Asimismo, una característica de este grupo es que la mayoría de las madres trabajan como empleadas domésticas (de permanencia semanal en la casa que las emplea), por lo que les es más complicado atender a sus hijos, de manera que el albergue es una respuesta aparentemente adecuada a las necesidades que ellas tienen para obtener recursos económicos.
Para terminar el análisis por grupos, es importante señalar que en el GP5 FIU, como ya se había comentado, el 70 % de las madres se declaran casadas, y de la misma manera, el 70% de los hogares son biparentales. Esto habla de una conformación de la familia tradicional o convencional en donde están ambos padres y en donde el padre se hace cargo de la economía, aunque la mamá puede tener actividades económicas de tipo informal. En este grupo, llama la atención la presencia de una mujer divorciada, porque en estratos medios bajos y bajos es muy difícil encontrar casos de mujeres divorciadas y aún más en estratos bajos de familias indígenas.
Esta categoría se refiere a quién o quiénes son las personas que están a cargo del hogar. Como se mostró en el apartado de la literatura, la jefatura puede ser declarada o de hecho. A su vez, se divide en femenina, masculina o compartida (véase tabla 2.4).
Los hallazgos muestran de forma contundente el predominio de la jefatura compartida en la totalidad de los grupos. En tres de ellos, asciende a más del 50% y en el GP5 FIU, familias indígenas urbanas, llega a un 80%. Este dato es especialmente importante pues indica cambios en los códigos culturales sobre la autoridad en la familia. El debilitamiento del sistema patriarcal (Therborn, 2007; Jelin, 2007; entre otros) se evidencia en los hallazgos y advierte sobre formas más democráticas e igualitarias de compartir la autoridad en el ámbito familiar.
También llama la atención la presencia de las abuelas como jefas de familia, tanto en el GP4 FHA como en el GP5 FIU. Las organizaciones familiares actuales requieren ser analizadas también en clave generacional. Las abuelas están teniendo un papel preponderante en algunas de las organizaciones familiares, sin embargo, es necesario tomar con cautela estos hallazgos pues advierten sobre personas mayores, que pueden estar teniendo una carga de cuidados importante de los nietos y que se trate de organizaciones de cuidado que fragilizan tanto el bienestar de niñas y niños como de la gente mayor. Con esto, se busca enfatizar que no corresponde a la familia, en solitario, hacerse cargo de las múltiples e inacabables demandas de lo doméstico.
TABLA 2.4 JEFATURA FAMILIAR: NÚMERO DE FAMILIAS Y COMPOSICIÓN
Es impostergable la formulación de un nuevo pacto social que ponga en igualdad de posiciones y de responsabilidades del cuidado y el bienestar de los ciudadanos, al estado, en tanto garante, y a sus instituciones, a las empresas y su responsabilidad social, a las redes vecinales y comunitarias, así como a las organizaciones de la sociedad civil. Las familias no son ni deben ser fuentes inagotables de recursos y respuestas a una realidad que les rebasa por los múltiples riesgos sociales y las formas contemporáneas de vulnerabilidad social.
La jefatura masculina declarada tiene mayor presencia en el GP2 FRL; esto tiene que ver con el nivel de educación formal y el acceso a los discursos e ideologías que confrontan los roles tradicionales de género y promueven la equidad entre hombres y mujeres en las sociedades contemporáneas.
En el GP4 FHA, familias con hijos en situación de albergue, la jefatura muestra la mayor heterogeneidad, este dato es importante pues se trata de organizaciones domésticas que coexisten con organizaciones sociales como los albergues, las cuales son, además, familias en condiciones de pobreza urbana y que están haciendo frente a las demandas domésticas de múltiples formas, sin un patrón claramente definido con respecto a la autoridad.
Estos hallazgos deben interrogar a los estudiosos de las familias y a los hacedores de políticas públicas, acerca de las realidades familiares, las cuales rebasan las clasificaciones tradicionales y merecen especial atención y respuesta, así como claves de lectura, interpretación e intervención particulares. No se trata de incorporar en “camisa de fuerza” las realidades familiares sino de ampliar la mirada analítica y comprehender que el mundo de lo familiar es cada vez más complejo, heterogéneo, creativo y desafiante.
Son las instituciones y el estado quienes deben, en primer lugar, colocar las condiciones para el respeto de los derechos sociales de cada uno de los miembros de la familia, más allá de la conformación doméstica que se tenga.
Esta categoría se refiere a quién es el perceptor de ingresos principal o exclusivo para el sostenimiento del hogar. El criterio económico ha permitido visibilizar a muchos hogares en los que, de hecho, son las mujeres las que se están haciendo cargo económicamente de sus familias, aun cuando cuenten con pareja. También, estos hogares han sido relacionados con situaciones de violencia doméstica contra las mujeres debido a su rol como proveedoras económicas y la confrontación con la proveeduría masculina (véase tabla 2.5).
Los datos muestran un predominio de la jefatura masculina económica, es decir, el padre como principal o único perceptor de ingresos. Sin embargo, hay 19 familias de 80, en las cuales la jefatura económica es femenina. La información confirma la literatura al respecto, la participación cada vez mayor de las mujeres en el mercado laboral y la asunción del papel de proveedoras principales en sus hogares, en un porcentaje importante. Nuevamente el GP4 FHA merece especial atención por la carga importante (57%) que tienen las mujeres, madres y abuelas, de proveer de recursos económicos al hogar. Se trata de mujeres que se desempeñan principalmente como trabajadoras domésticas y que no cuentan con seguridad social. Son organizaciones domésticas especialmente vulnerables a la pobreza y la marginación.
Existen dos abuelas y cinco abuelos que son perceptores principales de ingresos. Cerca del 10% de las familias están siendo sostenidas económicamente por la generación de los abuelos. Visibilizar este tipo de economía doméstica debe confrontar sobre las posibilidades de esta generación para sostener las demandas materiales de los grupos domésticos en cuestión.
TABLA 2.5 JEFATURA ECONÓMICA
En este apartado se presentan los resultados y el análisis de la situación evolutiva de las familias que participaron en el estudio, en términos de la fase que están viviendo, de acuerdo con la edad del hijo mayor y con ellos las tareas de desarrollo que están encarando como sistema. El ciclo vital refiere no solo a una situación de edades y tareas de desarrollo instrumentales, tiene una gran relevancia en la comprensión de la familia, ya que integra aspectos relativos a los procesos de construcción de vivencias y significados que orientan al curso de vida de cada uno de sus integrantes. En distintos momentos de su evolución, la familia brinda un sentido de pertenencia y de identidad (Zohn Muldoon, 2009).
En la tabla 2.6 se muestra la distribución de frecuencias y porcentajes de las familias de los distintos grupos en las etapas del ciclo vital de la familia, de acuerdo con la clasificación presentada previamente; además, se discuten estos datos en tanto la caracterización de los temas y procesos que están viviendo.
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