Quien quiera conocer la respuesta a estas preguntas, o incluso dar su propia respuesta, puede iniciar la lectura de este libro.
* PRESENTACIÓN Mirar hacia adelante Juan Eduardo Bonnin * Durante muchos años el análisis del discurso tuvo una posición subordinada en América Latina. La desigual división internacional del trabajo científico hizo que un movimiento intelectual de vocación iconoclasta y transformadora reprodujera mucho de lo que cuestionaba en su práctica analítica: el análisis crítico del discurso y la Escuela Francesa de análisis del discurso estaban dominados por hombres europeos blancos que disponían de presupuestos propios para viajes, publicaciones y congresos, Ruth Wodak y Ruth Amossy son algunas de las poquísimas excepciones. América Latina, con una marcada sensibilidad histórica hacia el estudio del lenguaje y la diversidad, pero con menos medios materiales, adoptó tempranamente esta perspectiva con ese gesto –aparentemente sumiso, pero transformador– que es propio de las tácticas del débil. Así, más allá de los pocos obedientes que querían instalar en sus países filiales regionales de las metrópolis europeas, buena parte de las intelectuales locales (y algunos de los intelectuales) se dedicaron a conocer, estudiar y sistemáticamente “malinterpretar” ( misread ) los manuales y textos fundacionales de Michel Pêcheux, Norman Fairclough, Dominique Maingueneau, Teun A. van Dijk, Catherine Kerbrat-Orecchioni, Ruth Wodak, y tantos otros que, lejos de reclamar ortodoxias, celebraron estos procesos de apropiación y creación de teoría a partir de la singularidad de cada experiencia histórica. Esta historia de poco más o menos treinta años, con hitos como la fundación de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED) y la creación de revistas como Signo y Seña o Discurso y Sociedad , ha comenzado a ser contada recientemente en algunas tesis, artículos especializados y capítulos iniciales de libros que apuntan a ser nuevos clásicos. Dos de ellos, Los Estudios del Discurso. Miradas latinoamericanas I (Universidad de Ibagué, 2012) y Acercamientos discursivos latinoamericanos y del Caribe. La subversión de los discursos (Eduvim, 2016), compilados y protagonizados por el autor de este volumen, reúnen algunas de las más importantes voces de esas corrientes fundacionales. Este nuevo libro, en cambio, no es una continuación de los trabajos anteriores, sino una mirada hacia adelante: ya sabemos con qué personas y herramientas contamos, pensemos ahora qué podemos hacer con ellas.
Profesor del Centro de Estudios del Lenguaje en Sociedad (LICH/Conicet-Unsam).
PRÓLOGO
El análisis del discurso y el ensanchamiento de su campo de acción
Luis Cortés Rodríguez *
Escribir un prólogo de un texto ajeno es siempre complicado, y más cuando este es –temáticamente– tan original. Si bien es cierto que la parte fundamental del trabajo está dedicada al análisis de cuatro discursos, muy distintos entre ellos, también lo es que antes de afrontarlos el autor nos explica con riqueza aspectos tales como sus puntos de vista sobre el análisis del discurso, la metodología empleada o lo que entiende por gestiones discursivas, entre otras consideraciones. Consecuentemente, la parte que precede a los cuatro estudios es importante para comprender el análisis llevado a cabo.
El análisis del discurso y el autor
Las primeras páginas de esta obra están dedicadas a reflexionar sobre lo que para el analista son los objetivos y principios del análisis del discurso, dominio en el que hay que ubicar el presente trabajo.
En uno de los capítulos que estamos elaborando en este momento para un futuro volumen, Manual de lingüística del hablar , libro coordinado por los profesores Ángela Schrott y Óscar Loureda, tratamos con amplitud el tema de por qué el análisis del discurso y la sociolingüística son los dos dominios que se ocupan de los más diversos asuntos relacionados con los manejos reales de la lengua. Ambos son como ríos que, poco a poco, se van agrandando con la concurrencia de distintos afluentes (corrientes). Así, en tanto que el dominio sociolingüístico se pergeña con tres grandes corrientes –la sociolingüística variacionista, la etnografía de la comunicación y la sociología del lenguaje–, el campo que hoy conocemos como análisis del discurso es el resultado de la confluencia de otra serie de corrientes, muy diversas, como la teoría de la enunciación, el análisis conversacional, la lingüística del texto o el análisis crítico del discurso, entre otras.
Desde un principio, el autor del volumen –profesor en la Universidad del Tolima, Colombia, y consumado estudioso del discurso– ubica sus indagaciones en el quehacer de este dominio. Es más, valiéndose de una definición de Elvira Narvaja de Arnoux, 1insiste, a lo largo de su trabajo, en los principios básicos que presiden su obra. Son los siguientes:
a) La perspectiva de su trabajo y el objetivo del análisis del discurso:
La perspectiva interpretativa […] constituye una propuesta latinoamericana de análisis del discurso que considera este campo como “una práctica interpretativa que atiende a todos los discursos y que según los problemas de los que parta recurre a unas u otras disciplinas lingüísticas y no lingüísticas”.
b) La causa principal de por qué se muestra partidario de tal perspectiva:
En el recorrido interpretativo, el analista del discurso debe reconocer determinadas marcas discursivas que operan como indicios a partir de los cuales formula hipótesis en relación con un problema que se ha planteado o que le ha propuesto otro profesional (Arnoux, 2006, 2019).
c) La forma de actuación que implica la técnica del analista del discurso y que él va a aplicar a los cuatro análisis discursivos que lleva a cabo en esta obra:
El planteamiento del problema propuesto conllevó indagar más ampliamente el campo al que este remite, se seleccionaron los materiales, se delimitaron las marcas discursivas que operaron como indicios pertinentes para abordar el problema, se constituyó el corpus, se reconoció la disciplina lingüística a la que se apeló para llevar a cabo el análisis, se formuló una hipótesis explicativa de una regularidad a partir de las marcas discursivas encontradas en la exploración inicial, se definieron las categorías de análisis y, finalmente, se verificó la hipótesis a partir de la interpretación de los datos.
No hemos de olvidar que el dominio que abarca el análisis del discurso ha recorrido un largo camino desde la década de 1960. Precursores como Émile Benveniste y la teoría de la enunciación, Michael A. K. Halliday y Ruqaiya Hasan y la teoría de la cohesión o John L. Austin y John R. Searle y los principios pragmáticos dieron la antorcha de sus intuiciones a quienes, con posterioridad, van a ir perfeccionándola con sólidos andamiajes que se incorporarán a los estudios discursivos: el principio de cooperación con Herbert P. Grice, la teoría de la argumentación con Jean-Claude Anscombre y Oswald Ducrot o la teoría de la relevancia con Dan Sperber y Deirdre S. Wilson, etc. Estas y otras varias teorías irán disponiendo las diferentes corrientes de las que hoy hablamos y que, cada día más, siguen propiciando los acercamientos a las más distintas manifestaciones donde haya un discurso, una propuesta dentro de un campo de acción (político, publicitario, jurídico, etc.) cualquiera que sea su género (debate, anuncio, chiste, etc.), su registro (formal, técnico-profesional, coloquial, etc.) o la relación de igualdad o no entre sus interlocutores. Y en este mundo discursivo, concretamente en este dominio que llamamos análisis del discurso, hemos de encuadrar esta obra que tiene el lector delante: Gestiones discursivas: acercamientos desde el análisis del discurso .
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