Pepa L. Casanova - Gloria en el infierno

Здесь есть возможность читать онлайн «Pepa L. Casanova - Gloria en el infierno» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Gloria en el infierno: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Gloria en el infierno»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Todos tenemos referencias cercanas de personas con alguna dependencia y conocemos lo que significa el padecimiento de una adicción: al alcohol, a las drogas, al tabaco, al sexo, al juego, a los dispositivos electrónicos… Cada vez dependemos de más factores externos ajenos a nosotros que crean dependencia y, como consecuencia, nos complican la existencia. Nos encadenan a ellos y nos impiden vivir y actuar con libertad, aislándonos de nuestros familiares y amigos e incluso de nosotros mismos, abocándonos más tarde o más temprano a la más amarga soledad. ¿Qué ocurre cuando lo que provoca la dependencia no es externo, sino interno, que procede del mundo de nuestras emociones y sentimientos?
Afortunadamente, desde hace tiempo vamos conociendo a través de la psicología qué es la dependencia emocional, íntimamente ligada a la falta de autoestima; qué nos hace dependientes y adictos a los demás, cuáles son los síntomas, cómo prevenirla y cómo paliar los daños una vez hemos sido víctimas de ella.
Esta «droga emocional» no siempre cuesta dinero obtenerla, pero puede llegar a «matar» igualmente. Es difícil reconocer la adicción porque acostumbra a venir camuflada detrás del amor y me atrevo a decir que es un invisible boicot que frena nuestros logros en la lucha feminista por la igualdad de derechos. Puede hacer de nosotros una marioneta en poder de manos ajenas, dejando nuestra vida reducida a vivir «dos horas en el cielo y dos meses en el infierno», según refiere la protagonista de esta historia.
Con este relato, bajo el prisma de su experiencia personal, la autora nos narra de forma descarnada, sin pudor y a corazón abierto, cómo ha sobrevivido en ese submundo de sentimientos tóxicos, qué ha sido capaz de hacer y hasta dónde ha podido llegar para conseguir cada dosis de esta adictiva droga.

Gloria en el infierno — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Gloria en el infierno», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La catarsis total se completó cuando hablé con Nacho y le dije que había dejado el trabajo y que también le dejaba a él. Había llegado la hora de empezar de nuevo en todos los sentidos. El otro socio, Hilario, que se quedó en el otro despacho, se enteró de que me había quedado parada e intentó rescatarme de nuevo. Le agradecí la oferta y la reiteración de su confianza, pero estaba decidida a romper con todo lo que me recordara a la asesoría. Era necesario. Estaba muy tocada, sin trabajo, sin pareja, sin casa… Todo mi mundo, en el que empezaba a sentirme segura, se me había desplomado. Y otra vez consideré que antes de que ellos me lo echaran abajo del todo lo tiraba yo. Me sentí liberada, la presión que tenía en el pecho desapareció. Se acabó el llanto. No tenía ni idea de lo que iba a hacer ni para dónde iba a tirar. De momento, lo que me preocupaba era recomponer de nuevo el puzle de mi vida, que contaba con infinidad de piezas, y no quería que me llevara mucho tiempo terminarlo.

De todo esto me quedé con la confianza de Hilario y con la gratitud de la madre de Nacho, que al final me aceptó de buen grado, se encariñó conmigo, me dio las gracias por todo lo que había hecho por su hijo y sintió muchísimo que se acabara nuestra relación.

La nueva andadura comenzó cuando acababa de cumplir los vein-tinueve. Una amiga de mi hermano me alquiló una habitación en su casa. No pasó mucho tiempo y encontré trabajo de administrativa en una constructora. No le veía mucho futuro, entre otras cosas porque el constructor gastaba más que ganaba y terminó echando abajo la empresa. No obstante, estuve contratada durante un año y medio, pero aproveché las noches para ir a una academia y prepararme unas oposiciones. Pensé en la seguridad que proporcionaría trabajar para la Administración.

Aquellos años fueron duros; tuvimos una crisis nacional importante y el trabajo escaseaba, así que lo mejor que podía hacer, una vez parada, era formarme. Me recluí durante todo ese tiempo, incluidos los fines de semana, y estudié a conciencia. Hasta me resultaba divertido. Me gustaba mucho el temario, aunque a algunos les pareciera un auténtico ladrillo. El estudio de la Constitución, el Estatuto de nuestra comunidad y los entresijos de la Administración en general me parecían apasionantes. Mozart me acompañó siempre y me lo puso muy fácil. Doy fe de que la música clásica estimula las neuronas y las hace más receptivas a la hora estudiar. Al menos a mí me funcionó. En plena Expo-92 aprobé la convocatoria para auxiliares administrativos de la Junta de Andalucía. Saqué un 9,75. ¡Poco orgullosa que estaba yo! Lo había sudado y lo merecía. Lo que pasó es que el premio estuvo muy repartido; los interinos tenían tantos puntos que era imposible competir en buena lid con ellos. No obstante, por la nota que tuve pude ocupar una plaza en interinidad otro año y medio en un organismo de la Consejería de Servicios Sociales.

Respecto de los hombres, desde que terminé con Nacho no tuve ninguna relación duradera en esos años, solo alguna que otra historia de unos pocos meses. En general, recuerdo aquella como una época de sequía entre trabajo y estudio. Lo cierto es que no tenía mucho tiempo para relacionarme.

También ese mismo año fue cuando mis padres vinieron a vivir a Málaga, concretamente a Mijas, que es donde vivo en la actualidad. Ya se estaban haciendo mayores y mis hermanos y yo pensamos que iba siendo hora de tenerles cerca por si necesitaban cuidados. Aquello abrió una brecha entre nosotros. Curiosamente, el exmarido de mi hermana y la exmujer de uno de mis hermanos, que viven en otras provincias, pusieron todas las pegas del mundo para que mis padres no fueran a vivir a su lugar de residencia, así que no entramos en disputas. Siempre tuve claro que, llegado el momento, había que hacer algo por ellos y por parte de mis hermanos había problemas. Yo me haría cargo de mis padres. Lo primero fue buscarles una casa. Mi hermano, el mayor de los varones, que es un buen hombre y generoso, contribuyó económicamente a ello. Mi hermano menor vivió con ellos hasta hace tres años, cuando se casó. Desde entonces, sobre todo y entre otras tareas, de los temas médicos me encargo yo.

En enero del siguiente año la Junta echó a la calle a cientos de interinos. Me tocó ese premio. A los treinta y dos años y después de todo lo que llevaba vivido me vi obligada a volver a casa de mis padres, a su recién estrenada casa en Mijas. Se me hizo cuesta arriba, pero aprendí a convivir con mi madre. De vez en cuando teníamos alguna bronca, por la que podíamos estar hasta una semana sin hablarnos, pero no eran tan cruentas como las que tuvimos durante mi adolescencia.

Seguí preparando otras oposiciones y en septiembre de ese año me presenté a la convocatoria de una empresa pública ubicada en la Costa del Sol. Superé todas las pruebas (menos mal que aquí no había interinos con los que competir) y desde entonces hasta la fecha ahí continúo. Afortunadamente, el tema laboral quedó resuelto.

A los pocos días de incorporarme conocí a Emilio, otro administrativo contratado. Empecé a salir con él. Me entró con lo siguiente: «Ya tengo trabajo. Ahora busco casa y novia para casarme». En fin, pensé que podía ser una oportunidad. En principio, no era un hombre que me desagradara. Diez años duró esta relación. Alquilamos un piso para convivir y a los tres meses dejó este trabajo. Ese fue el momento en que debí dejarle yo a él también. Mi vida habría sido muy diferente, o no… ¿Quién lo sabe?

Hasta que conocí a Emilio me las había dado de liberal y de tener relaciones sin ataduras, pero fue con él con quien descubrí el grado de dependencia emocional que me ataba a los hombres. No hablábamos a menos que Emilio tuviera un par de copas. Con él era prácticamente imposible tener una conversación. Se alteraba rápidamente. Vivía permanentemente a la defensiva. No se relajaba ni en casa.

De esos diez años, los dos primeros la relación fue de sexo puro y duro. Estos encuentros eran bastante primitivos. No recuerdo que fueran totalmente libres, deseados ni satisfactorios, pero los necesitaba. Pienso que a través del sexo tanto él como yo canalizábamos nuestra frustración, posiblemente inconsciente. Era nuestra vía de escape y la única forma en la que nos comunicábamos. Había muchas trabas que me impedían abrirme totalmente, pero con el sexo hallé una vía compatible que me ayudaba a desfogar, con la que salía nueva de aquellas sesiones.

Los años de convivencia fueron difíciles y nos pusieron a cada uno en su sitio. Emilio era un tipo más o menos educado, aseado, ordenado y se organizaba bien como amo de casa. Serio, rígido e inflexible, poco comunicativo, tímido, de mal carácter, inseguro. No se hablaba con la familia, no les conocí. Era incapaz de mantener un puesto de trabajo. Resultaba agresivo en su modo de hablar y de expresarse. Al principio se acercó a conocer mi entorno, a mi familia, pero poco después se aisló de él. Y me costó que no me aislara a mí también. Me sentí maltratada con su lenguaje, sus golpes y sus gestos. Como habitualmente no tenía trabajo, de alguna manera dependía de mí. No contaba con nadie más y me sentía responsable de su situación y culpable de pensar que, si le dejaba, no tendría donde ir. De hecho, me reprochó en ocasiones que él vivía en Málaga por mí, que en otro sitio habría encontrado trabajo y estaría mejor que conmigo. Me sentí chantajeada y culpable casi todo el tiempo. Me producía tanta tristeza que estuviera tan solo…

Mi carácter desde que conocí a Emilio se volvió agrio y copié mucho de su comportamiento. Hasta que no sentí el rechazo de la gente no me di cuenta de lo que me había mimetizado por y para estar con él. ¿Qué puñetas hacía yo entonces con un hombre así? Al hacerme esa pregunta y mantener la relación cinco años más pese a ello, me convencí de que la que tenía el problema, y grave, era yo. Lo positivo que saco de esa historia es que me empujó a plantearme qué papel jugaba yo con los hombres, a preguntarme qué era lo que quería de ellos, a cuestionarme si mi forma de relacionarme era sana y si me hacía feliz o no.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Gloria en el infierno»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Gloria en el infierno» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Gloria en el infierno»

Обсуждение, отзывы о книге «Gloria en el infierno» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x