Stephanie Galán: Maternidad Azul

Stephanie Galán / Francisca Bravo

Maternidad Azul, Vivir con un hijo en las estrellas

Colección Nanai

Santiago, Chile: Akanni Ediciones 2021

Autora del texto: Stephanie Galán Valdebenito

Ilustraciones: Francisca Bravo Olguín

Dirección editorial: Francisca Bravo Olguín

Corrección de textos: Valeria Cofré

Diseño y diagramación: Francisca Bravo Olguín / Paula Lobiano Barría

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida, en todo o en parte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperación de información, en ninguna forma o medio, sin permiso previo, por escrito, de la editorial.

Primera edición: Abril 2021

ISBN edición impresa: 978-956-6108-08-5

ISBN edición digital: 978-956-6108-11-5

Registro Propiedad Intelectual: 2021-A-2516

©Stephanie Galán Valdebenito

@maternidadazul

©Francisca Bravo

www.franciscabravo.cl

@artedefran

©Akanni Ediciones

Diagonal Oriente 5646 B

Santiago Chile

wwww.akanniediciones.com

@akanniediciones

Diagramación digital: ebooks Patagonia

www.ebookspatagonia.com

A mi pequeño aguerrido Noah,

vives en mí,

vives en nosotros.

AGRADECIMIENTOS

Al padre de mi hijo y compañero de vida; cómplice de alegrías y más profundas tristezas, quien me acompañó durante el camino de sanar, hasta que pudimos despegar.

A Olivia, hermana de Noah, quien me abrió las puertas de su vida y me invitó a sonreír de nuevo y confiar cuando más lo necesité.

A nuestra familia, abuelos, bisabuelos y bisabuelas, tíos y tías de Noah, que se mantuvieron firmes para sostenernos y regalarnos sólo amor. Fueron capaces de bañarnos de alegría y esperanza cuando comenzó a salir el sol.

A mi segunda familia, amigas y amigos, en Chile, México, España, que sin saber me trajeron a la vida. Gracias por todo su cariño y preocupación.

Al mejor grupo humano y lugar que pudo existir para mí, que en momentos de mucho dolor, confusión y miedo, fue un pilar para nosotros.

A todas las personas que participaron en este proyecto en forma activa, y a todos quienes aportaron en hacer realidad y plasmar en un papel esta necesidad: inmortalizar la historia de nuestra maternidad y acompañar a otras mujeres en el más profundo, doloroso y transformador de los sentires, la muerte de un hijo.

Gracias por ayudarme a hacer visible esta realidad, realidad de muchas mujeres.

Y a ti Noah, hijo mío, por abrirme las puertas a la más profunda transformación y por permitirme sentir este amor de mamá infinito que trasciende dimensiones!

¡Gratitud infinita!

ÍNDICE

Prólogo

El planeta azul

Introducción

1. Gestar: comienza el viaje

2. Aterrizaje antes de tiempo

3. Despertar

4. Primeras visitas a tu nave espacial

5. De vuelta a casa

6. Sobre planetas y neonatología

7. Llegó el momento de despegar

8. Entre mundos, la vida sigue

9. Pareciera que sale el sol: el taller de Noah, aromas para el alma

10. Otras mujeres, otros viajes: soy matrona

11. El duelo de a dos

12. Todas somos madres

Reflexiones

PRÓLOGO

Hasta el desierto más árido del planeta puede llenarse de flores de colores. Hasta el duelo más doloroso puede convertirse en el crecimiento personal más poderoso que hayas vivido.

Este es un libro de mujer a mujer, de mamá a mamá, de tú a tú. No hay divisiones, no hay diferencias. Todas las mujeres del planeta que hemos vivido un duelo gestacional o perinatal hemos transitado la muerte estando vivas. ¿Te has dado cuenta de lo profundo que ha calado en tu alma esa vivencia?

Con Stephy nos conocimos así, desde ese lugar profundo donde cada una habitaba. Con sincronías e intuiciones que nos fueron llevando hasta el momento que nos vimos físicamente y conversamos por horas. Es impresionante como este simple hecho da cuenta que las distancias no son físicas, sino espirituales, y que cuando dos personas vibran en la misma frecuencia, la conexión es inevitable.

Este libro es una flor en medio del desierto, es calor para el corazón, es una luz en medio de la noche oscura del alma. Este libro busca demostrarte que no estás sola, que puedes vivir el proceso como se te antoje. No hay recetas, pero hay aprendizajes. No hay un camino, sino millones. No hay una meta, hay un recorrido.

Siéntate con un té calentito a leer, porque cuando leas, conectarás con lugares de tu alma que están despertando, aprendizajes que estás recibiendo y dones que están activándose.

No exagero. Mi vida cambió desde que Julieta me eligió como su mamá durante casi 3 meses dentro de mí y una de las cosas que confirmé fue a mi sabia interior, a la mujer medicina que habita en mí. Si antes yo tenía una intuición bastante elevada, con su venida, se potenció.

Cuando recibí su mensaje en un momento de meditación, nunca más dudé. Activé dones semi dormidos que hoy me hacen decirte con seguridad que, si estás leyendo esto ahora, tú también estás en este camino de transformación. El duelo es transformador, ocúpalo a tu favor. Vive el dolor a concho mientras de a poco vas agarrando esa fuerza creadora todopoderosa que emerge de la nueva tú, de la diosa Kali que hay en ti, la que transita la vida y la muerte y se reinventa constantemente.

Disfruta ese llanto desgarrador, disfruta la risa espontánea en medio del mar de tristeza sin sentirte culpable por estar feliz, aunque sea un momento. ¡VÍVELO!, porque mientras te lo permitas, irás encontrando estas luces, estos detalles, esas pequeñas cosas que te conectarán con los aprendizajes que te regaló tu bebé, los dones que él activó en ti. Así podrás honrar en el día a día, con cada cosa nueva que haces, desde esta nueva tú, a ese bebé que cambió tu vida. Así como Noah lo hizo con mi querida Stephy. Como tantos niños lo han hecho con sus madres.

Noah y Julieta nos unieron, nosotras lo sabemos. Gracias, hijos, por regalarnos la dicha de estar unidas en esto.

Gracias Stephy por ponerle palabras, colores y esperanza a lo que tantas hemos sentido.

Gracias por ser esa flor.

Pamela Labatut

Psicóloga Clínica

EL PLANETA AZUL

“Cierro los ojos y veo un puntito azul, brillante y profundo, perfectamente definido”.

Está lejos, pero si le pongo atención se acerca y se mueve hasta aquí. Se mueve como jugando, bailando. En esos momentos, cuando aún siento que me faltan fuerzas, cierro los ojos y viajo a visitarte.

Aterrizo luego de un vuelo instantáneo y sin turbulencias en tu “planeta azul”. Ese azul profundo y vivo, lleno de escaleras y toboganes azules. Te veo corriendo feliz, creciendo sano y fuerte, disfrutando de la naturaleza y animales, con las rodillas peladas de varios porrazos y levantadas, con tu nariz respingada y pestañas de camello, tus manos pequeñas marcadas de aventuras y texturas. Estás feliz de verme y corres a darme un abrazo de bienvenida.

Hueles igual que esa vez que te abracé aquí por última vez, cuando nos mezclamos apretados con mandarina, benjuí e incienso.

Me siento contigo a conversar, de mi día y tus días. Pintamos, hablamos de plantas, te enseño sobre aromas, metemos juntos las manos y pies a la tierra y luego nadamos en una laguna mágica. Al salir, bailamos con lavandas persiguiendo abejas, mientras las manzanillas van adornando nuestro camino.