—Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos –exclamó Cristal, los cinco se incomodaron más de lo normal y decidieron volver a descongelar el tiempo, era hora de regresar a la fiesta.
El momento de soplar las velas estaba en pleno auge, la mesa era larga y estaba repleta de tarteletas y cosas dulces, una torta arcoíris se encontraba en el centro de la mesa, Casio no podía dejar de mirarla, como si fuera la pintura de Leonardo Da Vinci, La última cena, Casi se encontraba en el medio con sus padres y a los costados de ellos los demás, cantaban y aplaudían, con cuidado encendieron las velas y la bengala que parecía un volcán en erupción emitía chispas para todos lados. Casio estaba llena de amor y felicidad, sus padres se miraban con miedo mientras cantaban el cumpleaños feliz ya que no sabían lo que podría pasar si su hija experimentaba alguna emoción fuerte.
La bengala estaba llegando a su fin y lo poco que quedaba de pólvora provocaba débiles destellos.
Casio al ver que la bengala se había apagado gritó: “¡MÁS!”. Aplaudió y una llamarada con chispas de todos los colores se elevó quemando los globos y el helio que llevaban dentro, un fuego de color verde, violeta y azul se expandió por el techo del comedor, todos quedaron perplejos y pegaron un grito, sus padres la agarraron y se tiraron al suelo, ella se estaba muriendo de risa, pero Marcelo y Marina casi revientan en cólera. La fiesta había terminado y Casio estaba exhausta, en la extensa mesa, quedaban migajas de aquel delicioso banquete. Sus padres compartían una agradable charla con sus abuelos, el mate iba y venía, la pava a un costado todavía conservaba agua caliente. El ambiente se mantenía calmo y relajado La brujita estaba recostada en el sillón a punto de dormir, su cuerpo tumbado dejaba caer su brazo con la varita a medio agarrar… El pelo le tapaba la cara y su respiración era tranquila.
Marina no paraba de jugar con el servilletero vacío, lo giraba, lo corría y miraba para todos lados, estaba nerviosa, o quizá no sabía cómo contarles a sus padres y sus suegros todas las situaciones extrañas que estaban viviendo, acercó la mano izquierda a su cara y con sus dedos recorrió los labios de abajo hasta unir el pulgar con el índice y decidió interrumpir la charla que mantenían los demás, era obvio que no le interesaba saber quién había inventado las piñatas, y con cara de preocupada, lanzó una bomba al centro de la mesa.
—¿Vieron lo que pasó hoy con la bengala? Fue Casio… –Literal había sido una bomba, Marcelo la miró con asombro pensando que no era el momento o quizá sí…
Maricarmen se sonrió y miró a su hija, Marina lo tomó mal y enojada le preguntó:
—¿De qué te reís, mamá?
Maricarmen con seriedad puso sus manos suavemente en la mesa, aclaró su garganta y dijo:
—Lo sabemos, hija, me imagino que si tiene facilidad para manejar el fuego, ¿supongo que el agua también? ¿No? –En ese momento Marcelo dejó caer un bocado de torta de su boca y recordó que, 2 años atrás, mientras Marina bañaba a la pequeña, el agua de la bañera se había elevado hasta el techo, todavía recordaba las gotas suspendidas en el aire que parecían caireles flotantes…
—¿Ustedes sabían de todo esto? –Marcelo se sentía decepcionado
El clima se había tornado muy inestable, Paco se paró y los observó a los ojos fijamente.
—Es hora de que vosotros os enteréis de lo que pasa con la pequeña Casiopea
Marcelo y Marina se miraban enajenados, no entendían nada. Consigo llevaban un sentimiento de desarraigo, sentían que sus padres no eran sus padres. Los dos cayeron en un abismo donde la oscuridad se acrecentaba y la incertidumbre reinaba…
Eleonora miró a su hijo y con una mirada de bondad le dijo:
—Hijo, no te enojes, pero siempre supimos que Casiopea iba a ser especial… –Marcelo se levantó de la mesa y se alejó, los miraba como si fueran impostores.
—No entiendo nada de esto, ¿qué le pasa a mi hija?
Marina tampoco comprendía lo que pasaba, su cabeza era un caos. Al ver su estado de alteración, Lito se metió en la cabeza de los dos y una voz con eco los tranquilizó.
—Necesito que presten atención a lo siguiente. –Lito comenzó relatando que de muy pequeño le pasaban cosas como a Casiopea, tenía habilidades que otros niños de su edad no poseían, esta especie de “don” siempre se saltaba una generación, a menos que el cosmos decidiera lo contrario.
Ahora que sabían que su hija tenía esas habilidades, deberían estar listos para afrontar la noticia que los destrozaría por completo. Sin anestesia Maricarmen los miró y con sus manos formó un triángulo.
—Mellontikós Apokálypse. –Instantáneamente los dos tuvieron la visión más espantosa de todas sus vidas, vieron el momento de la muerte de sus padres, Marina y Marcelo no podían soportar el dolor de aquellas imágenes y antes de que pudieran decir algo, los cuatro abuelos recordaron un viejo hechizo árabe y conjuraron “Alnusayan Alttamu”. Los ojos de sus hijos se cerraron y cayeron en un acentuado sueño. De alguna manera el encantamiento permitió que Marcelo y Marina pudieran despedirse de sus padres en otro plano y a su vez eliminó todo recuerdo de las habilidades de Casio, de esa manera podrían llevar una vida normal junto a la pequeña. Luego se volvieron hacia Casio y lanzaron otro hechizo, “Ad Prohibere incantaorum vehementem”, su cuerpo se elevó y con mucho cuidado extrajeron la magia que guardaba dentro. Maricarmen de una bolsa sacó una hermosa caja y la acercó a la cabeza de su nieta provocando que las memorias de Casio y su poder ingresaran en ella.
Una vez realizado el trabajo, la familia continuó la charla de las piñatas y todo había vuelto a la normalidad.
Habían pasado cinco años Era hora, el portal estaba abierto, la constelación de Casiopea brillaba más de lo normal, Paco, Lito, Maricarmen y Eleonora se encontraban en el aeropuerto internacional de Barcelona Josep Tarradellas El Prat, ellos sabían que su destino y el de todos lo que abordaran el vuelo 9525 de Germanwings sería catastrófico Un sentimiento de impotencia se columpiaba en la mente de los cuatro. Las imágenes iban y venían. Maricarmen repasaba los distintos desenlaces posibles, pero ninguno era viable, además no podían echarse para atrás Ya no.
A veces da miedo saber que el final se acerca, pero ellos sabían que podrían seguir ayudando desde otro plano…
Una joven voz femenina anunciaba la partida del vuelo.
—Pasajeros del vuelo 9525, favor de abordar por la puerta de embarque siete…
Los cuatro se dirigieron a la fila para tomar un viaje del que nunca volverían Momentos previos al embarque un pasajero se descompuso y tuvo que ser retirado. Los ojos de Eleonora siguieron atentamente a aquel joven tanto que pudo ver dentro de su cabeza, el chico en cuestión había tenido un mal presagio, pero lejos de saber qué era lo que sucedería, su cuerpo habló y se desmayó
—No está en su destino
La azafata cortó el ticket e invitó a pasar a los cuatro a la manga, esos serían sus últimos pasos que darían sobre esta tierra, las enormes ventanas dejaban ver la colosal nave de Germanwings que los llevaría a otra dimensión, la rampa en descenso los hacía tomar velocidad y al entrar al avión sintieron la pesada tristeza del piloto, “el comandante de la muerte”, así lo apodaba Lito…
Una vez ubicados en sus asientos, cada pareja se tomó de las manos y aguardaron el momento del despegue. Pusieron sus mesas en posición vertical, abrocharon sus cinturones, escucharon las advertencias de la azafata y las turbinas comenzaron a rugir.
—Les habla el piloto de la aeronave, estamos a punto de despegar hacia Alemania. –Este prosiguió el aviso con datos meteorológicos y cerró–: Esperemos que disfruten el viaje… –Ahora sí, los abuelos de Casio aguardaban el momento de su muerte y la de todos… 10:30 el avión desaparece de los radares a la altura de dos mil metros, sobre el departamento de los Alpes de Alta Provenza, para ese entonces ya nada quedaba de aquella aeronave y su tripulación Paco, Lito, Eleonora y Maricarmen estaban atravesando un portal a otra dimensión junto a las almas de todos los que estaban allí. Todos volvían a la fuente y eran guiados por los abuelos de Casio. Se dice que existe un lugar en el cual las conciencias estelares de todos los seres son recibidas para regenerarse o seguir nuevos caminos.
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