FRAY LUIS DE GRANADA
VIDA DE JESUCRISTO
Quinta edición
EDICIONES RIALP
MADRID
© 2021 by Ediciones Rialp, S. A.,
Manuel Uribe 13-15, 28033 MADRID
( www.rialp.com)
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Realización ePub: produccioneditorial.com
ISBN (versión impresa): 978-84-321-5980-0
ISBN (versión digital): 978-84-321-5981-7
ÍNDICE
PORTADA
PORTADA INTERIOR FRAY LUIS DE GRANADA VIDA DE JESUCRISTO Quinta edición EDICIONES RIALP MADRID
CRÉDITOS © 2021 by Ediciones Rialp, S. A., Manuel Uribe 13-15, 28033 MADRID ( www.rialp.com ) No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org ) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Realización ePub: produccioneditorial.com ISBN (versión impresa): 978-84-321-5980-0 ISBN (versión digital): 978-84-321-5981-7
PRESENTACIÓN
PRÓLOGO
I. DE LA ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL A NUESTRA SEÑORA
II. DE LA VISITACIÓN A SANTA ISABEL
III. DE LA REVELACIÓN DE LA VIRGINIDAD DE NUESTRASEÑORA AL SANTO JOSÉ
IV. DEL NACIMIENTO DEL SALVADOR
V. DE LA CIRCUNCISIÓN DEL SEÑOR
VI. DE LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS
VII. DE LA PURIFICACIÓN DE NUESTRA SEÑORA
VIII. DE LA HUIDA A EGIPTO
IX. DE CÓMO SE PERDIÓ EL NIÑO JESÚS DE DOCE AÑOS
X. DEL BAUTISMO DEL SEÑOR
XI. DEL AYUNO Y TENTACIÓN
XII. DE LA PREDICACIÓN, DOCTRINA Y OBRAS ADMIRABLES DE CRISTO
XIII. DE LA SAMARITANA, CANANEA, MAGDALENA Y MUJER ADÚLTERA
XIV. DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR
XV. PREÁMBULO DE LA SAGRADA PASIÓN, EN EL CUAL SE TRATA DE LA MANERA QUE DEBEMOS TENER EN CONSIDERARLA
XVI. DE LA GRANDEZA DE LOS DOLORES DE CRISTO
XVII. DE LA ENTRADA EN JERUSALÉN CON LOS RAMOS
XVIII. DEL LAVATORIO DE LOS PIES
XIX. DE LA INSTITUCIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
XX. DE LA ORACIÓN DEL HUERTO
XXI. LA PRISIÓN DEL SALVADOR
XXII. DE LA PRESENTACIÓN DEL SALVADOR ANTE LOS PONTÍFICES ANNAS Y CAIFÁS, Y DE LOS TRABAJOS QUE PASÓ LA NOCHE DE SU PASIÓN
XXIII. LA PRESENTACIÓN ANTE PILATOS Y HERODES, Y LOS AZOTES A LA COLUMNA
XXIV. LA CORONACIÓN DE ESPINAS Y EL ECCE HOMO
XXV. DE LA COMPARACIÓN DE CRISTO CON BARRABÁS
XXVI. DE CÓMO EL SALVADOR LLEVÓ LA CRUZ A CUESTAS
XXVII. DE CÓMO FUE CRUCIFICADO EL SALVADOR
XXVIII. LA LANZADA DEL SEÑOR, Y LA SEPULTURA
XXIX. LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR
XXX. LA SUBIDA A LOS CIELOS
XXXI. LA VENIDA A JUICIO
XXXII. DE LAS PENAS DEL INFIERNO
XXXIII. DE LA GLORIA DEL PARAÍSO
AUTOR
PRESENTACIÓN
ERA NATURAL QUE NUESTRO PUEBLO —cuyos sentimientos religiosos no habían sufrido la confusión ni la debilitación que las corrientes de la época (siglos XVI y XVII) produjeron en otros países de Europa— tuviera una valiosa representación literaria en la ascética y mística, que procedía del «fervor religioso que caldeaba los corazones».
Así como la razón y la fe no son incompatibles dentro de la teología católica, pues, al contrario, se complementan, del mismo modo la mística, cuya fuente es la Gracia divina, no es incompatible con todos aquellos esfuerzos que, para aproximarse al estado de perfección, surjan de la propia naturaleza humana. Por esto podríamos decir que la lucha ascética es como la propedéutica o pedagogía humana, que colabora con la Gracia divina, para conducir al hombre a la unión con Dios y el ejercicio de las virtudes.
Si el P. Suárez dio una doctrina de la justificación, para oponerse al protestantismo, nuestros místicos del Siglo de Oro consiguieron exponer la doctrina más vigorosa y sistematizada contra el quietismo y jamás cayeron en una sola frase de sabor o doctrina panteísta. Todas estas cuestiones son, en cierto modo, el alma de la política, de la literatura y de la vida social española en los siglos XVI y XVII. De ahí su trascendencia histórica.
En este ambiente religioso-cultural aparece la figura de fray Luis de Granada, del cual será uno de los más egregios y fecundos representantes.
Fray Luis supo, en toda su producción literaria, unir la vida activa con la contemplativa, en consonancia con el carácter de la verdadera espiritualidad cristiana de todos los tiempos y con la reciedumbre del catolicismo del ambiente espiritual de nuestro Siglo de Oro. Escritor de primer orden, uno de nuestros primeros clásicos de espiritualidad de fama mundial, por la seguridad y profundidad de su doctrina, su personalidad fue tan marcada que el notable erudito Nicolás Antonio se atrevió a afirmar que fray Luis de Granada «fue el varón más grande y útil que nuestra nación ha tenido y tal vez tendrá». Evidentemente, tales palabras son exageradas.
El P. Granada fue uno de los fundadores de la culta prosa castellana. «Habló de las cosas celestiales con tanta lindeza, gravedad y fuerza en el decir que parece no quedó nada en esto para mayor acertamiento».
Fray Luis vio la luz en Granada hacia el año 1504, de padres pobres, oriundos de Galicia. En 1509 quedó huérfano de padre. Su familia quedó en la miseria. Gracias a los padres dominicos del Real Convento de Santa Cruz, fue admitido como paje de los hijos del conde de Tendilla, en cuya casa es muy probable fuese discípulo del célebre humanista Pedro Mártir de Anglería. A los diecinueve años entró en el mencionado convento, donde se distinguió por su ingenio singular, asiduidad en el estudio y sincera piedad. En 1529 fue elegido colegial del célebre San Gregorio de Valladolid. Permaneció en el colegio cinco años, durante los cuales fue discípulo de los grandes teólogos Melchor Cano, Bartolomé Carranza y Diego de Astudillo. Adquirió pronto tal prestigio que hubo de prologar en prosa y en verso la obra De generatione et corruptione, que aquel publicó.
Tomó parte principal en la restauración del convento de Scala Caeli, de Córdoba, donde conoció y admiró al maestro Juan de Ávila, que como orador sagrado influyó mucho en él. En dicho lugar, apartado de otras actividades, dio rienda suelta a su devoción y su amor por los estudios sagrados. Fue algún tiempo capellán del duque de Medina Sidonia. Pasó a Portugal; estuvo en Évora, y la reina doña Catalina, su penitente, quiso hacerle obispo de Viseo y arzobispo de Braga, prelacías que rehusó tenazmente. Solo después de muchos ruegos aceptó el cargo de provincial de su Orden en Portugal, sin que fuera obstáculo para ello su condición de castellano. Desempeñó este oficio desde 1557 a 1560.
Su fama de orador sagrado fue extraordinaria. Fray Luis de León, desde su cárcel, pedía para consolarse el Libro de la Oración, del P. Granada. Se le llamó el Cicerón español. Felipe II lo admiró como predicador, no obstante haberlo encontrado «algo viejo y sin dientes».
En 1588, el venerable fray Luis de Granada entregaba su alma a Dios. Sus restos mortales fueron depositados en la iglesia de Santo Domingo, de Lisboa, y allí descansan; pero su espíritu ha recorrido el mundo y el eco de su voz extinguida resuena en los corazones de muchos cristianos, que han alimentado y alimentan aún sus almas con la lectura de sus obras, verdaderamente inmortales.
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