ESTUDIANTE
No consigo entenderos plenamente.
MEFISTÓFELES
Con el tiempo os irá mejor cuando sepáis reducirlo todo y clasificarlo como corresponde.
ESTUDIANTE
Me siento tan torpe como si en mi cabeza girara una rueda de molino.
MEFISTÓFELES
Más tarde, antes de afrontar otras cosas, deberíais dedicaros a la Metafísica. Veréis cómo comprendéis con claridad lo que no cabe en cabeza humana; quepa o no quepa, siempre encontramos a nuestra disposición una brillante frase. Pero, ante todo, en este semestre, seguid el mejor orden. Oíd cinco lecciones cada día y entrad cuando suene la campana. Preparaos primero minuciosamente, estudiando muy bien los apuntes, para que volváis a ver de nuevo que no dicen nada diferente de lo que hay en el libro. Pero esforzaos en la toma de apuntes como si os los dictara el Espíritu Santo.
ESTUDIANTE
No tendréis que decírmelo dos veces. Comprendo que es algo muy útil, pues lo que se tiene en negro sobre blanco puede llevarse tranquilamente a casa.
MEFISTÓFELES
¡Pero habéis de elegir la Facultad!
ESTUDIANTE
El Derecho no acaba de gustarme.
MEFISTÓFELES
No he de ser yo quien os lo tome a mal; sé lo que ocurre con esa doctrina. La Ley y el Derecho se heredan como una enfermedad incurable, se deslizan de generación en generación y avanzan de un lugar a otro. La razón se convierte en algo absurdo, la bondad en perjuicio. Y ¡ay de ti si eres nieto! Del Derecho que nace con nosotros no se habla jamás.
ESTUDIANTE
Con eso hacéis que aumente mi aversión. Dichoso aquel al que instruís. Casi voy a estudiar Teología.
MEFISTÓFELES
No querría extraviaros, pero, en lo que toca a esa ciencia, es difícil evitar el camino errado. En ella hay mucho veneno y apenas puede distinguirse de la Medicina. Lo bueno aquí es que oigáis sólo a uno y juréis por la familia del maestro. En definitiva, ateneos a la palabra, así entraréis por la puerta segura del templo del saber.
ESTUDIANTE
Pero ha de haber concepto en la palabra.
MEFISTÓFELES
¡Bien! Pero no hay por qué angustiarse, pues allá donde faltan conceptos se encaja oportunamente la palabra. Con palabras se puede discutir acertadamente, con palabras se puede construir un sistema; se puede creer en las palabras. No hay que escatimarle ni una jota a una palabra.
ESTUDIANTE
Perdonad que os haga tantas preguntas, pero aún tengo que pediros que os sigáis esforzando por mí. ¿No podríais darme un consejo sincero sobre Medicina? Tres años es poco tiempo y, ¡Dios!, el campo es demasiado amplio; con una indicación, podemos avanzar mucho mejor.
MEFISTÓFELES ( Hablando para sí. )
Estoy cansado de esta sobriedad, debo hacer nuevamente de demonio. ( En voz alta. ) El sentido de la Medicina es fácil de entender. Ella estudia el mundo grande y el pequeño para, finalmente, dejar que todo vaya como Dios quiera. Es cosa vana que sigáis dando vueltas y sudando tras la ciencia. Todo el mundo aprende lo que se puede aprender, pero el hombre perfecto es aquel que aprovecha su momento. Tenéis una buena constitución física y no os falta audacia; si confiáis en vos mismo, la gente confiará en vos. Aprended especialmente a dominar a las mujeres. Sus eternos y múltiples lamentos y quejas se curan solamente desde un punto y os bastará comportaros con mediana decencia para tenerlas a todas a vuestros pies. Un título debe convencerlas de que vuestro arte es superior a muchos artes. Para empezar, atreveos a hacer cosas que otro tan sólo se atrevería a rozar durante muchos años, aprended a tomarles el pulso y, con mirada audaz y fogosa, oprimidles sus estrechas caderas para ver qué bien apretado tienen el corsé.
ESTUDIANTE
Esto tiene mucha mejor pinta. Se ve el dónde y el cómo.
MEFISTÓFELES
Querido amigo, toda teoría es gris, pero es verde el áureo árbol de la vida.
ESTUDIANTE
Juraría que estoy soñando. ¿Podría molestaros de nuevo para oíros ir hasta los fundamentos de vuestra sabiduría?
MEFISTÓFELES
En lo que de mí dependa, no habrá ningún problema.
ESTUDIANTE
No puedo marcharme sin presentaros mi libro de recuerdos. ¿Me haríais el favor de escribir algo?
MEFISTÓFELES ( Lee. )
«Eritis sicut Deus scientes bonum et malum». ( Cierra el libro con veneración y se despide. ) Sólo sigue el viejo dicho y a mi tía la Serpiente, y algún día tu semejanza con Dios te causará espanto.
FAUSTO ( Entrando. )
¿Adónde iremos?
MEFISTÓFELES
Iremos donde quieras. Veremos el Gran Mundo y el Pequeño. Con qué alegría y qué provecho harás este viaje.
FAUSTO
Pero, a pesar de mi larga barba, me falta la naturalidad de trato. No resultará bien el ensayo, no sabré manejarme bien por la vida. Me siento empequeñecido ante los otros, siempre estaré cohibido.
MEFISTÓFELES
Mi buen amigo, todo llegará a su debido tiempo. Tan pronto como tengas confianza, sabrás vivir.
FAUSTO
¿Nos vamos, pues, de casa? ¿Dónde están los caballos, el coche y el cochero?
MEFISTÓFELES
Basta con que extendamos las capas y ellas nos llevarán por los aires. Para dar este osado paso no debes llevar nada contigo. Un poco de aire ardiente que he preparado nos alzará del suelo. Como somos ligeros, subiremos. Te felicito por tu nueva vida.
( Alegres compadres de taberna. )
FROSCH
¿Nadie quiere beber?, ¿nadie se ríe? ¡Ojo, que os voy a poner mala cara! Vosotros, que en otras ocasiones ardéis en llamas, estáis hoy como paja mojada.
BRANDER
Es por tu culpa. No aportas nada, ni una sandez, ni una mamarrachada.
FROSCH ( Le vierte un vaso de vino en la cabeza. )
Ahí tienes ambas.
BRANDER
Eres un cerdo por partida doble.
FROSCH
Si tú lo has querido, así ha de ser.
SIEBEL
¡Afuera los que riñen! ¡Cantemos a pleno pulmón! ¡Bebed y gritad! ¡Hala, eh!
ALTMAYER
¡Pobre de mí!, estoy perdido. ¡Que me traigan algodones para los oídos! Este muchacho me los va a reventar.
SIEBEL
Si la bóveda resuena, se siente la potencia del bajo.
FROSCH
¡Vamos!, y que se vaya quien se lo tome mal. Tra-la-rá-lará.
ALTMAYER
Tra-la-rá-la-rá.
FROSCH
Las gargantas están bien templadas. ( Cantando. )
Querido y Sacro Imperio Romano,
¿cómo puedes tenerte aún en pie?
BRANDER
¡Repelente! ¡Una canción política, una canción triste! Agradece a Dios cada día que no tengas que preocuparte por el Imperio Romano. Me parece un magnífico logro no ser ni emperador ni canciller. Pero no debe faltar un mandatario. Elijamos Papa. Sabéis qué cualidad es la importante, la que eleva al hombre.
FROSCH ( Canta. )
Flota por el aire, señora ruiseñor.
Saluda diez mil veces a mi amorcito.
SIEBEL
Ningún saludo al amorcito. No quiero oír hablar de eso.
FROSCH
No me impedirás ni saludar ni besar al amorcito. ( Canta. )
Se abre el cerrojo, en la noche oscura.
Se abre el cerrojo, la amada se despierta.
Se cierra el cerrojo, en la clara mañana.
SIEBEL
¡Sí, canta, canta, alábala y elógiala! Cuando me llegue el turno, me reiré. A mí me engañó y contigo hará lo mismo. A la amada, que le regalen un duende que retoce con ella en un Viacrucis y un viejo macho cabrío que, cuando regrese del Blocksberg, le vale un «buenas noches» al galope. Para esa fulana es demasiado bueno un muchacho de carne y hueso auténticos. El único saludo que le haría sería romperle los cristales de su ventana.
BRANDER ( Dando golpes en la mesa. )
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