Úna Fingal - La princesa de Whitechapel

Здесь есть возможность читать онлайн «Úna Fingal - La princesa de Whitechapel» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La princesa de Whitechapel: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La princesa de Whitechapel»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En el Londres victoriano, Mackenzie Burton, apodada la princesa de Whitechapel, por sus ropajes y collares, es una joven que ha sobrevivido en el mundo gracias al pillaje, su astucia y a la banda de Dylan de la que forma parte. Pero un día la fortuna deja de sonreírle y debe huir de Londres para evitar que su sentencia a muerte se cumpla.
Deambulando sola por los caminos, Lady Danford la confunde con una dama asaltada al ver sus collares y harapos. El encuentro fortuito, dará pie a hacerse pasar por una rica heredera, que deberá casarse con el conde Gleastard, el hermano de Lady Danford, un hombre mayor que vive alejado en el solitario condado de Clare, en Wildwood Towers.
Cuando Mackenzie llega a la mansión amurallada sobre los acantilados, intenta huir de una boda que no desea, es entonces cuando se cruza en su vida Trevor Coverdale. El intenso encuentro, dará pie a una atracción inesperada.
Llegados a este punto ¿Podrá Mackenzie librarse del matrimonio impuesto? ¿Será Trevor lo que aparenta? ¿Habrá un final feliz para la princesa de Whitechapel? Descúbrelo en esta trepidante novela de amor y aventuras de la mano de Úna Fingal.

La princesa de Whitechapel — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La princesa de Whitechapel», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Sí, lleven adentro ese baúl y ese otro también —indicó la baronesa.

—Entren, entren y atemperen el cuerpo junto al fuego. Mi mujer les dará las mejores habitaciones.

—Gracias, buen hombre. —Sonrió la baronesa—. Nos quedaremos solo una noche, pero… Vamos a necesitarlas, ya lo creo que sí.

—¿Y la joven? —señaló a Jane—. Parece enferma.

—Nada, un mareo. —La baronesa redobló su sonrisa—. Se le pasa en cuanto meta la cuchara y la cabeza dentro de una buena olla.

—De eso también tenemos en abundancia.

El local resultaba acogedor, limpio y confortable. Y la posadera, una voluminosa, rubia y enorme mujer a quien no se atrevía uno a llevarle la contraria cuando se fijaba en sus extraordinarios bíceps, les atendió con una luminosa sonrisa aún más enorme que ella misma.

—Comeremos primero, si puede ser, mmm…

La baronesa se interrumpió para mirarla de modo sugerente.

—Maggy, para servirla, señora —se presentó con una pequeña reverencia.

—Excelente, Maggy. Yo soy la baronesa Danford. Viajo con… Bueno, viajamos por… Bueno, qué más da. Tenemos hambre y sed. Sírvanos, y no sea tacaña.

La sonrisa de Maggy se ensanchó, dejando al descubierto una hilera de dientes estropeados. Señaló con los brazos, un rincón con una mesa junto al hogar, y las invitó a tomar asiento. Entonces empezó a recitar los suculentos manjares disponibles acompañándose de los dedos:

—Tengo asado de cordero, con verduritas y un poco de puré; pudding de Yorkshire… También tengo salchichas acompañadas de alubias fritas en tomate… Mmmm, pollo, empanada de carne, pastel de riñón, filete Wellington y… Bacon con patatas…

—De acuerdo, tráigalo todo —se decidió la baronesa.

—¿Todo? ¿Para él también? —señaló al cochero que se había sentado en una pequeña mesa junto a la entrada.

—Sí, también. También él es una criatura de Dios con estómago.

El hombre sonrió agradecido ante la simpatía y la cercanía de aquella dama. Maggy sonrió y se reclinó.

—De acuerdo, milady . ¿Para beber, clarete?

—Olvídese del clarete, unas buenas pintas negras y una jarra de agua.

Sentadas junto al calor del hogar, la señorita Burton y la baronesa Danford observaban estupefactas la capacidad devoradora de la desconocida, que no tenía suficientes manos para tantas viandas y tragos de cerveza como cabían, todos a la vez, en sus fauces insaciables. El color había vuelto a sus mejillas y el brillo a sus ojos. De pronto se abanicó la cara con las manos, recostó la espalda contra el respaldo, llevó las manos a la barriga y soltó un sonoro eructo. Mientras la señorita Burton se cubría parte del rostro con su sempiterno pañuelo de encaje, la baronesa se rio a carcajadas.

—¿Per… Dón? —las miró de hito en hito Jane—. Es que…, mae mía, en mi vida había tragao a pierna suelta con… —De nuevo volvió a mirarlas en alternancia. Tragó saliva, mojó sus labios y empezó de nuevo—: Quiero decir, que hacía tiempo que no comía tan bien. Muchas gracias por recogerme, señoras. Estaba en las últimas. Llevaba días sin…

La baronesa le sonrió comprensiva.

—Se dice «tragar como un saco sin fondo», o «dormir a pierna suelta». Aunque, una dama jamás debe pronunciar frases tan vulgares. De una dama se espera que se refiera a su sueño o apetito, en otros términos, tales como: «Estaba exquisito», o «He gozado de un sueño reparador».

Jane la miró como ensimismada.

—Ahhhh —respondió en un tono de incomprensión.

—Ahora que se ha recuperado, tendría que contarnos su historia —y la señorita Burton se dirigió a la baronesa—. ¿No es cierto?

Lady Danford dulcificó el interrogatorio con su sonrisa y un tono comprensivo y amistoso:

—¿Cómo se llama, querida?

—Jane Red.

—Jane Red —repitió la baronesa con los ojos entornados. Trataba de rescatar algún Red conocido desde el fondo de sus archivos memorísticos.

—¿Y de dónde es, Jane Red? —intervino la señorita Burton con la malicia asomada a sus ojos.

—De Whitechapel. —Se encogió de hombros Jane, porque deberían saberlo, ¿cómo no lo sabían? Menudas damas bobas. Todo el mundo sabía cómo eran en el East End.

La señorita Burton, orgullosa ante la evidencia de su victoria se infló como un pavo real, ahuecó sus plumas y se arrellanó en el asiento. Lady Danford la ignoró:

—¿De qué parte de Whitechapel, querida? —le preguntó.

Como si ello fuese a cambiar mucho las cosas, pensaba la joven e inquisitiva Burton hastiada. Jane volvió a encogerse de hombros:

—De aquí y de allá —respondió sin más.

La baronesa empezaba a ser consciente de que aquella muchacha no era como ella había supuesto. Sin embargo, todavía se resistía a creerlo. La contempló con su aire escrutador.

—Está bien, querida. ¿Puede contarnos qué calamidad le ha ocurrido? ¿Un asalto? ¿Un accidente? Si lo desea, naturalmente.

Jane pensó con rapidez:

—Escapé de casa… Demasiadas bocas que alimentar, ya me entiende.

A la baronesa se le puso cara de: «no, no lo entiendo». Sin embargo, de sus labios salió otra cosa:

—Y su coche ha sufrido un accidente durante el trayecto. Pobrecilla, vagando completamente sola por esos mundos de Dios sin nadie para socorrerla, no me extraña en absoluto que la hayamos encontrado famélica como un perro abandonado. Suerte que el buen Señor nos puso en su camino. ¿A dónde se dirigía, criatura?

Los ojos de Jane no podían dar más de sí de lo que se agrandaron. Por su parte, a la señorita Burton lo que no podía agrandársele más, era la boca. Estupefactas, ambas trataron de sacarla de aquella conclusión a la que nadie la había llevado.

—Creo, lady Danford, que nuestra… invitada —empezó la joven dama con sumo tiento—, trata de contarnos otra cosa.

—Yo no trato nada de nada. Yo solo digo que me dirigía a… casa de mi prima. Eso es. Mi prima Dolly. Y me perdí. Exacto. Me perdí y no encontré a nadie a quien acudir hasta que…

—¡Exacto! —la interrumpió lady Danford con energía—. Perderse por estas latitudes es un mal negocio. Por suerte podremos llevarla a casa de su prima, ¿no es cierto? Puede que esté muy preocupada. Exacto, mañana es lo primero que haremos. Llevarla a casa de su prima, y luego proseguiremos nuestro viaje a Liverpool.

—No será necesario, podré apañármelas. Gracias.

La baronesa la contempló desde sus cejas alzadas.

—Tonterías, la acercaremos y no se hable más. Una dama no debe andar sola y menos por estos caminos —afirmó con rotundidad y sin dar derecho a réplica.

La señorita Burton hizo un gesto de incredulidad y miró para otro lado. Jane intentó añadir algo más, pero lady Danford se lo impidió al levantarse y dar por terminada la cena.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La princesa de Whitechapel»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La princesa de Whitechapel» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La princesa de Whitechapel»

Обсуждение, отзывы о книге «La princesa de Whitechapel» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x