nosotros mismos en el placer, en el dolor, en la angustia o en la alegría y llenarnos de esas sensaciones, procesando naturalmente para encauzarlas hacia el cumplimiento de su propósito. Que es aquel que despierta nuestro Ser sagrado, es una tarea cotidiana, más allá de que reconozcamos nuestra esencia espiritual, nuestra naturaleza esencial o no. Aquí juega el principio de karma y la paradoja es que el temor al principio del karma ES EL JUEGO DEL AUTOENGAÑO, por el cual se permanece atrapado en la rueda del karma. Es decir, el miedo en nuestras acciones limita nuestros sentimientos y emociones, por lo que la reacción es más dolor y sufrimiento. Porque no hay Expansión al sentir, hay opresión, represión.
Toda nuestra experiencia en este mundo pasa por el intento de llegar a la comprensión de lo que “nos pasa”, en la mayoría del tiempo, cuando andamos a ciegas, somnolientos. Dormidos no, porque el dormido no tiene planteos o cuestionamientos del tipo profundo y solo se limita a la satisfacción de las necesidades básicas.
Cuando emprendemos la búsqueda de la comprensión de la experiencia interna, se abre el sendero hacia el reencuentro con nosotros mismos, con nuestro Maestro Interno y es entonces cuando en las experiencias en los roles cotidianos damos a Luz al Maestro del Amor Incondicional, el Ser Humano, Divino, Consciente y despierto.
Pero la real experiencia del Maestro del Amor Incondicional se percibe en la entrega a la incomprensión de los sucesos… es decir al final, no hay nada que comprender. Es una experiencia Consciente que fluye naturalmente libre de planteos o cuestionamientos.
¿Pero cómo es esto…?
El conocimiento de lo absoluto es la vida misma, manifestándose en un orden inteligente, en nuestro paso por el mundo temporal. Cumplimos un ciclo, en la ignorancia, sin recordar nuestra vida como Seres inmortales y atemporales, y en el trascurrir de los ciclos vamos descubriéndonos poco a poco en la Esencia, abandonando los apegos a la identidad mundana.
En la apariencia de las limitaciones físicas, ese conocimiento se despliega en su totalidad, pero nuestra capacidad para la comprensión es limitada. Ese conocimiento permanece latente en la atemporalidad y la eternidad, y en la medida que despertamos a la consciencia, naturalmente se despliega en nuestra realidad temporal.
En la ilusión del tiempo, el conocimiento no es real, el conocimiento pasa por la separación y el juego de los opuestos hasta el despertar de la Intuición. Cuando despertamos a la intuición–resurrección despertamos a la experiencia de lo absoluto, donde todo se funde en el Sí mismo –SOY, ERES CONSCIENCIA PURA–, entonces desaparece la necesidad de comprensión y solo se vivencia la experiencia en plenitud, sin importar cuál sea el hecho o circunstancia.
A través de la práctica cotidiana de técnicas para llegar al Estado de Yoga, Técnicas para canalizar Energía Reiki; Energía vital Universal Presente en Todo lo que es y Técnicas de Meditación, pude poco a poco asumir la Consciencia de la maravillosa inteligencia presente encada uno, que se manifiesta mediante nuestra INTENCIÓN, cuando en acto de humildad nos entregamos y aceptamos la Sabiduría de la Inteligencia Superior en el presente Continuo.
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