Todo lo que vemos viene del infinito y estamos en esta realidad para despertar y reconocernos. Hoy tenemos este espacio tú y yo para que nos unamos en esta lectura, en este libro, en esta vida. Tú eres tan poderoso como el vacío mismo, pero no solo habitas en el cuerpo, tú eres el vacío. Pero: ¿qué es el vacío? Es el lugar de donde todo proviene: estamos hechos de tierra, agua, aire, fuego y éter, este último es un elemento que no vemos, pero de dónde todo nace, se crea, así de poderoso eres tú, tu mente, tu cuerpo y tus pensamientos. Lo más valioso en el universo, lo dicen los sabios, es lo que no se ve. Lo más valioso es invisible a los ojos, como decía El principito .
¿Ahora me preguntarás cómo sacar toda esa potencia que llevas dentro? Estando aquí justo en el presente. Cuando estoy en esa bicicleta puede que no sea yo mismo, pero al estar en contacto con otros, contigo, otra energía se desata porque estamos presentes, la energía aumenta.
Siempre he creído que estar presente es lo justo contigo mismo y con los demás, estar presente ayuda a generar satisfacción, es el regalo más poderoso de los seres humanos, la presencia, el sentido que le das a las cosas. Cuando estás buscando un regalo para alguien por una ocasion especial, encuentras algo material, lo adquieres y lo envuelves de una manera muy bella, hasta le puedes colocar un moño, cuando ya vas a entregar el detalle a la persona ese regalo se convierte en presente. Materialmente se llama regalo, pero el regalo más grande que le puedes dar a otra persona es estar presente, porque es el momento en el que brillas, es el momento en el que estás en el vacío, es el único momento donde puedes estar con alguien más de manera consciente, lo llaman Mindfulness . Jesucristo lo decía: “No soy yo, es Él “. De igual manera, déjale todo a Él.
Recuerdo perfectamente cuando pasaban los días de haber iniciado este proceso de ser profesor con las clases de indoor cycling .Yo tenía una compañera, una novia de la época, le comenté que la gente hacía fila por recoger una ficha temprano para la clase de los sábados, una que hacíamos de manera especial durante una hora y media, acompañados de un profesor que se llamaba Felipe Zapata. Le dije a mi novia que le quería mostrar porqué la gente hacía fila y le hice una clase personalizada. Terminando la clase, ella me expresó: “A mí esta clase no me gustó”, de una manera muy despectiva. Y ahí aprendí que el miedo a perder lo hace a uno perder. Hoy en día ya no estoy con ella y le deseo lo mejor, y que la vida la proteja y la guarde, pero el ego se encargó de apartarme de ella, se encargó de llenarla de miedos y de celos, y de ahí salio la frase: “El miedo a perder te hace perder”. Es que afuera no hay nadie mejor que vos, tienes que comprenderlo, pero cuando entiendas que no hay nadie a quien le vas a ganar más que a ti mismo, lograrás todo.
El entusiasmo de demostrarle a ella lo que hacía, para que se sintiera orgullosa, porque ella era profesional y exitosa, resultó un ataque a su ego y me di cuenta en ese momento que con ella no iba a terminar mi vida. Y así fueron transcurriendo los días y cada vez entendía más que los miedos de ella a perderme la hicieron perderme, como efectivamente pasó. Por eso te digo que:
El miedo a perder
te hará perder,
las ganas de ganar
te harán ganar.
Cuando me pregunto cómo fue que llegué aquí, a esta casa, mirando un bosque, del cual soy su guardabosque designado, al lado de maravillosos seres, como mis mascotas, veo la magia, la misma que todo ser humano puede lograr. Para esto debes tener tu pensamiento ligado a tu palabra: hablar y pensar de manera precisa. Siempre que estoy conectado, siento: ¡qué dicha esta clase! ¡qué dicha lo que estamos haciendo! Esto es algo mutuo y transversal porque todo lo que le digo al otro también es para mí: es una transferencia, y la vida es un espejo, un mirarse en el otro. Cuando miras al otro te estás mirando a ti mismo, es tan básico como eso, ahí está la clave, y si lo entendiéramos desde un principio no nos demoraríamos tanto en aprender, pero a veces debemos dar una vuelta muy larga para encontrarnos.
Cuando nacemos, fisicamente el médico nos corta el cordón umbilical, nos dice “¡Vuele!”. En ese momento comienza nuestro viaje. Durante los primeros siete años de vida estamos en una vibración llamada Zeta-Theta —aquí absorbemos la información que nos brindan nuestras personas cercanas—. Es cuando nuestros padres, y madres, con sus buenas intenciones, nos cargan de su información antigua, no nos permiten continuar como llegamos al mundo: ¡Nuevos! Nos visten con los mismos miedos y actos suyos. Un claro ejemplo es cuando un niño sale a correr y se quiere subir a un árbol, y la mamá con sus propios miedos, le dice NO SE SUBA QUE SE CAE, el niño se sube y se cae y la mamá inmediatamente le dice: ¡Viste!, ¡te lo dije! Es como si compraras un dispositivo nuevo para llenarlo de información antigua y nunca te permites actualizarlo. Siempre permanecerá en el pasado. Es así como repetimos las historias de nuestros padres. Diferente es si esta madre ve a su hijo correr, se percata de que va a subir a un árbol y, a diferencia, le dice: CORRE DURO, SÚBETE Y LLEGA A LA CIMA Y, SI TE CAES, ¡VUELVE A INTENTARLO! Qué tan diferente puede ser el resultado de las indicaciones dadas por la primera y la segunda madre. La primera habla desde los miedos de su pasado y la segunda habla desde una educación óptima y precisa, a partir de la consciencia.
Pienso en un caso puntal en nuestras unidades en Sabaneta, cuando llegó a nuestra recepción una de nuestras usuarias y tenía a un hijo infante en cada mano, niño y niña. Yo le pregunté: ¿por qué no has vuelto al gimnasio? y ella me respondió: “Juan, ¡pereza!”. En ese instante los niños se soltaron de sus manos y salieron a jugar. Recuerdo este caso porque yo estaba en un camino de unión con la vida y el universo llamado yoga. El Nazareno lo manifestó: “Primero fue el verbo”. Cuando los niños se soltaron, le comenté a la señora: “Con todo respeto, usted dijo delante de sus hijos que le da pereza venir a hacer ejercicio. Cuando los niños vayan creciendo y les digas que deben hacer la tarea, o ayudar en algo en casa, ellos te responderán: ‘Tengo pereza’. Inmediatamente vas a decir: ‘lo qué están enseñando en el colegio’, sin percatarte de que fuiste tú quien les brindó esa información. Recuerda, los niños pequeños solamente sonríen por emular al papá o la mamá, ellos aún no saben qué es la sonrisa”. La señora me comprendió de manera imediata y se disculpó, dijo: “Uno no se da ni cuenta de lo que dice delante de estos muchachos”. Los errores de nuestros hijos son los fracasos de uno como padre.
Tú también puedes comenzar a andar más liviano, liberado, si vuelves al presente y dejas tu brillo fluir. Cuando estamos presentes, como en nuestras clases, te digo que todo va pasando de manera orgánica, natural. Mis clases no se preparan, no hay un gran plan, a veces hay una idea, pero la clase se va creando entre todos, yo estoy presente y en el lugar y eso nos conecta a todos, esto ayuda a limpiar la mente de todos los pensamientos y a alivianarnos. En esa liviandad aparece la palabra precisa y correcta, en el momento justo, palabras que crean unas frases de poder que te quiero compartir a lo largo de este libro.
Muchas veces es tu ego el que siempre te quiere mantener atado en el pasado o el futuro, por eso vivimos un presente siempre pasado, o presente siempre futuro, y ahí es donde nunca somos porque siempre está llena tu cabeza y tu mente de basura, literalmente, porque el pasado ya pasó y eso ya no existe. Creo que no hay nada más bello que ver una casa limpia. Así podría ser tu propia mente, pero, a propósito de todo tu pasado hace que veas otra cosa, nadie crece, sino envejece, porque estamos dormidos, o como decía Facundo Cabral: “estamos distraídos” con nuestro pasado y con el futuro. Nuestro inconsciente está cargado de todos los programas que nos entregaron nuestros padres. No actualizamos informaciones. Por eso los expertos dicen que estamos repitiendo patrones de conducta. La invitación es a que, diariamente, una vez te despiertes, tiendas tu cama, organices tu espacio, así mismo hagas con tus pensamientos, renuévalos, limpíalos, ¡actualízalos! Por eso decimos: si cambias tus pensamientos, cambia tu mundo. Recuerda, no lo dudes, la primera ley universal es: TODO ES MENTE, como aparece en el libro El Kybali ó n .
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