El factor político tiende a estimular la investigación, la innovación tecnológica y el desarrollo, ya que esta constituye un cimiento básico en la economía de cualquier país. En este sentido, al ser la tecnología una sección estratégica de gran importancia en el progreso industrial, los gobiernos destinan cada vez mayor parte de su presupuesto en investigación y adelanto tecnológico; además, el sector armamentista también está sustentado en nuevos avances tecnológicos y científicos que hacen más eficaces sus productos. Ahora bien, ¿esto significa que las nuevas tecnologías podrán impedir la presencia de más criminales en las calles y con ello el número de víctimas por causa de tiroteos? Pues no. Pues si bien es cierto, una de las características a resaltar de la tecnología es la facilidad con la cual se entrelazan los sistemas, por consiguiente, hay un constate flujo de información, de carácter económico, político y judicial. Este mar de datos permite que las autoridades tengan a las personas indicadas de realizar actos encontrar de la ley perfilados, ahora bien, los sistemas de vigilancia como las cámaras de seguridad brindan la posibilidad de adelantarse a los acontecimientos, identificando situaciones problemas o altercados al orden público. Comunicarse con las entidades gubernamentales a cargo de la seguridad de los ciudadanos es más fácil y asequibles que épocas pasadas y conocer el prontuario de las armas de fuego garantiza su circulación de forma segura en las calles. Aunque dispongamos de la tecnología y no se construya tejido social, respeto y cultura tecnológica no existirá un bienestar social, político y educativo.
¿La sociedad está preparada para ir a la par de los avances de la tecnología y la ciencia?
Una sociedad versada tiene un potencial de desarrollo muy alto. En la actualidad, los países son calificados por el índice de desarrollo humano (IDH), elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); está formado por un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: vida larga y saludable, educación y nivel de vida decoroso. Estos tres componentes definen la calidad de vida de las personas en una sociedad determinada. Sin embargo, en países subdesarrollados como Colombia o Venezuela, la armonía entre ciencia, tecnología y sociedad se ve afectada en su integralidad.
Ilustración 1. La tecnología y la ciencia en la sociedad
Fuente: Elaboración propia.
La ilustración anterior muestra las entidades a nivel internacional y nacional relacionadas con el desarrollo científico y tecnológico en Colombia, donde la educación es un pilar fundamental para este desarrollo. La Sociedad Internacional de Tecnología en Educación (ISTE) expresa ciertos estándares tanto para el docente como para el estudiante respecto al uso efectivo de la tecnología en las escuelas. Estos van desde acceder eficientemente a la información hasta producir, hasta ser agentes activos.
Por otro lado, la delincuencia informática crece tan rápidamente como la misma tecnología. Es común escuchar a los padres de familia quejarse de que sus hijos pasan horas y horas chateando con su dispositivo electrónico en la casa, incluso usan el chat para comunicarse con sus padres y hermanos, aunque estén en el mismo lugar. Los paseos y salidas de campo perdieron su esencia cuando cada uno está entretenido en sus contactos. Paradójicamente, la tecnología, en vez de conectarnos, nos ha alejado. Son muchos los ejemplos que se pueden citar de este distanciamiento, producto del mal uso que se está haciendo de la tecnología.
Frente a lo anterior, Turkle (2020) afirma que ahora buscamos formas de evitar la conversación. Nos escondemos los unos de los otros a pesar de estar constantemente interconectados. Por otra parte, Nobles et al. (2016) explican que a medida que las personas intercambian contenidos y realizan transacciones, la comunicación e interacción con familiares, amigos y conocidos alcanza un alto proceso de cambio. Es así como hoy día el teléfono móvil ocupa el primer lugar en la comunicación cotidiana, superando a la comunicación en persona.
¿Qué medidas se deben tomar para contrarrestar esta tendencia? ¿Limitar el uso del celular u otro dispositivo electrónico en casa o en actividades sociales y de integración familiar? ¿Colocar en la casa carteles que promuevan las buenas prácticas sobre el uso de tales dispositivos electrónicos? ¿Reglamentar sanciones para quienes excedan los límites establecidos? La reflexión queda a consideración de todos.
Por otra parte, los avances de la tecnología y la ciencia han afectado directamente la salud de los ciudadanos; un caso que podemos mencionar es la producción de alimentos en los que los conservantes se hacen necesarios para prolongar su vida útil. Los conservantes son sustancias utilizadas como agregado alimentario, ya sea de origen natural o artificial, que detienen o minimizan el deterioro causado por la presencia de bacterias, mohos y levaduras, entre otros microorganismos; algunos alimentos requieren el uso de conservantes o simplemente la utilización de conservación como, por ejemplo, la congelación. El interrogante para considerar sería: ¿qué efectos causan los conservantes alimenticios en la salud del ser humano a corto, mediano o largo plazo?
Hacia una alfabetización científica y tecnológica
Es fundamental enfatizar en la implementación de una educación científico-tecnológica si hacemos parte de un mundo colmado de productos y artefactos modernos. La Unesco (1994) expresa que la alfabetización científica y tecnológica supone la dotación de recursos para el acceso al conocimiento, extendiéndose a todo el mundo. Así, los Estados deben garantizar la accesibilidad al conocimiento y transparencia de la actividad científica, alumbrados por la responsabilidad de que la ciencia no solo se hace en la sociedad, sino que es para la sociedad.
Parece contradictorio, pero estudios recientes como el de Gil et al. (2005) muestran que el panorama en torno a la propiciación de la ciencia en educación resulta alarmante. Dicen en su investigación que la didáctica de las ciencias ha mostrado reiteradamente el grave fracaso escolar, así como la falta de interés e incluso rechazo que generan las materias científicas. Estos autores indican la poca acogida que ha tenido el accionar científico en los procesos académicos. Esto indica una radiografía donde se hace pertinente una alfabetización científica.
De igual forma, se hace necesaria una reorientación expresada en estrategias para promover la alfabetización científica mitigando el rechazo, enfocada desde el currículo en áreas integradas como ciencia, tecnología y sociedad. Esto hace parte activa de la cultura general en las nuevas sociedades modernas y democráticas, propiciando la responsabilidad crítica y el interés por el estudio de las ciencias y las tecnologías. Garritz (1994) señala 11 características de las ciencias y tecnologías en el proceso educativo:
1.La identificación de problemas sociales de relevancia para los estudiantes, local o globalmente.
2.La implementación de recursos locales (humanos y materiales) para la identificación de información útil en la resolución de un problema.
3.Investigación estudiantil orientada a la resolución de problemas cotidianos.
4.La resignificación del aprendizaje más allá del aula.
5.El impacto individual de la tecnología y la ciencia percibido por el estudiante.
6.La relevancia que tienen los contenidos académicos en su vida académica, profesional y personal.
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