– El más joven Dramaturg de Alemania – 1968 y el terrorismo – Bergman, Bresson y el cine de autor – Mis películas favoritas.
A menudo ha dicho que una biografía no aclara una obra...
Así es, porque se limita el alcance de las preguntas que plantea una película al indicar que están ligadas a la biografía del realizador. Ocurre lo mismo con los libros. Siempre quiero enfrentarme directamente a la obra, sin buscar explicaciones en otra parte. Por eso me niego a responder preguntas de tipo biográfico. No hay cosa que me saque más de quicio que escuchar: “¿Qué clase de persona es ese Haneke para hacer películas tan sombrías?” Me parece tonto y no quiero entrar en ese falso debate.
Aun así, vamos a hacerle preguntas referentes a su juventud.
Será una decepción para todos, porque no tuve una infancia triste. Soy una persona muy normal. Quizá cueste creerlo, pero es verdad.
Su padre era actor y director, su madre, actriz. Creció en un medio artístico que debió influirle...
En absoluto porque no me criaron mis padres. Crecí en casa de la hermana de mi madre, en el campo, en una finca muy grande. Estaba en Wiener Neustadt, una pequeña ciudad a cincuenta kilómetros al sur de Viena, donde situé la acción de la película Lemminge .
Pero a su tía le interesaba la música, ¿no le marcó el ambiente musical en sus primeros años?
No mucho. Aunque hubiera podido marcarme, ya que había un músico en la familia. Al acabar la guerra, mi padre, que era alemán, regresó directamente a su país y no volvió a Austria. Mi madre se casó de nuevo con un compositor judío, Alexander Steinbrecher, que se fue a Inglaterra huyendo del nazismo y se convirtió en Kappelmeister , o sea director musical, del Burgtheater.
Es muy melómano...
Pero no por mi familia. Me entusiasmó el encuentro con la música misma. Cuando era niño, mi tía quiso, de acuerdo con lo que mandaba la tradición para el hijo de una familia burguesa, que aprendiera a tocar el piano. Al principio, lo aborrecí. Incluso quise dejarlo. Debo añadir que, mientras tocaba, mi tía siempre estaba a mi lado, repitiendo: “¡Desafinas, desafinas, desafinas!” Pero un día, lo recuerdo perfectamente, tendría unos diez años, en Todos los Santos la familia entera había ido al cementerio y yo no había querido acompañarles. Por la radio oí una música que me pareció extraordinaria. Al final de la pieza dijeron que era El Mesías , de Haendel. Para mí fue una revelación. Hasta entonces solo me había interesado por los Schlager , las canciones de éxito. A partir de ese momento empecé a escuchar música clásica y unos pocos años después –debía tener trece años– se estrenó Mozart , una película muy kitsch 1 1 . Dirigida por el vienés Karl Hartl, estrenada en Austria el 20 de diciembre de 1955. 2 . “Schrecken und Utopie der From, Bresson’s Au hasard Balthazar” , in Verena Lueken, Kinoerzählungen, Hanser Verlag, Munich, 1995. 3 . El representante más famoso del movimiento estudiantil de Alemania Occidental en 1968. Posteriormente fue uno de los miembros fundadores del partido alemán de Los Verdes.
, con Oskar Werner, que estaba absolutamente genial en el papel protagonista. Cuando regresé a casa, reuní mis ahorros y fui a comprarme las partituras de todas las sonatas de Mozart. Empecé a trabajar como un loco, sin parar. Mi pasión por la música me viene de esa época. Soñé con ser pianista, claro. Por suerte, mi padrastro me escuchó mucho. Él componía Singspiele , unas obras cercanas a la ópera cómica, y también lieder. Varias piezas suyas que casi han caído en el olvido hoy en día tuvieron mucho éxito en Austria. Era un hombre muy culto, que había sido una especie de niño prodigio con el piano. Cuando empecé a componer pequeñas piezas ingenuas –me había lanzado a escribir una misa, nada menos–, me dijo que estaba muy bien, pero que quizá sería mejor dejar de pensar en ser compositor.
¿Su primer impulso creativo tuvo que ver con la música?
Sí. Luego, con la pubertad me volqué en la poesía, como muchos adolescentes en aquella época.
Beatrix von Degenschild y su hijo Michael.
Fritz Haneke,
el padre de Michael.
¿Recuerda qué fuentes le inspiraban? ¿Leía mucho?
Siempre he leído mucho. En esa época no había televisión.
¿Qué clase de adolescente era? ¿Le gustaba vivir en la naturaleza?
La finca familiar estaba en medio del campo, pero también teníamos una casa en la ciudad vecina, Wiener Neustadt, donde crecí y fui al colegio. De adolescente, me sentía frustrado viviendo en el campo porque no había nada que hacer. Sin embargo, nunca me aburrí. Siempre leía, escuchaba música. Como cualquiera de mi generación, no tenía ordenador ni televisión. Pero hacíamos muchas cosas en grupo, como jugar al pimpón y al ajedrez.
¿Hacía mucho deporte?
Sí. Estaba algo delgado, y mis padres le preguntaron al médico qué era lo mejor para incrementar mi desarrollo. Recomendó la esgrima, un deporte que me gustó mucho. La practiqué hasta los dieciséis, diecisiete años; no se me daba mal.
¿Compitió alguna vez?
Sí, y me gustó. Luego ya no tuve tiempo. Otro deporte que practiqué desde muy joven fue el esquí cada invierno, en Bad Gastein. Incluso diré que era una norma para la burguesía austríaca, se me daba bien. Incluso gané una competición municipal una vez. Hoy todavía me encanta esquiar. Mi mujer y yo vamos regularmente a practicarlo a Zürs, en la sierra Arlberg.
¿Tenía muchos amigos en Wiener Neustadt, salía mucho?
No tengo recuerdos de cuando era pequeño. Pero en cuanto entré en el instituto, hacia los diez u once años, formé parte de un grupo de chicos. En esa época, las escuelas no eran mixtas. Tan solo en las clases de baile, cuando teníamos unos diecisiete años, los chicos entraban en contacto con las chicas. Dicho eso, mi familia poseía una finca a unos kilómetros de Wiener Neustadt que daba directamente al lago y donde pasaba todos los veranos. Allí, con los hijos de los vecinos, todos de la burguesía local, formábamos un buen equipo de chicos y chicas.
De niño también estuvo en Dinamarca, ¿por qué?
Para mí fue un episodio muy triste que evoqué en mi ensayo acerca de Au hasard Balthazar , de Robert Bresson 2 2 . “Schrecken und Utopie der From, Bresson’s Au hasard Balthazar” , in Verena Lueken, Kinoerzählungen, Hanser Verlag, Munich, 1995. 3 . El representante más famoso del movimiento estudiantil de Alemania Occidental en 1968. Posteriormente fue uno de los miembros fundadores del partido alemán de Los Verdes.
. Ocurrió inmediatamente después de la guerra. Mi madre y mi tía pensaban que por mi delgadez me sentaría bien participar en un programa que los países vencedores organizaban para ayudar a los niños de los países vencidos. Creían que Dinamarca, con su gran producción de mantequilla, ayudaría a su niño enclenque. Pero no imaginaron lo que representaría para un niño de cinco años, que nunca se había alejado de su hogar, encontrarse en el seno de una familia extranjera de la que no sabía nada. Fue una auténtica conmoción para mí. Hasta el punto de que, cuando regresé al cabo de tres meses, no hablé con nadie durante varias semanas.
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