Ignacio Vidaurrázaga Manríquez - Martes once la primera resistencia

El 11 sorprende al GAP 24con un mínimo de contingente en Tomás Moro (cerca de veinte integrantes de un total de sesenta, sin contar los componentes de los nuevos grupos en instrucción). Tampoco está presente uno de sus jefes principales: «Bruno» (Domingo Blanco Tarrés) que se encuentra en El Cañaveral instruyendo a nuevo grupo. Según Renato Moreau 25, el GAP contaba con dos escoltas y un total de veintiocho hombres, más el personal de Tomás Moro (cerca de veinte personas) y una «tropa» en formación en El Cañaveral que tampoco superaba la veintena. Es decir, los combatientes efectivos eran entre treinta y cincuenta, ninguno más, y estaban divididos en cuatro secciones: escolta, operativo, guarnición y servicios.

La partida hacia La Moneda se realiza con quienes están disponibles en horas de la madrugada. Allá se sumarán unos pocos y, por las características del cerco y el temprano apresamiento de los refuerzos comandados por Bruno, así quedará conformado el esmirriado contingente que acompañará las últimas horas de Salvador Allende. Atrás, en Tomás Moro, queda un pequeño grupo que debe proteger a la primera dama, Hortensia Bussi 26de Allende, la «Tencha», y además cumplir otras tareas que eran parte de una planificación resuelta con anticipación.

¿Cuál es, en ese momento, el estado físico del presidente Allende, un hombre de sesenta y cuatro años que se encamina al último y más intenso episodio de su vida?

Silvio ofrecerá una respuesta a esta interrogante:

Tiene que haber sido extraordinario. Era un presidente que se acostaba a las tres de la mañana trabajando, un trabajólico enfermo, y se levantaba a las seis o siete. Cuando se desplazaba con nosotros cerraba los ojos y dormía veinte minutos en el auto y aparecía como si nada. Él era un presidente de otra talla, de estas personas que surgen del movimiento popular luego de muchos años. Tenía un sentido de la responsabilidad en todas las áreas, desde su autocuidado hasta estar posesionado del cargo de presidente en todo momento. Creo que estaba muy consciente que su capacidad de regeneración y recarga de energías era muy importante, y eso debe haberlo entrenado y trabajado, además había sido deportista. Tenía una tremenda vitalidad 27 .

Salvador Allende vivirá a toda velocidad este día. Va en silencio. Toca su bigote cano mientras recorre con sus ojos las calles de Las Condes, ese sector privilegiado de la capital que luego saldrá a celebrar el Golpe. Se ha preparado pacientemente para este día que advirtió temprana y públicamente. Ahora se dirige al único lugar que es coherente con su investidura. Así lo ha dicho de forma incansable, porque su decisión no podría ser otra: estará en La Moneda y no renunciará. Desconoce aún los detalles de las fuerzas alineadas al mando golpista, pero intuye que esta vez no se trata de la mera repetición del 29 de junio. Ya no está el general Carlos Prats ni se presentan los factores que en su oportunidad neutralizaron al golpismo. Tiene perfecta conciencia de que todos sus compatriotas, partidarios y adversarios, estarán pendientes de las acciones que realice y las palabras que profiera durante este día.

En el asiento trasero del auto uno ha quedado olvidado el ejemplar de El Mercurio del día 10 de septiembre. Bastará una mirada somera a sus titulares para percatarse de que estos están consagrados a tres logros deportivos: «Ganó a Porto Alegre 5-0. Con una goleada se despidió la Selección», «Marca mundial de Atalah en Skeet: 199 en 200», «Nacional de Atletismo. Beatriz Arancibia batió el record de pentatlón» 28. Es sorprendente que en la víspera del Golpe nada sea contingente ni esté dirigido a preparar el derrocamiento o realzar el desgaste del gobierno popular y su presidente.

¿Acaso Salvador Allende piensa en esa frase que él mismo expresó hace seis años ante el Senado al realizar un homenaje al guerrillero Ernesto «Che» Guevara? Cuando parafraseando a San Juan de la Cruz 29dijo: «Murió a tono y, por lo tanto, tendrá vida en todo» 30 . ¿Cómo será su propia muerte «a tono»?

Ese martes 11 el presidente tiene compromisos en la Universidad Técnica del Estado, UTE 31. Inaugurará una exposición de afiches, pero también hará un trascendental anuncio: llamará a plebiscito. El día 10 de septiembre la universidad y los alrededores, además de otros centros de estudios superiores, estarán repletos de «palomas» de 10x10 cm que anuncian con letras negras: «ALLENDE EN LA UTE. Martes 11, 11 hrs. Foro Griego, UTE» 32.

La noche anterior, Silvio ha estado de guardia desde temprano. Posteriormente, será requerido por «Mariano», Francisco Argandoña, quien es el encargado de la inteligencia del dispositivo de seguridad, para que le aporte información sobre los desplazamientos hacia la UTE.

Ellos sabían que yo venía de la UTE y la conocía entera, con sus entradas y salidas, por eso estuve ayudando a hacer el estudio de la situación operativa 33 , para ver por dónde íbamos a entrar o salir, posibles conflictos y escapes. Me debo haber desocupado como a las dos de la mañana. Luego me fui al dormitorio, y en la cocina de la casa del presidente me encontré con dos compañeros: Pedro del Fierro 34 y un pelao, que tenían preparado un plato con cinco sándwiches chicos [...] . Me tenían preparada una despedida de soltero muy simbólica y, además, otro detalle hermoso. Algunos de nuestros compañeros recibían canasta familiar y uno de ellos me regaló simbólicamente su canasta, porque yo iba a estar casado. Luego me fui a acostar, hasta que cerca de las cinco de la mañana un compañero de guarnición nos empezó a gritar que nos levantáramos, que era el Golpe y que nos pusiéramos ropa de combate, o sea cómoda 35 .

Durante los últimos meses, cada vez se hacía más difícil y riesgoso para la comitiva del GAP circular por las calles de Santiago, sobre todo el trayecto hacia el sector oriente, a causa de las barricadas y constantes asonadas de los grupos opositores. En esas situaciones de riesgo, a los miembros de la escolta les preocupaban las provocaciones, las encerronas de manifestantes o de otros vehículos, que debían evitar a toda costa para no verse arrastrados a situaciones límite donde tuvieran que usar armamento (con el costo político y de imagen implicado). Ante estos eventos, la presencia de las escoltas de Carabineros y la Policía de Investigaciones, que abrían y cerraban los desplazamientos, era un apoyo inestimable. En el GAP recuerdan especialmente la encerrona frente a la Casa Central de la Universidad Católica, en plena Alameda, instigada por jóvenes gremialistas y trabajadores del mineral El Teniente que ocupaban la sede universitaria para juntar firmas con el propósito de exigir la renuncia de Allende 36.

Todo cuanto sucedía al interior de la residencia presidencial era sistematizado por la inteligencia del mando golpista, que recibía información sobre el GAP gracias al personal de la Armada que trabajaba en la casa: los sargentos segundos Gastón Fernández y Carlos Ramírez, cocineros, que iban informando con detalle sobre los horarios, el armamento y los vehículos 37.

Juan Seoane 38es inspector de la Policía de Investigaciones de Chile y tiene a cargo la escolta presidencial que depende de ese servicio 39. «Me entero del Golpe como a las 07:00, por el teléfono que el presidente había hecho instalar en mi dormitorio. Me avisan desde Tomás Moro y me dicen que hay un levantamiento y que el presidente va a bajar a La Moneda y que hay que mandar una escolta porque hay un levantamiento militar en Valparaíso» 40. A partir de esa alerta, el inspector Seoane activa una cadena que estaba previamente establecida con sus hombres. «Yo llamaba a alguien y este otro tenía la obligación de llamar a dos o tres y así nos comunicábamos todos. El punto de reunión era La Moneda. Yo tenía que pasar a buscar a Carlos Espinoza, a José Sotomayor, a Fernando del Pino, Juan Collío y Douglas Gallego en un Chevy Nova negro» 41. Mientras se desplazan, Seoane recibe por radio la comunicación de que el presidente, debido a la premura, ha bajado a La Moneda solo con la escolta de Carabineros y una escolta del GAP. Ese día las rutinas quedan sobrepasadas. Es una emergencia y se debe actuar según ordena la situación.