AS DE CORAZONES ROTOS
MARTHA WANDEMBERG I.
AS DE CORAZONES ROTOS
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2021
AS DE CORAZONES ROTOS
© Martha Wandemberg I.
© de la imagen de cubiertas: Lisa Torske
Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric
Iª edición
© ExLibric, 2021.
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ISBN: 978-84-19092-57-1
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MARTHA WANDEMBERG I.
AS DE CORAZONES ROTOS
MUJER
Así de sublime y sensitiva, descifrando acertijos del todo y la nada, inventas en el tiempo una mirada. Armando en un minuto el prisma de una hora, caminas amurando lo grande de saber que basta con querer. Detienes las palabras y acaricias los sonidos, que emergen de tu alma dejando traslucir, aquello que es sencillo y se gasta con donaire, el punto de equilibrio que deja en libertad, el supremo instante, de tu valiosa entrega y tu forma de amar.
Índice
Prólogo Prólogo Letras, fragmentos de nostalgia que emergen de la calma, formándose en la mente con recuerdos del ayer. Reflejos del vivir plasmados en líneas blancas; fortalezas de papel donde se esconden millones de palabras, vestidas con diferente lenguaje: simples, grises, sabias, tristes, alentadoras quizás, selladas de impotencia para indultar un rencor, sin retorno o con regreso; adornadas de un ramaje que encierra mil colores que se traducen en amor. Como doncellas que se arriman en silencio a un perdido carruaje, como barcos que se desplazan hacia lo infinito del mar, partículas dispersas de un sueño o fantasía; sin ellas, la voz perdería su sonido en libertad. Letras dedicadas a aquellos que han navegado por mis venas, para luego de su gentil arribo, dibujar con manos puras, trazo a trazo, esta historia; que me han llevado a la cima mientras me cuidan la espalda; que han balbuceado mi nombre a la par que mis pensamientos, cual ríos abiertos se han devuelto a su mar. Para los que hicieron posible que la vida tuviera sentido, bordando el milagro secreto de convivencia grata, con pisadas serenas por caminos desconocidos del alba; sorteando las tardes de diamantes que nos regaló la lealtad profunda, y en su brillo, haber trocado las mañanas en nuevas promesas. Para aquellos bien amados compañeros de mis sueños, solidarios personajes que tejieron la red en mi caída; los hijos de Dios y del mundo, que al mirarme a los ojos me heredaron la paz. Y cómo olvidar aquellos, que también llevan mi sangre; herencia de honestidad que nos legaron nuestros padres; maravillosos hermanos y hermanas, que jamás voltearon la espalda; que fieles a sus logros tangibles e intangibles siempre miraron de frente, bajo el estandarte de lo digno y valedero, como es el honor. Gracias a ustedes por ser parte de mí y por haber compartido el mismo bendito espacio en el vientre de mamá. Para ustedes invalorables amigos confidentes, que bebieron en la misma copa mi dolor, o brindaron en ella por la rauda alegría; volcándose en mi locura encontraron en las palabras y los hechos encandilados sentimientos puros, de acciones prestas y constantes como brioso corcel de soluciones; miradas castas y pródigas manos, cargadas de amistad, sencillamente, ¡Gracias! En fin, para ustedes, hermanos del mundo, los desconocidos y buenos, exitosos y solos; sabios-viejos que exhiben experiencia en sus sienes ya plateadas; los libres y soñadores, anónimas mujeres que salvan vidas inocentes. Para los que rescatan en las páginas de un libro poesía, mientras siembran en el jardín nuevos geranios; para los portadores de la paz y no la guerra, reciban en mis letras mi invaluable AMOR.
I. El adiós
II. Retando al miedo
III. Dos heridas y un milagro
IV. Rumor de tristeza
V. Renacimiento
VI. Rosa de julio
VII. La voz
VIII. Tácitos deseos
IX. Cita a ciegas
X. Monólogo al alba
XI. Los amantes
XII. Reminiscencias 1999
XIII. Tauromaquia del alma
XIV. Blanca o negra
XV. La aventura
XVI. Exilio y libertad
XVII. Sin darme cuenta
XVIII. Milenio y destino 2000
XIX. La hora del amor
Prólogo
Letras, fragmentos de nostalgia que emergen de la calma, formándose en la mente con recuerdos del ayer. Reflejos del vivir plasmados en líneas blancas; fortalezas de papel donde se esconden millones de palabras, vestidas con diferente lenguaje: simples, grises, sabias, tristes, alentadoras quizás, selladas de impotencia para indultar un rencor, sin retorno o con regreso; adornadas de un ramaje que encierra mil colores que se traducen en amor. Como doncellas que se arriman en silencio a un perdido carruaje, como barcos que se desplazan hacia lo infinito del mar, partículas dispersas de un sueño o fantasía; sin ellas, la voz perdería su sonido en libertad.
Letras dedicadas a aquellos que han navegado por mis venas, para luego de su gentil arribo, dibujar con manos puras, trazo a trazo, esta historia; que me han llevado a la cima mientras me cuidan la espalda; que han balbuceado mi nombre a la par que mis pensamientos, cual ríos abiertos se han devuelto a su mar.
Para los que hicieron posible que la vida tuviera sentido, bordando el milagro secreto de convivencia grata, con pisadas serenas por caminos desconocidos del alba; sorteando las tardes de diamantes que nos regaló la lealtad profunda, y en su brillo, haber trocado las mañanas en nuevas promesas. Para aquellos bien amados compañeros de mis sueños, solidarios personajes que tejieron la red en mi caída; los hijos de Dios y del mundo, que al mirarme a los ojos me heredaron la paz. Y cómo olvidar aquellos, que también llevan mi sangre; herencia de honestidad que nos legaron nuestros padres; maravillosos hermanos y hermanas, que jamás voltearon la espalda; que fieles a sus logros tangibles e intangibles siempre miraron de frente, bajo el estandarte de lo digno y valedero, como es el honor. Gracias a ustedes por ser parte de mí y por haber compartido el mismo bendito espacio en el vientre de mamá.
Para ustedes invalorables amigos confidentes, que bebieron en la misma copa mi dolor, o brindaron en ella por la rauda alegría; volcándose en mi locura encontraron en las palabras y los hechos encandilados sentimientos puros, de acciones prestas y constantes como brioso corcel de soluciones; miradas castas y pródigas manos, cargadas de amistad, sencillamente, ¡Gracias!
En fin, para ustedes, hermanos del mundo, los desconocidos y buenos, exitosos y solos; sabios-viejos que exhiben experiencia en sus sienes ya plateadas; los libres y soñadores, anónimas mujeres que salvan vidas inocentes. Para los que rescatan en las páginas de un libro poesía, mientras siembran en el jardín nuevos geranios; para los portadores de la paz y no la guerra, reciban en mis letras mi invaluable AMOR.
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