Al día siguiente, compré los billetes de vuelta con la compañía Finnair hasta Nueva York; luego con la Mexicana, para llegar a final de destino. Así que, dejando los pormenores del viaje de vuelta, llegué a Ciudad de México el viernes 31 de enero por la tarde.
El lunes 3 de febrero tuve la reunión con mi superior,Winston M. Scott.
—¡Bill! Cómo me alegro de verte.
A partir de aquel día, que yo recuerde, siempre me llamaría con el diminutivo de mi verdadero nombre.
—Lo mismo digo.
—Traes cosas importantes, ¿no?
—Creo que muy importantes.
—¿Qué te han parecido mis hombres?
—Extraordinarios —le aseguré.
—Pues que sepas que tú estás entre ellos. Bien, ¡cuéntame!
Le conté con detalle todo lo que me ocurrió y cómo lo viví desde mi perspectiva. Le encantó y se rio conmigo de lo ocurrido en el teatro con la desaparición del hombre de la barba.
—Bien, todavía no me has dicho el nombre verdadero de Klimov —comentó con cierta impaciencia.
—Es cierto, se me había olvidado. Se trata de NYSTILO GHCIVOL YAHKIMY ILOTANA —lo recité en grupos de siete letras, tal como lo había memorizado, con tanta rapidez que no le dio tiempo a asimilarlo.
—¿Qué dices?
—Un bolígrafo por favor.
Entonces escribí en una línea, en mayúsculas, la serie de letras. Luego escribí, mirando aquella serie, el nombre completo de nuestro hombre para leerlo correctamente.
—Se trata de Anatoliy Mikhaylovich Golitsyn.
—¡Joder! Me has impresionado. Excelente, Bill, excelente —me dijo, mirando lo que había escrito.
—Ahora ya sabemos de quién se trata. Es la hora de saber todo sobre él —anuncié con cierto orgullo.
—Por supuesto. Con toda discreción tiraré de algunos hilos. Pronto sabremos lo que tengamos de esta persona en nuestros archivos. Bill, estoy muy orgulloso de ti y por nada del mundo te dejaría escapar. Serías un buen agente doble.
—Ni lo pienses. Solo me faltaría eso —respondí sonriendo.
—Lo que sí está claro es que vas a volver a casa. Es allí donde me vas a ser más útil. Definitivamente, tu centro de operaciones estará en Washington.
—No hay cosa que más desee —le dije, encendiéndome un buen puro habano mientras me reclinaba en el sillón.
—Sí, al menos, durante el tiempo necesario para investigar ese club en Washington. ¿Qué te parece?
—Para empezar, no está mal. Washington es una bonita ciudad, pero allí puede que no pase desapercibido.
—No hay problema. Eres agente externo del FBI, lo que justifica tu actuación dentro y fuera de casa. Llamaré a Hoover y le pondré en antecedentes. No le contaré todo, pero sí lo suficiente para que te tengan en consideración. Tendrás vía libre para moverte por donde quieras. Es posible que tengas que hablar con él directamente. Querrá conocerte y hacerte su examen particular. No te preocupes. Es un hijo de puta redomado, pero a mí me debe muchos favores.
—Pero podríamos perder la iniciativa y se escaparía toda la información, lo que llevaría al traste la venida del ruso.
—Nada de eso. Cuando hable con Hoover no le diré el nombre, solamente que he sabido por mis agentes que tenemos que indagar en ciertos clubs en Washington, entre ellos estará ese Delicias. Él no puede ver a los de la CIA, pero conmigo siempre se ha llevado muy bien. Le pondré un buen anzuelo, le diré que tenemos información de que tiene un topo de la CIA en casa, verás cómo se abre de piernas. Eso sí, lo mismo te pone un agente suyo para que no te pierda de vista.
—No hay problema, lo importante es que desconozca la deserción de ese ruso o lo que tramamos.
—Cierto. Lo que sí negociaré es que compartiremos la información de lo que saquemos en Washington. Eso es imprescindible para nosotros, aunque también perderé tu anonimato. ¡Vamos, que eres un agente invisible mío! —dijo esperando mi respuesta.
—No veo nada malo en ello.A lo mejor nos puede dar cierta ventaja para el futuro.
—Podría ser. Bien, ¿cuándo quieres volver?
—Lo antes posible. Pero antes quiero arreglar algunas cosas pendientes.
—Digamos que ¿de aquí un mes?
—Antes quizás. Para mediados de febrero —le contesté.
—De acuerdo.
Esa fue la conversación que mantuve con Scott antes de marcharme a Washington.
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2«Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales» es una de las agencias de inteligencia de Israel.
3El Servicio de Inteligencia Secreto británico.
4La Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) es la principal agencia de inteligencia del Gobierno Federal de los Estados Unidos.
5En la actualidad, equivaldría a 409191 euros.
6El Comité para la Seguridad del Estado, en ruso Komitet gosudárstvennoy bezopásnosti (КГБ), fue el nombre de la agencia de inteligencia, así como de la agencia principal de policía secreta de la Unión Soviética del 13 de marzo de 1954 al 6 de noviembre de 1991.
7En su lengua y escrito correctamente: Hieman enemmän, enkä saavu!, que significa: ¡Un poco más y no llego!
2. Se abre la veda
A la mañana siguiente, bien temprano, Tulipán marchó hacia la Estación Central y compró un billete con destino a Turku. Ya en el tren, ocupó su tiempo en planificar sus primeros movimientos: encontrar alojamiento en un hotel céntrico durante unos días, buscar algún piso de alquiler, alquilar un coche, etc. Luego, ya establecida, localizaría la biblioteca y estaría a la espera durante un tiempo prudencial buscando a su presa, a su cisne cantor. El siguiente paso a dar estaba condicionado a sus resultados, pero no tenía prisa; se movería según su criterio.
Llegó a Turku sobre el mediodía del 30 de noviembre. Trece días después, es decir, el viernes 13 de diciembre, ya estaba alojada en su piso. Nunca viajaba con mucho equipaje; lo que necesitaba lo compraba. Eso le permitía rapidez de actuación y poca dependencia, y de esa forma podía moverse fácilmente por todos los lugares. Solo una cosa le ataba: por donde viajaba, visitaba siempre que podía los museos de pintura, de esa cuestión era más que dependiente. Alquiló un pequeño coche, el que más se veía en las calles por entonces, ya que quería total discreción. Lo primero que hizo el domingo fue visitar el Museo de Arte de Turku. Le llamó mucho la atención la obra del pintor Akseli Gallen-Kallela, quien del realismo académico acabó en el expresionismo, pasando por el simbolismo y el naturalismo. Ella se movía muy bien entre estilos artísticos de pintura. La vieja y el gato le gustó mucho, porque reflejaba con todo tipo de detalles a la mujer castigada por la labor del campo; no lo conocía; de hecho, no cerró la posibilidad de volver a visitarlo de nuevo.
El martes 17 inició su rastreo en la biblioteca de la ciudad. Las fotos enviadas por su cliente, identificando quién era su objetivo, tenían como fondo la fachada de la biblioteca. Si a esto le añadimos que llevaba en sus manos tres libros, no era muy difícil suponer que ese tal Stowe acudiese con frecuencia a dicha biblioteca. No tenía ninguna duda de por dónde empezar.
Chapurreando un poco el finés, hablando bien el inglés y perfectamente el alemán, nuestra cazadora se presentó en información y solicitó el carnet de la biblioteca, para hacer uso de los libros de que su depósito disponía, especialmente los referentes a la sección de ornitología. Luego se sentó en una de las mesas desde donde podía observar con facilidad el mostrador de entrega de libros, y esperó.
Durante días estuvo yendo sin ningún tipo de resultado, pero ella no se preocupaba, sabía que la paciencia es una de las mejores armas para encontrar lo que uno busca. Llegaron las fechas de Navidad yAño Nuevo y, sin resultado alguno y habiendo cerrado la biblioteca por unos días, decidió irse a la capital. Quería disfrutar de las fiestas en aquel escenario único. Su cisne cantor tendría que esperar, y así fue.
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