Francisco Delicado - La Lozana andaluza

Здесь есть возможность читать онлайн «Francisco Delicado - La Lozana andaluza» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Прочие приключения, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Lozana andaluza: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Lozana andaluza»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La lozana andaluza narra las aventuras de una cortesana española en Roma, recreando el ambiente romano del primer cuarto de siglo XVI. Es una novela picaresca dialogada de tipo erótico, en la que adquiere especial valor el uso realista que hace de la lengua, que recoge la jerga italo-española usada en Roma por las clases populares.

La Lozana andaluza — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Lozana andaluza», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

LOZANA.- ¿Y cuándo quiere vuestra merced que partamos? ¡Porque yo no delibro de volver a casa por el mantillo!

Vista por Diomedes la respuesta y voluntad tan sucinta que le dio con palabras antipensadas, mucho se alegró y suplicola que se esforzase a no dejarlo por otro hombre, que él se esforzaría a no tomar otra por mujer que a ella. Y todos dos, muy contentos, se fueron en Levante y por todas las partidas que él tenía sus tratos, y fue de él muy bien tratada y de sus servidores y siervas muy bien servida y acatada. Pues ¿de sus amigos no era acatada y mirada? Vengamos a que, andando por estas tierras que arriba dijimos, ella señoreaba y pensaba que jamás le había de faltar lo que al presente tenía y, mirando su lozanía, no estimaba a nadie en su ser y en su hermosura y pensó que, en tener hijos de su amador Diomedes, había de ser banco perpetuo para no faltar a su fantasía y triunfo, y que aquello no le faltaría en ningún tiempo. Y siendo ya en Candía, Diomedes le dijo:

[DIOMEDES.-] Mi señora Aldonza, ya vos veis que mi padre me manda que me vaya en Italia. Y como mi corazón se ha partido en dos partes, la una en vos, que no quise así bien a criatura, y la otra en vuestros hijos, los cuales envié a mi padre; y el deseo me tira, que a vos amo, y a ellos deseo ver; a mí me fuerza la obediencia suya, y a vos no tengo de faltar, yo determino de ir a Marsella, y de allí ir a dar cuenta a mi padre y hacer que sea contento que yo vaya otra vez en España, y allí me entiendo casar con vos. Si vos sois contenta, vení conmigo a Marsella, y allí quedaréis hasta que yo torne; y vista la voluntad de mi padre y el amor que tiene a vuestros hijos, haré que sea contento con lo que yo le dijere. Y así veremos en nuestro fin deseado.

LOZANA.- Mi señor, yo iré de muy buena voluntad donde vos, mi señor, me mandareis; que no pienso en hijos, ni en otra cosa que dé fin a mi esperanza, sino en vos, que sois aquélla; y por esto os demando de merced que dispongáis de mí a vuestro talento, que yo tengo siempre de obedecer.

Así vinieron en Marsella y, como su padre de Diomedes supo, por sus espías, que venía con su hijo Diomedes Aldonza, madre de sus hijos, vino él en persona, muy disimulado, amenazando a la señora Aldonza. Mas ya Diomedes le había rogado que fuese su nombre Lozana, pues que Dios se lo había puesto en su formación, que mucho más le convenía que no Aldonza, que aquel nombre, Lozana, sería su ventura para el tiempo por venir. Ella consintió en todo cuanto Diomedes ordenó. Y estando un día Diomedes para se partir a su padre, fue llevado en prisión a instancia de su padre, y ella, madona Lozana, fue despojada en camisa, que no salvó sino un anillo en la boca. Y así fue dada a un barquero que la echase en la mar, al cual dio cien ducados el padre de Diomedes, porque ella no pareciese; el cual, visto que era mujer, la echó en tierra y, movido a piedad, le dio un su vestido que se cubriese. Y viéndose sola y pobre, y a qué la había traído su desgracia, pensar puede cada uno lo que podía hacer y decir de su boca, encendida de mucha pasión. Y sobre todo se daba de cabezadas, de modo que se le siguió una gran jaqueca, que fue causa que le viniese a la frente una estrella, como abajo diremos. Finalmente, su fortuna fue tal, que vio venir una nao que venía a Liorna y, siendo en Liorna, vendió su anillo, y con él fue hasta que entró en Roma.

Mamotreto V

Cómo se supo dar la manera para vivir, que fue menester que usase audacia pro sapientia

Entrada la señora Lozana en la alma ciudad y proveída de súbito consejo, pensó: «Yo sé mucho; si ahora no me ayudo en que sepan todos, mi saber será ninguno». Y siendo ella hermosa y habladera, y decía a tiempo, y tenía gracia en cuanto hablaba, de modo que embaía a los que la oían. Y como era plática y de gran conversación, y habiendo siempre sido en compañía de personas gentiles, y en mucha abundancia, y viéndose que siempre fue en grandes riquezas y convites y gastos, que la hacían triunfar, decía entre sí: «Si esto me falta seré muerta, que siempre oí decir que el cebo usado es el provechoso». Y como ella tenía gran ver e ingenio diabólico y gran conocer, y en ver un hombre sabía cuánto valía, y qué tenía, y qué la podía dar, y qué le podía ella sacar. Y miraba también cómo hacían aquellas que entonces eran en la ciudad, y notaba lo que le parecía a ella que le había de aprovechar, para ser siempre libre y no sujeta a ninguno, como después veremos. Y, acordándose de su patria, quiso saber luego quién estaba aquí de aquella tierra y, aunque fuesen de Castilla, se hacía ella de allá por parte de un su tío, y si era andaluz, mejor, y si de Turquía, mejor, por el tiempo y señas que de aquella tierra daba, y embaucaba a todos con su gran memoria. Halló aquí de Alcalá la Real, y allí tenía ella una prima, y en Baena otra, en Luque y en la Peña de Martos, natural parentela. Halló aquí de Arjona y Arjonilla y de Montoro, y en todas estas partes tenía parientas y primas, salvo que en la Torredonjimeno que tenía una entenada, y pasando con su madre a Jaén, posó en su casa, y allí fueron los primeros grañones que comió con huesos de tocino. Pues, como daba señal de la tierra, halló luego quien la favoreció, y diéronle una cámara en compañía de unas buenas mujeres españolas. Y otro día hizo quistión con ellas sobre un jarillo, y echó las cuatro las escaleras abajo; y fuese fuera, y demandaba por Pozo Blanco, y procuró entre aquellas camiseras castellanas cualque estancia o cualque buena compañía. Y como en aquel tiempo estuviese en Pozo Blanco una mujer napolitana con un hijo y dos hijas, que tenía por oficio hacer solimán y blanduras y afeites y cerillas, y quitar cejas y afeitar novias, y hacer mudas de azúcar candi y agua de azofaifas y, cualque vuelta, apretaduras, y todo lo que pertenecía a su arte tenían sin falta, y lo que no sabían se lo hacían enseñar de las judías, que también vivían con esta plática, como fue Mira, la judía que fue de Murcia, Engracia, Perla, Jamila, Rosa, Cufa, Cintia y Alfarutia, y otra que se decía la judía del vulgo, que era más plática y tenía más conversación. Y habéis de notar que pasó a todas éstas en este oficio, y supo más que todas, y diole mejor la manera, de tal modo, que en nuestros tiempos podemos decir que no hay quien use el oficio mejor ni gane más que la señora Lozana, como abajo diremos, que fue entre las otras como Avicena entre los médicos. Non est mirum acutissima patria.

Mamotreto VI

Cómo en Pozo Blanco, en casa de una camisera, la llamaron

Una sevillana, mujer viuda, la llamó a su casa, viéndola pasar, y le demandó:

[SEVILLANA.-] Señora mía, ¿sois española? ¿Qué buscáis?

LOZANA.- Señora, aunque vengo vestida a la ginovesa, soy española y de Córdoba.

SEVILLANA.- ¿De Córdoba? ¡Por vuestra vida, ahí tenemos todas parientes! ¿Y a qué parte morabais?

LOZANA.- Señora, a la Cortiduría.

SEVILLANA.- ¡Por vida vuestra, que una mi prima casó ahí con un cortidor rico! ¡Así goce de vos, que quiero llamar a mi prima Teresa de Córdoba, que os vea! ¡Mencía, hija! Va, llama a tu tía y a Beatriz de Baeza y Marina Hernández, que traigan sus costuras y se vengan acá. Decime, señora, ¿cuánto ha que viniste?

LOZANA.- Señora, ayer de mañana.

SEVILLANA.- Y ¿dónde dormiste?

LOZANA.- Señora, demandando de algunas de la tierra, me fue mostrada una casa donde están siete o ocho españolas. Y como fui allá, no me querían acoger, y yo venía cansada, que me dijeron que el Santo Padre iba a encoronarse. Yo, por verlo, no me curé de comer.

SEVILLANA.- ¿Y vístelo, por mi vida?

LOZANA.- Tan lindo es, y bien se llama León décimo, que así tiene la cara.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Lozana andaluza»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Lozana andaluza» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Lozana andaluza»

Обсуждение, отзывы о книге «La Lozana andaluza» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x