Varios autores - Discursos de España en el siglo XX

Здесь есть возможность читать онлайн «Varios autores - Discursos de España en el siglo XX» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Discursos de España en el siglo XX: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Discursos de España en el siglo XX»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El problema de la construcción de España en la época contemporánea ocupa desde hace casi dos décadas el centro de los quehaceres y debates de los historiadores españoles. En los últimos años se ha experimentado, además, un giro que desplaza cada vez más la atención hacia el siglo XX. Centradas en el estudio de los discursos y prácticas de nación en el siglo XX, se puede constatar a través de las distintas aportaciones la complejidad de dichos discursos y prácticas, así como la necesidad de fijar la atención en aspectos poco estudiados. Podría decirse que se ha tratado de estudiar el proceso de construcción nacional en la España del siglo XX, con todas sus contradicciones y especificidades, pero de construcción nacional al fin.

Discursos de España en el siglo XX — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Discursos de España en el siglo XX», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

En este contexto general y común del socialismo europeo hay que insertar la evolución de la doctrina y la práctica políticas de los socialistas españoles hacia la progresiva asunción de un discurso nacional y nacionalista que, además, les permite aproximarse a la opinión pública y a la sociedad, así como ir avanzando pasos en su integración política. La posición de los socialistas españoles ante la Guerra de Cuba (1895-1898) al igual que, pocos años después, ante las guerras coloniales en el norte de África a partir de 1906-1907, expresa, en origen, la concepción y asunción de un concepto y modelo de nación española, bien que delimitado por el interés en marcar diferencias tanto con el nacionalismo oficial de la monarquía restaurada como, inicialmente, con el de los republicanos; por otra parte, son éstos años de una primera integración en las instituciones, en el Parlamento (1910 y 1917), en ayuntamientos, en organismos del Ministerio de Trabajo, y de acuerdos políticos más amplios con unos republicanos más orgullosos de sus identidades nacionales (Conjunción Republicano-Socialista, 1910); también la creciente afluencia de militantes en las organizaciones socialistas, singularmente en una UGT que llega casi a organizar a un cuarto de millón de afiliados hacia 1918-1920, contribuye y es causa fundamental para la entrada en política de los socialistas, y también para el despliegue de un proceso más extenso y profundo de nacionalización de las clases trabajadoras y de construcción de un discurso y un lenguaje de clase común y de una cultura compartida.

La guerra contra los insurrectos cubanos, para los socialistas españoles, inicialmente, es ocasión de reiterar el discurso internacionalista oficial; el PSOE experimenta su primer episodio nacionalizador al calor de la Guerra de Cuba. Como nos relata Juan José Morato, en junio de 1895, El Socialista insiste en que «la defensa de la patria no incumbe a los proletarios sino a los que tienen patria, a los tenedores de papel de la deuda de Cuba, a los jefes de la milicia ansiosos de adquirir nuevos galones o entorchados, a los políticos enriquecidos y a los poseedores de riqueza que hay en aquella isla (...), allá van los esclavos blancos a combatir a los esclavos negros». Un año después, en 1896, el Congreso de la II Internacional de Londres acordó la primera declaración internacional de apoyo a pueblos en lucha por la independencia, distinguiendo entre colonizadores y colonizados. En un grupo tan disciplinado como los socialistas españoles, predispuesto a aceptar que las verdaderas doctrinas venían de fuera y de la prestigiosa Internacional, estas resoluciones se divulgaron y tuvieron su impacto, y poco a poco fue asomando la contradicción de que si los proletarios no tuvieran patria, el combate nacional de los insurrectos contra el viejo estado español y las viejas potencias coloniales sería dudoso, sobre todo a partir del momento en que la entrada de EE. UU. en la guerra actúa de potente estímulo para el nacionalismo español, hasta el punto de que se puede cuestionar el supuesto interpretativo de la debilidad del nacionalismo español desde la evidencia de la fortaleza de una oleada nacionalista española que atraviesa todas las tendencias políticas e ideológicas en esta coyuntura. A partir de aquí se despliegan intensas campañas movilizadoras antibelicistas, con los conocidos lemas de «Guerra a la guerra», que es el título de la colaboración de P. Iglesias el 1 de mayo de 1898, o el popular «O todos o ninguno», de mayor fortuna por cuanto revelaba la injusticia y el clasismo del servicio militar en la España de la Restauración; tenemos noticias de 30 o 40 mítines organizados por el Partido Socialista en el marco de esta campaña por toda la geografía española en octubre de 1897. [9]

Podemos encontrar, en definitiva, el germen y la formulación de un patriotismo alternativo, contra el falso, contra el nacionalismo agresor; implícitamente no se pone en cuestión la nación-estado, un marco que va resultando natural y aceptado, sino su instrumentalización capitalista y bélica. Pablo Iglesias, cuando ya parece inevitable la declaración de Guerra de EE. UU., editorializa en El Socialista oponiéndose a la misma y acusando a «los falsos patriotas», mercaderes y gobernantes de que siempre habían visto en Cuba «un simple mercado para un puñado de capitalistas», porque si la hubieran considerado «un pedazo de España digno de toda clase de atenciones y cuidado», «si los gobiernos de la metrópoli le hubieran concedido libertades... no habrían estallado allí formidables insurrecciones», si le hubiese otorgado la autonomía, la guerra habría cesado. [10]No es sólo un patriotismo alternativo, sin el que no hubiera habido ni insurrección ni conflicto con los norteamericanos, sino también un proyecto de colonialismo positivo, contemplado y propuesto como beneficioso para el conjunto de los ciudadanos y no sólo para algunas elites económicas, militares, políticas, un tipo de colonialismo progresivo que también comienzan, por las mismas fechas, a justificar, en nombre de una cultura occidental superior o una misión civilizadora, sectores del socialismo europeo, británicos, belgas, franceses, alemanes... Se puede observar la continuación y profundización de este proceso si se hace un seguimiento sistemático de las campañas y protestas socialistas contra la Guerra de Marruecos, el gran tema movilizador del PSOE en las primeras décadas del siglo XX, unas campañas en las que los socialistas encuentran la continuidad natural de las actitudes que habían contribuido a popularizar y sacar del aislamiento al partido y a la UGT en el momento de la Guerra hispanocubana e hispanonorteamericana.

Lo cual no quiere decir que dirigentes y militantes, por lo general, no se sintieran conmovidos y reafirmados en sus convicciones internacionalistas al conocer escenas como las que protagonizaron en el Congreso de Ámsterdam de 1904 Plejanoff y Katayama, abrazados en representación de sus respectivos proletariados enfrentados en la Guerra ruso-japonesa, ante el entusiasmo de la plana mayor de la Internacional socialista.

La Guerra de Marruecos, contra la que los socialistas españoles habían preparado ya la huelga general de 1909, que derivó en la Semana Trágica barcelonesa, fue el gran tema de la propaganda socialista en los años anteriores a la Gran Guerra, en 1913 y 1914. La movilización antibélica había comenzado simultáneamente en Francia y en España en el otoño de 1907, tras una declaración común de las direcciones de ambos partidos obreros. Pablo Iglesias afirmaba todavía en el Congreso (1913) que «nosotros sostenemos que la patria del hombre es el mundo, que, aunque habléis de justicia, de patria, la finalidad de la Guerra no es otra que la de encontrar beneficios, campo para los negocios»

–expresiones calificadas por Dato como «indignidades de arroyo»–, manteniendo inmutable el discurso internacionalista, pero la vieja retórica ya comenzaba, también entre nosotros, a albergar una concepción nacional diferente. [11]

Por estas fechas comienzan a ser frecuentes las manifestaciones antibélicas conjuntas convocadas por la joven Conjunción Republicano-Socialista. Los socialistas también pueden ser patriotas, pero de otra manera. García Quejido lo formuló con contundencia en un mitin de febrero de 1914: «La guerra es perjudicial para la nación. No interesa a las clases burguesas. España no necesita mercados ni tiene qué colocar en ellos». Es la nación la que, a diferencia de Francia o de Italia, no tiene interés en las empresas coloniales. En el norte de África los intereses son de Comillas, Romanones y demás plutócratas, no de una España que «ayuna de ciencia e instrucción, sin escuelas, con atavismos imborrables, no puede llevar a Marruecos más que hambre, toreros y frailes», como publican las juventudes socialistas en un manifiesto de junio de 1913. El «honor de la patria» está en otro sitio, «en invertir dinero en alfabetizar, regar, instruir, no en tener convertido Marruecos en un matadero de españoles y en una fábrica de grados militares», como escribe Iglesias pocos días después del comienzo de la Gran Guerra; definitivamente, otro patriotismo, otro nacionalismo, es posible. [12]

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Discursos de España en el siglo XX»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Discursos de España en el siglo XX» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Discursos de España en el siglo XX»

Обсуждение, отзывы о книге «Discursos de España en el siglo XX» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x