Calidad, calidad, calidad… de eso se trata. De elegir, de ser conscientes, de ser coherentes en la medida de nuestras posibilidades.
4. MARIE KONDO
At last but not least, mi último y maravilloso gran descubrimiento. Y el que me impulsó a escribir este libro.
La joven japonesa Marie Kondo revolucionó el mundo con su libro La magia del orden. Konmari es un método para ordenar tu casa de una vez y para siempre… Con efecto secundario: genera una transformación en tu vida.
Millones de ventas, más libros, una tienda online, una serie en Netflix, notas y blogs que hablan de su sistema de organización… Marie Kondo en todos lados, noticias falsas graciosas y memes sobre su método. En 2015, fue una de las personas más influyentes del mundo según la revista Times.
¿Qué diferencia su método? Aunque plantea un mismo orden para todo el mundo, deja claro que solo puedes hacerlo tú. No sirve de nada que ella organice tus cosas. ¿Por qué? Porque no se trata de ordenar, sino de tomar conciencia de lo que tienes, de lo que necesitas, de lo que te hace feliz. Y eso solo lo puedes hacer tú.
Lo primero no es desechar, sino decidir qué te quedas: qué te hace feliz. Lo siguiente, ahora sí, desechar lo demás, porque no aporta nada a tu vida. Así es como ordenar tu espacio se convierte en un proceso de búsqueda, de toma de conciencia personal, ordenar tu espacio se convierte así en un motor transformador de tu vida. Y de tanto preguntarte camisa por camisa, foto por foto si te hace feliz… te terminas preguntando por otros temas trascendentales: ¿mi trabajo me hace feliz?, ¿mi pareja me hace feliz?, ¿lo que bebo y como me hace feliz?…
Ella no habla de consumismo, no hace un análisis social del sistema capitalista, de la publicidad que nos lleva a comprar lo que no necesitamos, de los traumas infantiles que te hacen acumular (¡casi una herejía para una argentina de letras como yo!), de cuestiones como la huella ecológica… Marie Kondo habla de quedarte con lo que te hace feliz y descartar el resto, punto. Sin análisis, sin juicio.
Cuando leí su primer libro, estaba ansiosa por llegar a la parte de cómo plantea el orden de la cocina. Pero, la verdad, para una amante de la cocina como yo, esta sección se quedaba corta.
Y fue en ese momento cuando me di cuenta de que tengo mucho que contar… Algo se ordenó en mi cabeza y me di cuenta de todo lo que quiero compartir. Antes de terminar de ordenar mi casa, tenía claro que quería escribir este libro y qué quería contar.
¡Es mágica Marie Kondo! ¡Hasta organizó mis ideas! Su libro fue un disparador para reestructurar y conectar todo lo que se condensa en mi forma de entender y de hacer en la cocina, ¡mi propio método!
Lo irás descubriendo, pero ordenar la cocina y pensar qué te hace feliz, necesariamente te lleva a preguntarte por tu alimentación, si es la versión que quieres. ¿Tiro esta caja de cereales y estas galletitas o las echaré en falta a la hora del antojo? ¿Qué hago con esta zumera, que no he usado en años? ¡Me encantaría empezar por fin a tomar más zumos y smoothies!… Y no es solamente lo que comes, también hay una dimensión ecológica: no es lo mismo que tú produzcas tu comida o que la compres preparada, si eliges utensilios no tóxicos, cómo gestionas los desechos diarios que produces en la cocina…
En definitiva: TE INVITO A VOLVER A LA COCINA. Volver a la cocina para ordenarla, hacerla tuya, a tu gusto y a tu medida, para cocinar de manera sencilla, saludable, rica, cuidadosa, respetuosa y de forma ética.
Te invito a vivir tu cocina desde el placer: el placer de verla bonita, el placer de la comodidad, de que todo tiene su sitio. Cada olla, cada sartén estarán allí porque la has elegido, has decidido que te hace feliz cocinar con ella.
Te invito a volver a la cocina y ser feliz.
CAPÍTULO 2
Hacia una alimentación saludable
En este capítulo te contaré las pautas que sigo para llevar una alimentación saludable, pero quiero dejar súper claro que, aunque sé mucho de nutrición, no soy nutricionista. Soy cocinera y sigo una alimentación lo más saludable que puedo, desde hace más de veinticinco años.
Me he formado, informado y sobre todo he puesto en práctica y he visto cómo me sentaban a mí estas pautas de alimentación. No puedo asesorarte en tu situación personal. Siempre diré lo mismo, si necesitas una consulta especializada, hay profesionales que trabajan de manera seria y pueden ayudarte.
Parto de la premisa de que nunca como humanidad hemos comido tan mal. ¿Cómo es posible que en países donde hay abundancia de comida se sufran tantos problemas de salud relacionados con la alimentación?
Y no es por falta de información. Paradójicamente, se habla mucho de cocina, de alimentación y de nutrición. Proliferan programas de televisión, concursos y realities, canales de Youtube, Tik-Tok, libros, revistas especializadas, cociner@s casi estrellas de rock, foodies experts, charlas TED, más fotos y más fotos y más fotos de comida en Instagram, Pinterest, Facebook…
Y hay dietas para todos los gustos: la dieta mediterránea, la dieta paleo, vegetariana (ovolactovegetariana, ovovegetariana, lactovegetariana, flexivegetariana), vegana, crudivegana, crudívora, energética, macrobiótica, cetogénica, keto vegana, dietas anticáncer, antiedad, detox…
Con sus respectivas versiones si tenemos en cuenta las alergias e intolerancias: sin gluten, sin azúcar, sin lactosa, sin frutos secos, sin huevos, sin mariscos…
Hemos cambiado nuestra relación con la comida.
Somos la primera generación criada por «madres modernas». Digo madres, porque sin duda todavía eran ellas las que se encargaban de la cocina (y de todo lo demás). Y modernas en el sentido más estresante del término: esa vida que exige a las mujeres hacer malabares, para llegar a todas sus obligaciones: trabajo, casa, crianza, pareja…
Una generación de madres que cambió la forma de cocinar y de comer. Así hemos crecido. Y en solo dos generaciones se han modificado nuestros hábitos de consumo y de relacionarnos con la comida.
Hemos pasado de cocinar a partir de ingredientes (verdura, arroz, pescado) a comprar productos. ¿Para qué amasar la pizza si podemos comprar la base hecha (o directamente pizza congelada ya con todos los ingredientes)? Para qué pelar las patatas, si podemos comprar bolsas listas para abrir y freír? En el súper encuentras incluso «preparado para tortilla».
Además, nuestra comida no es estacional. Podemos comprar los mismos ingredientes todo el año. Tomates en pleno invierno, por ejemplo. Y, claro, gazpacho en brick.
Podemos comer catorce platos diferentes a la semana y llegar a pensar que tenemos una alimentación variada. Pero la realidad es que comemos muy poca variedad de ingredientes. Eso sí, presentados de diferentes maneras.
Nuestra alimentación se basa fundamentalmente en:
•TRIGO BLANCO, que está presente en casi todas nuestras comidas (tostadas, cruasanes, rosquilletas, pan, pizza, pasta, bizcochos, rebozados, cous-cous, fajitas, bocadillos, sandwiches).
•Si no eres vegano, CARNE y LÁCTEOS. La leche está presente en tooodos los productos de las neveras del supermercado: yogures, leches, postrecitos, helados, quesos, mantequillas y todas las comidas preparadas o procesadas que llevan lácteos. ¡Hay lácteos hasta en las lonchas de pavo!
•Cuando no es trigo, es ARROZ BLANCO, el otro clásico.
•Y nuestra base de fruta y verdura es: tomate, lechuga, zanahoria, patata, cebolla, ajo, naranja, manzana, plátano.
¿Cuál es el resultado? Una alimentación poco variada. Si además consumes productos procesados, estás tomando AZÚCAR BLANCA, SAL Y ADITIVOS, CONSERVANTES, COLORANTES, ANTIAGLUTINANTES… La próxima vez que vayas al súper, revisa la etiqueta de todo incluso de los productos «saludables»… ¡Asusta!
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