Jordi Sapés de Lema - El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay

Здесь есть возможность читать онлайн «Jordi Sapés de Lema - El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

El concepto de ego se asocia con frecuencia a rasgos negativos del psiquismo: egocentrismo, egoísmo, egolatría… Esto resalta la pobre opinión que tenemos de nosotros porque, a fin de cuentas, «ego» significa yo. Así que esta concepción negativa del yo solo1 puede conducirnos a la represión o a la renuncia de ser nosotros mismos.
Por eso Antonio Blay propone el término «personaje» para referirse al «ego», diferenciándolo claramente del «yo». Pero hace algo más: presenta el personaje como un accidente sobrevenido en el proceso de socialización del individuo, algo que no es inherente a la naturaleza humana, sino que ha sido inducido en la mente de una manera artificial. Por lo tanto, la supuesta limitación, el pecado original, se puede objetivar y eliminar.
Jordi Sapés ofrece en esta obra una visión completa del concepto de personaje: su génesis, su estructura y la fuerza hipnótica que nos lleva a identificarnos con él. Pero también la manera de escapar de su influencia mediante un ejercicio metódico que puede significar el primer paso real hacia la libertad y la autorrealización.

El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La vieja discusión acerca de si en la existencia de cada individuo es más relevante la herencia o el entorno se resuelve de inmediato cuando se advierte que la herencia genética también es entorno: el primer entorno que encuentra la vida que se transmite a una nueva forma. Nadie elige el código genético que determinará su cuerpo físico, su carácter y sus inclinaciones; los genes le vienen impuestos por su entorno parental. Y sin embargo, el yo-experiencia no va a estar condicionado de manera absoluta por este código genético ni por las circunstancias en las que se desenvolverá su existencia, porque la respuesta a las mismas y el uso que el individuo hará de la herencia recibida sigue siendo algo que sólo él puede decidir. Esta decisión suya es justamente la aplicación de su capacidad genérica de ver, amar y hacer a sus circunstancias concretas, natales y ambientales, pasadas y presentes.

O sea, que el yo-experiencia que en un momento determinado ha desarrollado el individuo no basta para identificarlo; so pena de considerarlo un mero producto de unas circunstancias. En este momento es así, pero esto no determina cómo va a ser mañana y, por tanto, no lo define, sólo lo identifica socialmente.

Así que el yo-experiencia es el resultado, la materialización, del uso personal de la capacidad de ver, amar y hacer que realiza cada ser humano durante la existencia. Este uso le lleva a comprender determinados aspectos de la realidad que le rodea, a desarrollar una sensibilidad que le permite establecer una red de relaciones afectivas y sociales y a manejar determinadas habilidades que le permiten jugar un papel concreto en el ámbito colectivo en el que se desarrolla. El yo-experiencia es lo que yo he comprendido, integrado y realizado por mí mismo; es todo aquello que puedo llamar “mío”, incluyendo el cuerpo físico, el carácter psicológico y las inclinaciones que tengo. Desde el punto de vista del yo-experiencia, cada uno de nosotros es un ser único y exclusivo. El yo-experiencia es la razón suficiente de mi existencia; me identifica ante los demás y registra para mí mismo la actualización que he hecho del “yo” genérico y los resultados que esta actualización ha proporcionado. Lo que tienen en común estos actos y resultados es que han sido protagonizados por mí.

El yo público

Lógicamente, estos actos son percibidos por la gente que nos rodea. Y de ahí se deriva una tercera manera de ser identificados; en este caso por parte de los demás. No se trata de una identidad real sino de algo que se nos atribuye como, por ejemplo, el Documento Nacional de Identidad, que certifica nuestra “identidad” por medio de un número de ocho cifras que nos acompaña durante nuestra existencia. Si este número puede servir para identificarnos, tanto más lo hará toda la información que de nosotros puedan tener las instituciones y las personas con las que nos relacionamos. O sea que, a primera vista, parece que, a fin de mantener una clara identidad frente a los demás, deberíamos esforzarnos en transmitir la mayor información posible acerca de nuestro yo- experiencia. De hecho, esto es lo que deberíamos hacer siempre que nos encontramos con una persona amiga a la que llevamos tiempo sin ver.

Sin embargo en estos encuentros solemos proporcionar una información parcial con la intención de manipular la imagen que de nosotros tendrán los demás. Con este fin, tendemos a explicar aquellos acontecimientos que acrecientan nuestro prestigio ante terceros y pasamos rápidamente, o eludimos por completo, episodios de nuestra existencia que estimamos que no favorecerán esta imagen pública. Pero como alabarse uno mismo directamente no se considera de buen tono, existe una forma, supuestamente más objetiva, de promocionar la propia personalidad y consiste en mostrar todas las posesiones que constituyen un indicativo social de éxito personal: títulos académicos, relaciones importantes, bienes materiales, estatus laboral, etc.

En esta tercera vía de identificación, cada uno es lo que los demás piensan de él; o mejor dicho: lo que cada uno presume que los demás piensan de él, porque esta opinión no se suele expresar en voz alta. Razón de más para creer que la identidad de cada cual depende básicamente de los bienes materiales o inmateriales que pueda lucir, porque se supone que reflejan por sí mismos y de un modo objetivo la personalidad de su dueño. En cada lugar y momento hay una serie de bienes especialmente valorados por la sociedad, y la identidad personal puede determinarse por la mayor o menor posesión de estos bienes concretos. Así es como esta identidad acaba por depositarse en algo tan relativo como la marca de ropa, el modelo de automóvil que utilizamos, el lugar en el que veraneamos, el colegio en el que estudian nuestros hijos, etc. Pero también en el número de autores que hemos leído, el sacrificio que hemos hecho por nuestros seres queridos, o el grado de desarrollo espiritual que creemos haber alcanzado. Elegimos unas cosas u otra según el ámbito social en el que nos movemos y el predicamento que en él tienen estas distintas posesiones.

Lo paradójico es que creemos que estas cosas sirven para mostrar nuestra identidad cuando, en realidad, somos nosotros los que nos hemos identificado a priori con los objetos o circunstancias que cuentan con la aprobación de este entorno. Tal decisión nos convierte a nosotros mismos en cosa, fundando nuestra identidad en lo que tenemos; y, lo que es peor, en lo que no tenemos y consideramos indispensable. Así es como esta identificación se convierte en una verdadera alienación que consigue hacernos olvidar por completo nuestro “yo” genérico y nos sumerge en una desorientación que afectará toda nuestra vida. Porque alienarse, convertirse en cosa, no es una decisión que tome a conciencia un individuo consciente que decide “venderse” a cambio de un buen sueldo o un cargo público, sino algo que se nos inculca en nuestra mente desde la más tierna infancia; algo que no tiene nada que ver con nuestro yo genérico y que sólo sirve para cuestionar y devaluar nuestra personalidad o yo-experiencia. Esta manera anómala de identificarnos es lo que denominamos: personaje.

LA GÉNESIS DEL PERSONAJE

El niño que nace en un entorno ordinario dispone de alrededor de tres o cuatro años para ser él mismo sin que nadie interfiera en su expresión. En estos primeros años todas sus manifestaciones son una clara muestra de su yo genérico; es evidente que es un ser inteligente que busca el contacto con su entorno y se complace en experimentar lo que le rodea. El niño vive sus capacidades de una forma prácticamente instintiva, no condicionada, y se experimenta a sí mismo como algo real, aunque dependiente de un entorno que le proporciona cuanto necesita. Sus manifestaciones espontáneas cuentan con el beneplácito y la aprobación de las personas que le rodean y que reciben con alborozo todo lo que el niño dice y hace en esos primeros años. Son las mismas personas que después se van a ocupar de su educación.

Por lo general, estas personas se identifican a sí mismas a través de la tercera alternativa. Es decir, están alienadas y se consideran en función del bienestar material y el prestigio social que han alcanzado y de la jerarquía que ocupan en su entorno grupal. Si están en un lugar secundario, lo más probable es que no dispongan de todo aquello que ansían tener y hayan visto frustrados muchos de sus proyectos vitales. En consecuencia, aspirar a que sus hijos disfruten en el futuro de lo que está fuera de su alcance es una forma de vivirlo en carne propia. También quieren que sus hijos se desarrollen como personas inteligentes, moralmente íntegras y autosuficientes; pero el plano subjetivo y el objetivo se suele confundir: se presupone que cuanto más modélico sea el niño, más holgadamente vivirá y viceversa. En cualquier caso, todos los padres aspiran a contar con hijos modélicos.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay»

Обсуждение, отзывы о книге «El concepto de Personaje en la línea de Antonio Blay» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x