2. Huffington Post . www.bit.ly/occasleep2(consultada el 21 de agosto de 2019).
3. The Atlantic . www.bit.ly/occasleep3(consultada el 21 de agosto de 2019).
4. Ver, por ejemplo, John Dickson, Jesús, ¿realidad o ficción? (Editorial CLIE, 2020).
5. G. K. Chesterton, “The Thing”, The Collected Works of G. K. Chesterton, Vol. 3 (San Francisco, Ignatius Press, 1986), p. 157.
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¿Qué valor tiene una
niña pequeña?
Rachael Denhollander se hizo famosa durante el juicio de Larry Nassar. Nassar fue osteópata en la Michigan State University y después fue el médico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos, y fue juzgado por agredir sexualmente a docenas de mujeres jóvenes y de niñas.
Denhollander hizo una declaración impactante en el juicio, y algunos extractos de esta se hicieron virales online. La parte más importante de su declaración ante el juez era una dura pregunta: ¿ qué valor tiene una niña pequeña?
Le pido que dicte una sentencia que nos diga que lo que nos hicieron es importante, que somos visibles, que valemos mucho, que merecemos la máxima protección que pueda ofrecer la ley, el máximo grado de justicia disponible.
Y a todos los que nos están viendo les formulo la misma pregunta: ¿Qué valor tiene una niña pequeña?
Concluía con estas palabras:
Juez Aquilina, le ruego que mientras delibera sobre la sentencia que dictará contra Larry transmita el mensaje de que estas víctimas tienen un inmenso valor. Con esto satisfará los dos objetivos de este tribunal. Le ruego que imponga la sentencia máxima según el acuerdo negociado de aceptación de culpabilidad, porque eso es justo lo que merecen estas supervivientes. 6
¿Qué valor tiene una niña pequeña? Esta es una pregunta a la que Jesús da una respuesta clarísima. Es tan valiosa que es incluso invaluable. Por lo tanto, su integridad sexual es enormemente importante para él. Jesús dice lo que dice sobre el sexo en el sermón del Monte no porque tenga un concepto ínfimo del sexo, sino porque tiene un concepto muy elevado de la sexualidad humana.
A menudo ha pasado que algunas personas han rechazado el cristianismo debido a su concepto supuestamente mojigato de estos asuntos. Pero ¿qué pasaría si, en realidad, fuera al contrario? ¿Y si en el fondo nuestra integridad sexual fuera mucho más preciosa de lo que habíamos podido imaginar?
Un escritor ha comparado nuestro concepto de la sexualidad con nuestra actitud frente a tener distintos tipos de coche: cuanto más caro es el coche, mejor intentamos cuidar de él. 7
Yo me identifico con esto. Hace cosa de un año ejercí como miembro invitado del profesorado de una universidad estadounidense durante un semestre, y necesitaba un coche para desplazarme. Un amigo me ofreció amablemente el uso de su vieja camioneta siempre que la necesitase, lo cual fue un acto de generosidad no exento de cierta imprudencia. Yo soy británico y en mi vida había conducido en Estados Unidos, de modo que siempre existía el riesgo constante de que me metiera por el carril equivocado de la carretera.
Pero luego resultó que eso no era un riesgo tan grande; no porque mi habilidad como conductor fuera mejor de lo que me esperaba, sino debido al estado de la camioneta. Era vieja, pero vieja de verdad, y había superado con creces su esperanza de vida. Daba igual lo que pudiera pasarle. No tenía mucho valor para mi amigo, de modo que, por lo que a él respectaba, podía circular por donde quisiera y pasármelo en grande. A esas alturas otra abolladura, raspón o junta reventada no iban a suponer una gran diferencia.
De todos modos, era una oferta generosa, y se lo agradecí. La habría aceptado de no ser por un factor de peso: otro miembro del personal me había ofrecido el uso de un vehículo alternativo, y este era un precioso descapotable. No me lo podía creer. Digamos simplemente que en el caso de ese coche, sí que sería importante cómo lo condujese. Valía muchísimo más que la camioneta. No tenía ni un raspón en ninguna parte, y yo tenía que mantenerlo como estaba. Merecía que lo cuidase con esmero.
En otras palabras, tener un cuidado exhaustivo de algo suele ser indicio de su valor especial, una señal de cuánto lo valoramos. Si yo, como cristiano, tengo mucho cuidado con el uso que le doy a mi cuerpo, quizá pienses que lo hago porque tengo un concepto bajo de la intimidad física, porque creo que, en cierto sentido, es desagradable o degradante. En realidad, lo hago porque considero que los cuerpos (el mío, el tuyo y el de todo el mundo) son como descapotables, no como camionetas hechas polvo.
Soy muy cuidadoso con la intimidad física no porque la valore muy poco , sino porque la valoro muchísimo .
EN QUÉ NOS HEMOS EQUIVOCADO
La realidad es que los creyentes cristianos no siempre han comprendido o reflejado con precisión este paradigma de la sexualidad humana. El estereotipo de que los cristianos son mojigatos y negativos respecto al sexo tiene cierta base en la experiencia, porque con el transcurso de los años algunos cristianos lo han perpetuado.
Un ejemplo lo hallamos en la Edad Media. Las autoridades de la Iglesia prohibieron el sexo los jueves (el día en que Cristo fue arrestado), los viernes (el día de la muerte de Cristo), los sábados (en honor a la virgen María) y los domingos (en honor a los santos difuntos). 8Es difícil eludir la sensación de que en esa época a los líderes cristianos no les gustaba nada que la gente tuviera relaciones sexuales. Imagino a algunos de ellos rompiéndose la cabeza para inventarse algún motivo para abstenerse del sexo los lunes, los martes y los miércoles.
Hoy en día prácticamente nadie llegaría a ese extremo, pero sigue dándose el caso de que dentro de la Iglesia hay muchos que siguen creyendo que el sexo es algo malo . Pero esto no es más que una idea errónea.
Hace algún tiempo di una conferencia en una iglesia sobre un pasaje bíblico que hablaba del sexo, y cuando acabó la reunión se me acercó un miembro de la congregación, inquieto, para decirme que el sexo no es un tema idóneo para tocarlo un domingo por la mañana. Intenté hacerle ver que la propia Biblia habla mucho del sexo y de la sexualidad, y que originariamente este pasaje (junto con el resto de la epístola a la que pertenecía) se habría leído en voz alta a la iglesia al que iba destinado. Con frecuencia la Biblia es menos mojigata que algunos de sus afanosos lectores.
Pero aunque algunos cristianos aún sigan esta línea, la Biblia demuestra enfáticamente que no está en contra del sexo, sino todo lo contrario.
Podemos apreciar una pincelada de la perspectiva bíblica, más equilibrado, en la enseñanza del apóstol Pablo, autor de buena parte del Nuevo Testamento. En una de sus cartas a la iglesia de una ciudad llamada Tesalónica, en lo que hoy día es Grecia, Pablo empieza a esbozar algunas de las implicaciones de la fe cristiana para la vida cotidiana, y empieza hablando del área de la sexualidad humana:
Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación.
1 TESALONICENSES 4:3
Este versículo resume el concepto bíblico del sexo. Pablo no dice “evitad toda conducta sexual”, como si el sexo fuera un problema en sí mismo y los cristianos debieran evitarlo.
Esto es importante. Los cristianos sí creen que hay una categoría de conducta sexual que está mal. (En realidad, todos nosotros lo creemos, como veremos más adelante.) Pero también existen tipos de conducta sexual que en la Biblia se consideran plenamente positivos y correctos. De hecho, la Biblia celebra estas formas de intimidad sexual; no es en absoluto mojigata en el sentido que muchas personas imaginan. Dentro de estos contextos, el sexo es algo de lo que hay que disfrutar a fondo. Contrariamente a la opinión pública, Pablo no está en contra del sexo.
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