Nutrido por estas diferentes aportaciones, el presente volumen pretende centrarse en las relaciones económicas –materiales, comerciales, financieras– entre las ciudades y los ciudadanos, por una parte, y las cortes –como sociedad, como el grupo de cortesanos y servidores que viven en el entorno directo del rey o del señor– por otra, concentrando el análisis sobre todo en la contribución ciudadana al alojamiento, abastecimiento y financiación de las cortes hispánicas de finales de la Edad Media.
3. ACOGER, ABASTECER Y FINANCIAR EL ENTOURAGE DEL PRÍNCIPE: INFLUENCIA RECÍPROCA ENTRE CIUDAD Y CORTE
La agenda política, militar e incluso festiva, así como la voluntad propia de los príncipes y las necesidades de su itinerario hacían que lejos de instalarse solo en las grandes ciudades, las cortes peninsulares se aposentaran también frecuentemente en pequeños municipios 28. Para los vecinos de cada población, y en particular para las pequeñas localidades, acoger a un séquito de decenas e incluso centenares de personas y bestias 29y con unas exigencias materiales muy específicas, suponía un enorme esfuerzo 30. Por ello, tanto los gobiernos locales como los propios vecinos necesitaban organizarse para poder alojar, alimentar y proveer del bienestar material propio de la vida del medio curial, a toda aquella gente.
Por lo tanto, dejando al lado temas meramente políticos y culturales 31, las páginas siguientes pretenden examinar cómo en los reinos hispánicos bajomedievales, los ciudadanos conseguían (o no) satisfacer las exigencias específicas –y costosas– de los séquitos cortesanos 32. Se tratará también de detallar los mecanismos y estrategias locales o de amplio alcance que integran el mundo urbano en la red de los proveedores y financieros de la corte, recordando que Maurice Aymard y Marzio Romani en su introducción al volumen La cour comme institution économique consideraban necesario fijarse en:
l’organisation, autour de la cour, d’un flux assurant l’offre d’une large variété de produits et de services, qui vont des denrées alimentaires aux produits courants ou de luxe, et aux services rendus par des individus qui ne peuvent participer qu’à des “travaux” ou à des “tâches” symboliques. Les variables seront l’autosuffisance ou non de la cour, son entretien (ou non) aux frais du prince, son insertion éventuelle dans les circuits d’échange, la présence ou l’absence d’artisans spécialisés dans la production de certains biens, de marchands, de manufactures, la division du travail dans la ville etc.
Estos autores veían oportuno, así mismo, prestar una especial atención a:
l’organisation des flux financiers. Au crédit: les revenus fonciers (y compris les droits féodaux et seigneuriaux), les revenus d’Église, les impôts directs et indirects, les frappes monétaires. Au débit: la consommation, les investissements et les profits (pour qui?). Entre les deux, la redistribution gracieuse (la faveur du prince, imité ou non par ses courtisans) ou l’échange de services fournis 33.
Así, en el presente trabajo se propone por tanto el análisis de las consecuencias de las relaciones corte-ciudad en la fisionomía y la economía urbana, a nivel de su logística, para medir el impacto de las necesidades curiales en el mercado local del alojamiento, de las vituallas, de los bienes, del dinero, así como en los circuitos comerciales y económicos interregionales e internacionales. Del mismo modo, también se pretende profundizar en el tema de las dinámicas y dificultades de las ciudades y de los ciudadanos para adaptarse a los flujos materiales, económicos y humanos generados por las cortes, así como el de la adaptación de éstas a los lugares y contextos de su aposento.
3.1. Instalación de la corte en el espacio urbano
Como se viene diciendo, a finales del período medieval en los reinos cristianos del ámbito ibérico, el espacio urbano fue el marco prioritario para la instalación del príncipe y de su séquito, que podía adoptar diferentes modalidades, atendiendo a diversos factores. Influía en primer lugar la duración de la estancia, desde una breve pernoctación hasta varios meses, el tipo de infraestructura que se ofreciera (palacios, castillos, conventos, casas particulares…), así como las condiciones y las posibilidades que tuviera –o no– esa localidad para que se pudiera mantener el tono y el aparato que exigía el ceremonial y la vida cortesana.
Tradicionalmente, por ser más visibles, pero también por ser lugares de poder, tanto los historiadores como los historiadores del arte han estudiado como objetos de interés en sí mismos los palacios –reales, nobiliarios, monásticos o episcopales–, más o menos acondicionados, que solían ser los lugares del aposento del príncipe 34. Como se comentó anteriormente, los trabajos portugueses fueron los pioneros en estudiar la itinerancia de la corte y las lógicas de su aposento en el ámbito peninsular. Entre los más recientes, los de Rita Costa Gomes (2003, 2015a) establecen una tipología de los lugares de residencia del rey de Portugal, sin fijarse únicamente en los palacios y sedes reales, y analizando los diferentes tipos de alojamientos alternativos solicitados 35.
En efecto, no es un tema que haya sido demasiado abordado por la historiografía hispánica hasta hace poco. Como lo subrayaban Patrick Boucheron y Jacques Chiffoleau en el volumen Les Palais dans la ville . Espaces urbains et lieux de la puissance publique dans la Méditerranée médiévale de 2004, hasta hace poco tiempo se analizaban estos lugares sin centrarse mucho en la relación del aposento de la corte con la ciudad que la albergaba y las consecuencias que esto podía traer en materia urbanística 36. Sin embargo, hay trabajos recientes que plantean cuestiones relacionadas con estos aspectos. Así, cabe destacar, por ejemplo, el estudio de Concepción Lopezosa Aparicio de 2013 sobre las transformaciones de la villa de Madrid en las últimas décadas de la Edad Media, en relación con la adaptación del Viejo Alcázar como residencia palatina 37. En relación con las obras realizadas por municipios ante la llegada del príncipe y de su corte, tanto Amadeo Serra Desfilis como Juan Vicente García Marsilla han examinado el caso valenciano 38. Del mismo modo, suponen una buena contribución los dos volúmenes dedicados por Aymat Catafau y Olivier Passarius en 2014 a la inserción del palacio de los reyes de Mallorca en la ciudad de Perpiñán ( Un palais dans la ville ), aunque todavía se puede profundizar aún más en la influencia del palacio y, desde luego, en la presencia de la corte mallorquina –y, por tanto, aragonesa– en el desarrollo de la ciudad 39. Es, por último, un aspecto central del análisis comparativo propuesto por Rita Costa Gomes (2015b) quien establece una tipología de las residencias curiales hispánicas, de las ciudades que las acogen y de sus consecuencias urbanísticas 40.
En el presente volumen, los trabajos de Alicia Montero y Rita Costa Gomes tratan en particular del tema del aposento de la corte, y demuestran la manera cómo la presencia de la corte favorece la transformación o creación de lugares de aposento, en ciudades que se convierten en sede regia como Valladolid en Castilla o Lisboa en Portugal. También contribuciones como la de Manuela Santos Silva insisten en el aspecto de la itinerancia de las cortes hispánicas y las dificultades que ello conlleva para su aposentamiento y abastecimiento. Finalmente, trabajos como los de Amedeo Feniello, Salvatore Fodale y Roxane Chilà trasladan la problemática a algunas ciudades italianas de la Corona aragonesa, mientras que Vera Cruz Miranda Menacho lo hace para la capital del reino de Mallorca.
3.2. Ciudades y abastecimiento de la corte
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