Lucía Mahapremal Devi - La Maestría del Amor Incondicional

En cuanto a Mi propósito personal en este mundo es aprender a VIVIR EN LA TIERRA, AMAR LA EXPERIENCIA EN LA TIERRA y APRENDER A EXPRESAR MEDIANTES LAS DIFERENTES MANIFESTACIONES DE AMOR, LA MÁS ELEVADA VIBRACIÓN DE LA ESENCIA, LA FUENTE, El SÍ MISMO, LA VIVA EXPRESIÓN DE LA ESENCIA EN CADA UNO. Ser y Estar en amor incondicional en coherencia y armonía con la Fuente. Como también es el Propósito de Todo Hijo Divino, aunque aún no haya despertado a Él.

Cuando mis guías me hablaron de mi propósito Espiritual en la tierra, mi alma se colmó de Alegría. Me Sentí Viva. Me Sentí reconocida y Amada por Dios Padre Madre. Pero también en lo profundo de mi corazón sentía cómo la voz del “deber” y la “obligación” resonaban.

En varias encarnaciones anteriores mi propósito personal, también asociado a la espiritualidad, traía la carga de la “moral” . Dogmas de esos “tiempos y experiencias” en los que los ideales espirituales estaban asociados a la imagen de Dios, separado de nosotros, y al ideal de culpa, vergüenza, castigo, cielo e infierno. Donde los sentimientos eran reprimidos. Siendo el modelo espiritual asociado a un arquetipo o imagen externa, que aun en para muchos, perdura como creencia de estos tiempos.

El desafío es Discernir y descubrir la verdad espiritual más elevada del alma, más allá de estos ideales de prejuicio y memorias de culpa.

Develar el Conocimiento libre de todo condicionamiento transmitido por el Maestro Jesús para la Liberación Interior del Hijo de Dios, hermanado en el Cristo, es el desafío, para los Seres Humanos en esta nueva Era.

Para ello, el camino interior consiste en transitar los laberintos de las propias sombras interiores, mirar los diferentes disfraces de los personajes en la profunda oscuridad, para reconocernos en la Esencia Divina, y reflejarnos en la Luz de la Esencia que Somos más allá de los ideales de bien o mal.

En la Oscuridad las batallas no son de fuerza, de guerra o de luchas, son de identidad.

En el juego de la dualidad, las máscaras de los personajes de los diferentes roles hacen su esfuerzo en una batalla por brillar, pero solo pueden brillar para el espejismo de la ilusión.

Bajó a los infiernos –la más profunda oscuridad–, la muerte, los vicios, la enfermedad, los demonios.

Subió a los cielos –la más elevada Consciencia– a través de los sentimientos puros, amor, compasión, perdón, no juicio, paz, ternura, templanza, calidez –está sentado a la derecha de Dios–, lado derecho de la cabeza, lado emocional, habla de las emociones Divinas.

Si tenemos en cuenta que el cuerpo es el TEMPLO DEL ESPÍRITU –y que la Resurrección está asociada a la elevación del Cristo– en el centro del entrecejo podemos situarnos para conectar con la Fuente de sabiduría y el discernimiento, lo que conllevaría a la muerte de la ignorancia, a la Resurrección del Cristo y la Elevación DE LA CONSCIENCIA al PADRE ETERNO, Centro de la coronilla, Dios– Conocimiento del árbol de la Vida Eterna.

En una meditación, hablaba con el maestro Jesús: Estábamos en la cima de una montaña, en una noche muy oscura. Abajo, se divisaba un valle, con luces muy tenues, que brillaban en la noche. Él, me dijo: “Ese es tu reino, tendrás que llevar Luz a los lugares más oscuros”. Al tiempo comprendí que para llevar luz a los lugares más oscuros, debemos armarnos de valor y transitar el sendero de la más profunda oscuridad del corazón, aquellas emociones más turbulentas, sin olvidar la identidad Original. Trascenderlas regocijándonos en los sentimientos Puros. “Caminar sobre las aguas” Emociones Divinas, y llevar Luz los lugares más oscuros de la mente y el corazón.

Jesús hablaba en parábolas, porque solo quien estaba y está preparado para la Resurrección puede comprender su lenguaje, la PALABRA DE DIOS, PADRE MADRE.

Jesús no hablaba del Dios que los hombres crearon a su imagen y semejanza. Jesús hablaba de Dios Padre Madre–Consciencia Yo Soy, como Esencia y Fuente de todo lo que ES, y la Liberación a partir del reconocimiento de esta Fuente en Nuestro interior y en el interior de cada uno.

Cuando hablo de JESÚS, no hago referencia al Jesús idealizado para las religiones. Hablo de Jesús, el hijo del Hombre, que vivió la experiencia Humana, pero que a su vez en esa experiencia humana se reconoce como la CONSCIENCIA ORIGINAL YO SOY EL MISMO DIOS, despertando la CONSCIENCIA DEL CRISTO para dejarnos el conocimiento del camino de la Liberación interior.

¿Liberación de qué? De los programas originales de culpa, castigo, vergüenza y sufrimiento para ganar el sustento. Mostrando el verdadero poder del Dios hecho Hombre–Mujer.

En el Génesis (símbolo dual, por un lado sabiduría y por otro ignorancia y muerte) la a serpiente dijo: … “Bien sabe Dios que si comiereis del árbol del conocimiento del bien y del mal, no moriréis, sino que seréis como Dioses, teniendo el conocimiento del bien y del mal”. Ese lenguaje simbólico a entender que en ese instante el Hombre–Mujer estaba despierto, con pleno poder de Discernimiento.

La resurrección de Cristo hace referencia al Despertar de la Humanidad y a la liberación de ese programa original de ignorancia, sometimiento, y de negación al disfrute, el placer y el goce, como energía natural para pertenecer al cielo.

El pecado original, el error original o la rueda del karma, ley de causa y efecto, acción–reacción, hace referencia al abuso y apego a los placeres mundanos, como una forma de perder el cielo, es decir, la Consciencia Original Yo Soy.

Hoy con el entendimiento de que todo es Energía en movimiento, que se manifiesta en diferentes niveles de vibración y frecuencia, podemos llegar a la comprensión de que el sufrimiento se debe a la baja vibración y frecuencia de la energía de los apegos a los placeres mundanos. Y en la medida en que nuestras acciones son moderadas desde los pensamientos, sentimientos y emociones puras elevamos la vibración y frecuencia, trascendiendo así los estados de dolor y sufrimiento, ya que en la Elevada Vibración de la frecuencia del Cristo en cada uno no puede percibirse.

A través de las diferentes técnicas para llegar al estado de Meditación: medir la acción serenando la mente y armonizando las sensaciones del corazón, podemos llegar al estado de consciencia de Iluminación Es decir la mente se ilumina al disolverse las perturbaciones de los pensamientos y emociones, lo que también influye en el estado bioenergético. Ya que los estímulos que generamos en el organismo provienen de niveles de consciencia más elevados o de la Consciencia Superior.

Así es como en la medida en que fui adentrándome en el descubrimiento de mi mundo interior, asociando mis sentimientos y emociones, también se fue abriendo mi mente y corazón a la comprensión de mi propósito individual en la tierra y de la importancia del aprender a disfrutar plenamente libres de culpas y condicionamientos, para el cumplimiento de él. Algo a lo que culturalmente por creencia nos hemos negado.

Mientras nos encaminamos en el propósito individual y la misión superior, aprendemos a amar verdaderamente la experiencia del “Ser Humano”, comprendiendo el significado profundo de cada uno de los roles para la realización interior y darle significado a la Vida en el cuerpo físico.

Si nos ocupamos solo del karma –consecuencia de las acciones cotidianas– observando solo los aspectos negativos o desagradables de nuestras vidas, seguimos recreando más de lo mismo. Ya que las reacciones o consecuencias responden a nuestro Sentir y a la vibración que irradiamos desde el interior.

Si nos ocupamos del Dharma, del propósito Individual y de realización interior, sintiéndonos agraciados y merecedores de una vida en bienestar, experimentamos el karma desde nuestras acciones cotidianas, en la interacción con los otros, en los roles personales individuales, asociado a lo colectivo, y en nuestros vínculos y relación con todo lo que Es, con alegría, paz, amor y armonía, naturalmente nuestras vidas se alinearán y sintonizarán con el propósito universal y nos estaremos realizando en nuestra Misión Superior, o libres de pecados–errores.